ARCO, puente entre Europa y América Latina filtrado por la "censura"
La Feria Internacional de Arte Contemporáneo de Madrid, ARCO, ha abierto sus puertas este miércoles en el recinto ferial de la capital, donde permanecerá hasta el próximo 25 de febrero. Hasta allí se han desplazado decenas de galerías de todo el mundo atraídas por la posibilidad de potenciar las ventas que ofrece una feria que ha logrado establecerse como nexo de unión entre Europa y Latinoamérica. Este año, eso sí, la polémica ha estado presente desde el primer día por la decisión de la galería Helga de Alvear de retirar, a petición de la dirección del Ifema, la obra PRESOS POLÍTICOS EN LA ESPAÑA CONTEMPORÁNEA, del español Santiago Sierra, en la que incluía al vicepresidente de la Generalitat de Catalunya Oriol Junqueras y los Jordis. El artista ha criticado la «censura» de la feria.
La Feria Internacional de Arte Contemporáneo de Madrid, ARCO, ha abierto sus puertas con el futuro como tema central de la muestra. Hasta Ifema se han desplazado más de 200 galerías de todo el mundo atraídas por la posibilidad de potenciar las ventas que ofrece una feria que ha logrado establecerse como nexo de unión entre Europa y Latinoamérica. Como novedad, y como respuesta al movimiento iniciado por Me Too, todas las secciones están comisariadas por mujeres.
Este año, eso sí, la polémica ha estado presente desde el primer día por la retirada de una obra de la galería Helga de Alvear a petición de la dirección del Ifema. Se trata del montaje Presos políticos en la España contemporánea, del español Santiago Sierra, en la que incluía al ex vicepresidente de la Generalitat de Catalunya Oriol Junqueras y los Jordis. El artista ha criticado la «censura» de la feria.
«Para nosotros estar en ARCO es una gran oportunidad para ampliar nuestro público y nuestra clientela. La primera aquí, por supuesto, es la española, pero la segunda es la latinoamericana. Viene mucha gente de allí y para una galería europea es mucho más fácil estar en una ciudad europea como Madrid para ganar una conexión con América Latina. No es tan caro como ir a Brasil o a Argentina y ese puente con América Latina es de los puntos más interesantes de ARCO». El que habla es Markus Peichl, de la galería germano-austriaca Crone, con sedes en Berlín y Viena, que lleva acudiendo a ARCO desde 1987 de forma interrumpida. Llega atraído por la conexión que ofrece entre Latinoamérica y el Viejo Continente.
Es ese «puente» el que hace que muchas galerías latinoamericanas arriesguen con fuerza para acudir a la feria. «El primer año que vinimos se nos hizo un mundo conseguir lo que costaba el booth [el espacio en la feria] y lo que costaba el pasaje», cuenta Giancarlo Scaglia, de la galería peruana Revolver. «Solo pudo venir mi socio, al final trajimos la instalación que íbamos a presentar en barco y como nuestro booth estuvo prácticamente vacío porque mi socio tuvo que hacer otro trabajo, la obra no se vendió y tuvimos que destruirla«, recuerda. Con todo, el galerista ha vuelto a repetir en ARCO, que considera una cita de referencia. «No fue una mala experiencia. Yo lo cuento ahora y me parece lindo», rememora.
Carmen Araujo, directora de la galería caraqueña de mismo nombre, incide también sobre este punto. La galerista venezolana, que lleva cuatro años acudiendo a la cita madrileña con el arte, asegura que “ARCO es una ventana bien importante, una de las grandes ventanas de arte europeo”. “Para nosotros es importantísima porque es una de las grandes entradas en Europa, es un vínculo. Es como entrar por la casa”, dice. La galería de Araujo presenta un arte social, en conexión con la situación de crisis en Venezuela. “A mí me interesa el contenido, la crítica, la parte social. Para mí es importante salir con eso y creo que el público, cada vez más, se acerca a lo social, a la crítica, y en el caso de Venezuela se espera que haya eso”, concluye.
«No ha habido un problema»
Antonio Caballero, de Helga de Alvear, evita la palabra «problema», al hablar de la polémica con una de sus obras. «Tampoco ha habido un problema, simplemente una petición de que no saliera«, valora. «Nos dijeron si, por favor, nos importaba porque era una obra un poco polémica y que preferirían que no estuviera». ¿Por qué accedió la histórica galerista, precisamente una de las fundadoras de ARCO? «Helga es una persona que huye totalmente de estos conflictos. En cuanto se lo han pedido con buenas formas, ella no ha tenido ningún problema», cuenta Caballero.
El que sí ha tenido un problema con la retirada es el artista, que ha criticado en redes sociales que su obra, una serie de 24 retratos fotográficos en blanco y negro y con los rostros pixelados, fuera sometida a la «censura». «Acabamos de enterarnos de la censura de nuestra obra PRESOS POLÍTICOS EN LA ESPAÑA CONTEMPORÁNEA del estand de Helga de Alvear, donde iba a presentarse en ARCOmadrid 2018. Suponemos que asimismo queda cancelada la presentación de la misma programada para el próximo sábado 24. Según las noticias que tenemos, serían los responsables de IFEMA quienes habrían exigido la retirada de la pieza. Más allá de la relativa sorpresa y decepción con que hemos recibido la noticia, consideramos que esta decisión daña seriamente la imagen de esta feria internacional y del propio estado español. Además, constituye una falta de respeto hacia una galerista como Helga de Alvear, que participó en la puesta en marcha de la Feria, así como hacia la madurez e inteligencia del público. Finalmente, creemos que actos de este tipo dan sentido y razón a una pieza como ésta, que precisamente denunciaba el clima de persecución que estamos sufriendo los trabajadores culturales en los últimos tiempos», ha publicado en su perfil de Facebook.
Además de Junqueras y los Jordis, la obra también incluye referencia a otros personajes, como los titiriteros detenidos en 2016 por exaltación al terrorismo. Eso sí, finalmente, la obra se ha vendido por 80.000 euros, según ha confirmado la galería.