Al menos 44 personas han muerto esta madrugada en una estampida producida durante una peregrinación judía ortodoxa en el norte de Israel, en el mayor evento multitudinario desde el inicio de la pandemia de covid en el país.
Los hechos: imágenes publicadas en las redes sociales muestran una procesión que rompe una muchedumbre compacta y se acerca a una estructura metálica donde devotos están de pie en torno a una hoguera. Sin embargo, las circunstancias concretas que llevaron a esta aglomeración no están del todo claras aún.
«Contabilizamos 38 muertos en el lugar pero hay otros en el hospital», ha declarado a AFP un portavoz de la Magen David Adom -equivalente israelí de la Cruz Roja. Por su parte, el hospital Ziv, uno de los centros a donde fueron trasladadas las víctimas, dijo haber contabilizado seis muertos, por lo que el balance provisional se eleva a 44 fallecidos. Sin embargo, a medida que pasan las horas, el balance aumenta.
De esta forma, en plena noche, las sirenas de las ambulancias ululaban cerca del teatro de la tragedia mientras los socorristas, que inicialmente habían dicho que se había producido el hundimiento de un graderío para explicar los hechos, evacuaban cuerpos sin vida y heridos. Así, después de medianoche, las llamadas a los socorristas se multiplicaron y seis helicópteros trabajaban en la evacuación de los heridos a los hospitales de Safed y Nahariya, dos ciudades del norte del país. Por su parte, el ejército israelí ha confirmado que había enviado helicópteros para socorrer a las víctimas.
La peregrinación, que celebra la festividad judía de Lag Baomer, se realiza en Meron en torno a la tumba de Rabí Shimon Bar Yojai, un talmudista del siglo II al que se atribuye la redacción del Zohar, una obra central de la mística judía. De esta forma, la festividad conmemora el final de una epidemia devastadora entre los alumnos de una escuela talmúdica en aquella época.
Las autoridades habían permitido la presencia de 10.000 personas en el recinto de la tumba, pero, según los organizadores, en todo el país se fletaron más de 650 autobuses, lo que supone al menos 30.000 personas, y la prensa local ha estimado la afluencia en 100.000.
En 2019, un año antes de la pandemia que llevó a la cancelación de la peregrinación en 2020, los organizadores estimaron en 250.000 las personas que acudieron al lugar.
Gracias a una intensa campaña de vacunación iniciada en diciembre, que ha vacunado al 80% de la población mayor de 20 años, Israel reabrió a principios de marzo bares, restaurantes y autorizó grandes congregaciones de gente al aire libre.
Según datos oficiales, el país registró 838.000 contagios y 6.300 fallecidos por covid-19.