Un monolito metálico de más de dos metros de altura y similar al que apareció en noviembre de 2020 en el desierto de Utah en Estados Unidos ha aparecido este martes en la playa de Sa Conca del municipio de Castell-Platja d’Aro (Girona), en plena Costa Brava.
En contexto: desde que se encontró el primer monolito en Utah, han aparecido otros en diferentes países como Reino Unido, Rumanía, Holanda o Polonia, y las redes sociales ya se han hecho eco de este último encontrado en el núcleo de S’Agaró de Castell-Platja d’Aro.
Un portavoz del ayuntamiento de esta localidad ha confirmado a Efe el hallazgo, sin que se sepa por el momento su procedencia ni sus características concretas. Se trata de una columna metalizada que se encuentra sobre la arena y que se ha hallado en un momento de numerosa presencia de visitantes en la Costa Brava con motivo de la Semana Santa.
El primer monolito fue detectado por las fuerzas de seguridad en Estados Unidos, en pleno desierto de Utah. Bretch Hutchins, uno de los pilotos presentes en el primer hallazgo, declaró en CNN que el objeto podría haber sido una ocurrencia de un artista o de algún seguidor de 2001: Una odisea en el espacio. Posteriormente, este monolito fue retirado por cuatro residentes locales, preocupados por los daños que podría causar al entorno.
Hasta hace poco se desconocía el origen de los monolitos, lo que ha provocado que los usuarios de las redes sociales especulasen sobre su procedencia y su función. Las teorías han sido variopintas: material aeroespacial, objetos de homenaje a la icónica película de ciencia-ficción 2001: Una odisea en el espacio (1968), o incluso señales de extraterrestres. Finalmente, el misterio parece ir resolviéndose: los bloques de metal aparecidos en Estados Unidos son obras de un grupo de artistas americanos que ya las está vendiendo por miles de euros. En cambio, el de Segovia o el de la Costa Brava aún no tiene explicación definitiva.