Barça y Madrid llegan 'tocados' al clásico más decisivo
Los de Flick afrontan este clásico en una posición privilegiada: en caso de victoria dejarían el campeonato sentenciado

Madrid Kylian Mbappé supera una entrada del barcelonista Jules Kounde. | Ismael Adnan (Zuma Press)
El título de Liga pasa por Montjuic el próximo domingo. El Barça lo afronta en mejor posición, es líder y tiene 4 puntos de ventaja a falta de 4 jornadas, pero llega afligido anímicamente tras sufrir una cruel eliminación de Champions en Milán, donde se desvaneció el sueño del triplete, justo cuando ya acariciaba la final de Munich. Sin embargo, los de Flick afrontan este clásico en una posición privilegiada y con la serenidad de saber que en caso de victoria dejarían prácticamente el campeonato sentenciado. Hasta un empate supondría tener medio título en el nuevo Museo que se construye en el reformado Camp Nou.
Los jugadores azulgrana celebraron este jueves una barbacoa en la Ciudad deportiva Joan Gamper para conjurarse, recuperar la energía positiva, recordarse la trascendencia de este clásico y exigirse un último esfuerzo para retener un título que parte del barcelonismo ya daba por descontando viendo la fiabilidad ofrecida por el equipo de Flick en cada jornada de Liga. Ciertamente, el equipo barcelonista está completando un 2025 casi impecable, con la consecución de dos títulos, Supercopa y Copea del Rey, ante el Real Madrid y habiendo encajado una sola derrota trascendente, la de Milán, porque la sufrida en Dortmund no tuvo consecuencias después de haber sentenciado la eliminatoria de cuartos con el 4-0 de la ida.
Los culés se encomiendan a la magia de Lamine Yamal, que está marcando más diferencias que goles, a la efectividad goleadora de Raphinha y a Pedri, el mejor centrocampista del mundo en opinión del exmadridista Toni Kroos. No obstante, este Barça fidedigno ha visto comprometida su solidez defensiva en los últimos partidos, en los que han aflorado síntomas de un cansancio lógico si se tiene en cuenta que el entrenador alemán ha rotado poco durante la temporada. Algunos futbolistas han llegado con la reserva encendida al tramo decisivo de la temporada.
Koundé, Pedri, Cubarsí o Iñigo Martínez acumulan cada uno cerca de 4.000 minutos en sus piernas y esa fatiga está propiciando ciertos desajustes en una maquinaria que durante toda la temporada ha funcionado con la sincronía de un reloj suizo. Este Barça ha superado las expectativas y ha demostrado ser un equipo muy trabajado tácticamente, con una defensa muy adelantada y un estilo de juego arriesgado, pero que, sin embargo, es la clave de su éxito porque le ha valido para ser un equipo ganador que neutraliza a sus rivales dejándoles sis espacios.
En cambio, el Real Madrid llega más necesitado que nunca. Tras una temporada aciaga en la que ha sucumbido en la Supercopa y la Copa del Rey ante el Barça y ha quedado eliminado de Champions después de haber sido claramente superado por el Arsenal, al equipo blanco solo le vale la victoria para no despedirse de la temporada triste y prematuramente, y seguir presionando al Barça hasta la última jornada. El problema es que llega con Ancelotti, un entrenador con las maletas hechas y la mente ya puesta en Brasil, con una defensa en cuadro por las bajas de Rüdiger, Militao, Alaba, Carvajal y Mendy, además de la destacada ausencia de Camavinga.
Sin los conceptos tácticos ni los valores competitivos que debe tener todo buen equipo, el Real Madrid sigue siendo un equipo capacitado para ganar en cualquier escenario. De hecho, ha ido sobreviviendo en la liga a base de las individualidades y de su histórico ADN combativo que, por ejemplo, volvió a exhibir en la segunda parte de la final de la Copa del Rey. Sin embargo, ni con esas, el mejor Madrid de la temporada no fue suficiente para derrotar al peor Barça del año. Esta temporada, el equipo blanco ha sucumbido ante los grandes rivales. Ha perdido tres clásicos seguidos contra el Barça, y ha encajado derrotas ante el Arsenal, el Liverpool o el Milán. Tan solo superó al peor City de los últimos años en la eliminatoria de repesca de la Champions. Pero sigue contando con una delantera de lujo formada por Vinicius, Mbappé y Rodrigo, capaz de decantar la balanza en cualquier momento, además de un Bellingham que ya resolvió el clásico de la temporada pasada en Montjuic.
Es muy probable que el técnico italiano, que busca poner un broche de oro a su final de ciclo madridista, sacrifique a Rodrigo para apuntalar el centro del campo, buscando el equilibrio táctico perdido por la presencia de demasiadas estrellas juntas.
Se trata de uno de los clásicos más decisivos de los últimos tiempos. Si gana el Barça se erigirá en un campeón virtual. Si lo hace el Real Madrid, el campeonato empezará a teñirse de blanco y agigantará su gen competitivo.