Así de mal hablaba Amaia Montero de La oreja de Van Gogh cuando se fue
Tras años de desencuentros y una relación que llegó a ser «entre mala e inexistente», Amaia regresa a LODVG

Amaia Montero | Gtres
Durante meses, el rumor sobre el regreso de Amaia Montero a La oreja de Van Gogh se colaba entre bastidores, tertulias y redes sociales. Y al final fue cierto. El pasado 15 de octubre de 2025, el grupo confirmó lo que parecía impensable: Amaia regresaba al grupo que la catapultó al estrellato y que abandonó en 2007 para iniciar su carrera en solitario.
El anuncio llegó acompañado de un lema que condensa casi tres décadas de amistad, distancia y reencuentros: «Solo juntos tiene sentido». La frase, escrita con la sencillez de lo inevitable, resume una historia que nunca terminó de cerrarse del todo. La del grupo más emblemático del pop español, nacido en San Sebastián en los noventa, y la de una mujer que decidió marcharse justo cuando lo tenía todo.
Los desencuentros entre La oreja de Van Gogh y Amaia
El tiempo no había sido amable con los vínculos entre Amaia Montero y sus antiguos compañeros, Xabier San Martín, Álvaro Fuentes, Haritz Garde y Pablo Benegas. Los desencuentros se hicieron públicos en 2010, cuando el Ayuntamiento de San Sebastián otorgó al grupo el Tambor de Oro, la máxima distinción de la ciudad.

Amaia, que no fue invitada al acto —al que sí asistió Leire Martínez, su sucesora—, expresó entonces su malestar en una entrevista con El Diario Vasco: «Estoy harta de permanecer callada y parecer siempre la mala».
La artista explicaba que nadie la había llamado: «Hubiese ido encantada, porque me considero parte de la historia del grupo. Estuve once de los trece años de su trayectoria, componiendo canciones y cantando». Su tono era más dolido que resentido. Terminaba el mensaje con una frase que hoy suena casi premonitoria: «Nada hay más importante que mi familia y mi tierra».
«Es una relación entre mala e inexistente»
Años después, cuando le preguntaron por su relación con los miembros del grupo, la cantante fue tajante: «Es una relación entre mala e inexistente». Lo dijo sin aspavientos. «Solo me interesa que la gente de mi tierra sepa que sigo siendo la misma», añadió.
Del otro lado, los cuatro integrantes de La Oreja de Van Gogh siguieron adelante. En su comunicado de esta nueva etapa, recordaron aquel momento de ruptura con una mezcla de cariño y vértigo: «Nos dijo que quería comenzar su carrera en solitario. Fue como tirar del freno de mano a 200 kilómetros por hora».
El miedo a la incertidumbre no los detuvo. Decidieron continuar. Aquella misma noche, Xabier San Martín les regaló a sus compañeros un libro, Cuatro amigos, de David Trueba. En la portada escribió una frase: «Solo juntos tiene sentido». Esa misma idea, al parecer, ha sobrevivido a los años. Y hoy, dieciocho años después, se convierte en el lema del reencuentro.
Un reencuentro con ausencias
El anuncio de esta nueva etapa llega justo un año después de la salida de Leire Martínez, la voz que sostuvo al grupo durante diecisiete años. En su comunicado, el grupo habla de una emoción contenida, casi íntima: «Volver al local de ensayo y sentir que todo sigue aquí, que el tiempo nos esperaba donde lo dejamos».
Pero no todos volverán al escenario. Pablo Benegas, guitarrista y compositor, ha decidido hacer una pausa. «Después de treinta años en la carretera, ha optado por disfrutar más tiempo con los suyos y explorar nuevos retos», explican. En el videoclip de Inspiración, la primera canción de esta nueva etapa, Benegas no aparece.
El regreso de Amaia Montero coincide también con el 30 aniversario de la fundación de La Oreja de Van Gogh. «De nuestra amistad y de la pasión por la música nació La Oreja de Van Gogh», escriben en el comunicado. «Con ambas totalmente renovadas, comenzamos otra nueva etapa en nuestro camino».