Más de 30 muertos en el Caribe por el huracán María

Al menos 30 personas han muerto por el paso del huracán María por el Caribe. Este viernes ha azotado a Bahamas y a las Islas Turcas y Caicos con vientos de más de 200 kilómetros por hora antes de continuar su trayectoria sobre el mar y alejarse de tierra.

Los últimos balances de víctimas hechos públicos por fuentes oficiales cifran en al menos 13 los fallecidos en Puerto Rico, 15 en Dominica, 3 en Haití y 2 en Guadalupe.

En Puerto Rico, unas 700 personas han sido rescatadas , ha confirmado el viernes el gobernador Ricardo Rosselló. «Parte de la isla carece de comunicaciones, así que lo que tenemos son algunas evaluaciones preliminares que dan cuenta de 13 muertos en esta coyuntura», ha declarado Rosselló a primera hora a CNN. «Nuestros esfuerzos ya han producido unos 700 rescates, así que nos estamos focalizando en eso».

Ocho cuerpos fueron recuperados en el municipio norteño de Toa Baja. El alcalde de la localidad, Bernardo Márquez, dijo que la tragedia en su municipio se produjo después de la apertura de las compuertas del embalse Lago La Plata.

Algunos medios locales informaron que no se activaron las alarmas de inundación en el municipio, que sigue sin electricidad desde el miércoles como la mayor parte de la isla, informa Efe. Puerto Rico se encuentra incomunicado, sin energía, con casas destrozadas y rutas obstruidas por árboles y escombros después del paso del huracán María. 

Los puertorriqueños han sacado los botes a las calles inundadas y han salido a ayudar, pese algunos reportes de saqueos. «Un huracán así es bien difícil de aguantar y como dura tanto tiempo uno se pone nervioso de que en cualquier momento una ventana se rompa, a pesar de que uno tiene tormenteras, porque también se llevó muchas tormenteras», ha dicho a AFP Juani Martínez.

En efecto, un tablón que se suponía que iba a proteger la ventana de un hombre en Bayamón ha salido volando y lo ha golpeado de muerte. Es la única víctima fatal anunciada oficialmente.

Los equipos de rescate han salido a las zonas más devastadas por el huracán categoría 4. Uno de ellos es Martínez, quien se encontraba en la zona de El Condado, una urbanización céntrica de San Juan.

También en Ocean Park, una zona turística de San Juan que estaba totalmente inundada, los residentes han salido en botes y kayaks a ayudar y verificar que sus vecinos estuvieran bien. «Todos vivimos la peor noche de nuestra vida, pero los boricuas tenemos una gran fuerza interior», ha señalado Iris Rivera, de 53 años. «Todo el mundo está ayudando a limpiar, a dirigir el tránsito, a apoyar el vecino».

A pesar de estas señales de solidaridad, varias tiendas del centro de San Juan habían sido saqueadas y no se veía mucha presencia policial, aunque las autoridades han informado de una decena de arrestos.

«No puedo creer que después de que hemos ayudado a la gente de otras islas después del huracán Irma, ahora tenemos que lidiar con saqueos aquí», ha dicho Alex García, uno de los residentes del área que llevaba agua a los atrapados.

El tráfico en las zonas transitables estaba entorpecido por árboles, escombros y planchas de zinc que han salido volando con los vientos y que los propios civiles intentaban remover. Pero, a pesar de las buenas intenciones, el gobernador Ricardo Rosselló ha rogado a los puertorriqueños que permanecieran en sus casas y dejaran las labores de limpieza a las autoridades.

«Ahora mismo no hay nada que hacer fuera de las casas y fuera de los refugios. Prácticamente todas las carreteras están obstaculizadas», ha dicho el mandatario, advirtiendo que aún se esperan fuertes lluvias y que «lo peor» aún no ha pasado.

Desde la noche, la Guardia Nacional ha rescatado a decenas de familias en Toa Baja, un suburbio de la capital San Juan, que se ha inundado cuando un lago se ha desbordado. El jueves las aguas habían bajado, pero las casas estaban llenas de lodo y los vecinos se habían puesto a limpiar.

Las redes sociales, así como las radios locales, abundan en llamados desesperados de personas de Puerto Rico y del exterior que no tienen noticias de sus seres queridos desde la madrugada del miércoles, cuando María ha comenzado a azotar la isla con vientos de 250 Km/hora.

«Esto es para todo el mundo, yo tampoco me he podido comunicar con mis padres», ha comentado Rosselló.

El gobierno puertorriqueño ha declarado toque de queda nocturna y ha extendido hasta el sábado la Ley Seca.