Arabia Saudí amplía los derechos de las mujeres
Las mujeres de Arabia Saudí ya no necesitarán el consentimiento de un varón para sus trámites administrativos, según un decreto real del que se ha hecho eco la prensa local. Los militantes de los derechos humanos han celebrado la norma, pero esperan ver cómo será aplicada y lamentan que no vaya más lejos.
Las mujeres de Arabia Saudí ya no necesitarán el consentimiento de un varón para sus trámites administrativos, según un decreto real del que se ha hecho eco la prensa local. Los militantes de los derechos humanos han celebrado la norma, pero esperan ver cómo será aplicada y lamentan que no vaya más lejos.
Arabia Saudí es el único país en el mundo que todavía prohíbe conducir a las mujeres, que además necesitan el acuerdo de un tutor -como el padre, el marido o un hermano-, para estudiar o viajar al extranjero. Pero ahora, según el periódico en inglés Arab News, un decreto del rey Salmán estipula que las mujeres no necesitan obtener el consentimiento para sus trámites ante los diferentes servicios públicos «a menos que haya una justificación legal para esta demanda» en virtud de la ley islámica.
Sahar Hassan Nassif, una militante de los derechos de la mujer de Yedá, celebró la decisión, aunque estimó que es difícil saber lo que cambiará en virtud del decreto. «Queremos más. Necesitamos liberarnos completamente del tutor», ha dicho a AFP. Nasima al Sadah, una militante de Qatif, no cree que el Gobierno vaya a poner fin al sistema de tutela, como en el caso de un viaje al extranjero.
En 2016, miles de saudíes firmaron una petición para pedir el fin de dicho sistema y para reclamar que las mujeres fueran tratadas como ciudadanas con todos sus derechos. Philip Alston, experto de la ONU para los derechos humanos, estimó a fines de enero al término de una visita al reino, que el sistema de tutela frena la capacidad de las mujeres para trabajar y viajar y que debía «ser reformado». Aunque el gobierno ya no reclama la autorización de un tutor para que las mujeres trabajen, la ONG Human Rights Watch ha indicado recientemente en un informe que numerosas empresas del sector privado piden siempre el consentimiento.