Al menos 10 muertos en una operación policial en Nicaragua
La denominada ‘Operación Limpieza’ que lleva a cabo el Gobierno de Nicaragua para retirar los obstáculos en calles y carreteras instalados por los opositores, ha dejado este domingo al menos 10 nuevas víctimas mortales
La denominada ‘Operación Limpieza‘ que lleva a cabo el Gobierno de Nicaragua para retirar los obstáculos en calles y carreteras instalados por los opositores, ha dejado este domingo al menos 10 nuevas víctimas mortales, mientras que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha pedido al Ejecutivo de Daniel Ortega que garantice la vida de la población. Además, en medio de la crisis política y los disturbios que ha dejado ya más de 300 muertos en tres meses, fue atacado el vehículo en el que viajaba el obispo Abelardo Mata, uno de los mediadores entre oposición y Gobierno en defensa del restablecimiento de la paz en el país.
Cinco ciudades del Pacífico nicaragüense fueron escenarios de lo que los opositores al Gobierno han bautizado como ‘Operación Limpieza’, que consiste en una ofensiva ejecutada por las llamadas «fuerzas combinadas«, integrada por policías, antidisturbios, parapoliciales y paramilitares, junto a trabajadores del Estado, para retirar los obstáculos y barricadas en en las calles y carreteras.
En el barrio Camilo Ortega, de la ciudad de Masaya, los enfrentamientos dejaron seis víctimas, cuatro de ellos policías antidisturbios, dijo a Efe el secretario ejecutivo de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH), Álvaro Leiva. La Policía Nacional aún no ha confirmado el fallecimiento de cuatro de sus agentes.
En Diriá, municipio del departamento de Granada, las llamadas «fuerzas combinadas» sacaron por la fuerza de sus casas a Almer Morales y Allan Morales (padre e hijo) y los ejecutaron, continuó el activista.
Mientras, otras dos personas murieron en el municipio de Catarina (Masaya), incluida una niña de 10 años que recibió un disparo y falleció luego por falta de atención médica, agregó.
Leiva dijo que 11 paramilitares se encuentran retenidos por la población civil, al tiempo que denunció que la Policía y los parapolicías tomaron por la fuerza el centro hospitalario Masaya, negando la atención sanitaria a las víctimas. Al tener sitiada la localidad de Masaya, no hay un «canal humanitario de evacuación» para trasladar a los heridos a Managua, que está a sólo 28 kilómetro de distancia.
Leiva denunció que las «fuerzas combinadas», después de «neutralizar» por la fuerza de las armas a los manifestantes de las barricadas, realizaron un plan de «cacería» casa por casa en busca de opositores para detenerlos.
Un grupo del Mecanismo de Seguimiento para Nicaragua (Meseni) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que tenía previsto visitar Masaya, suspendió su viaje por razones de seguridad, dijo a Efe uno de sus portavoces.
Un equipo del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) denunció que se les había prohibido el paso al municipio de Nindirí, que se encuentra entre Managua y Masaya.
Ataque al obispo mediador
En Nindirí, donde se apostaron policías y parapoliciales, un grupo de fanáticos sandinistas atacó el vehículo en el que viajaba el obispo Abelardo Mata, confirmó el cardenal Leopoldo Brenes.
A la camioneta, en la que viajaba Mata con su conductor, que salieron ilesos, le rompieron los cristales delanteros y traseros, y le pincharon las ruedas, dijo el magistrado de apelaciones en el departamento (provincia) de Estelí, Roberto Petray, allegado al obispo Mata.
Mata es uno de los mediadores y testigos por parte de la Conferencia Episcopal en el diálogo nacional entre el Gobierno y la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, con la que esperan superar la crisis social y política que sufre este país y que ha dejado al menos 351 muertos en tres meses.
Mientras, centenares de vehículos que salieron de Managua para auxiliar a los habitantes de Masaya, centro neurálgico de las protestas contra el Gobierno y que amaneció sitiada por fuerzas policiales y paramilitares, regresaron antes de llegar al lugar como medida preventiva.
Los estudiantes y «autoconvocados» se organizaron en Managua nada más conocerse a primera hora del día que Monimbó, el barrio indígena de Masaya, estaba asolado por los combates, para recorrer los 28 kilómetros que separan las dos ciudades y de ese modo mostrar su apoyo y auxilio.
Sin embargo, antes de la llegada de la caravana un grupo de policías y parapolicías fuertemente armados y en total coordinación bloqueaban las entradas a Masaya, según pudo constatar Efe.
Nadie podía cruzar sus retenes, ni periodistas -«por su propia seguridad»- ni ciudadanos o delegaciones eclesiásticas.
La caravana consiguió recorrer 21 de los cerca de 28 kilómetros que separan Masaya de Managua, pero allí, ante la cercanía de las barricadas policiales y parapoliciales en conjunto, optaron por detenerse y retornar, tras un fuerte debate entre si seguían o no.
Por su parte, la CIDH pidió al Estado de Nicaragua garantizar la vida de su población, a través de un mensaje en Twitter publicado por Antonia Urrejola, relatora para Nicaragua en la Comisión.
@CIDH toma conocimiento de represión violenta a las poblaciones de Masaya, Niquinohomo, Catarina, Diriomo y Diria, con heridos y detenidos. El Estado parece ignorar el diálogo. #Nicaragua debe garantizar la vida de las personas y respetar el debido proceso legal.
— Antonia Urrejola (@totonia68) 15 de julio de 2018
Las protestas contra Ortega se iniciaron el 18 de abril contra unas fallidas reformas de la seguridad social y se convirtieron en un reclamo a favor de la dimisión del mandatario, después de 11 años en el poder, al que los opositores acusan de abuso y corrupción.