Asciende a 156 el número de muertos por las fuertes lluvias en Japón

Las inundaciones y avalanchas de barro provocadas por las violentas lluvias en el oeste de Japón han provocado la muerte de al menos 156 personas, ha anunciado este martes en una rueda de prensa el ministro portavoz del Ejecutivo, Yoshihide Suga. La mayoría de fallecidos proceden de las prefecturas de Hiroshima (oeste) y Okayama y Ehime (sudoeste). Además, Suga ha indicado que aún hay al menos 10 personas desaparecidas, aunque los medios locales cifran el número de desaparecidos entre 59 y 74.

El primer ministro, Shinzo Abe, ha anunciado hoy su visita a la prefectura de Okayama, una de las más afectadas por las lluvias, después de cancelar el lunes su gira a Europa y Oriente Medio, con el fin de coordinar personalmente las tareas de asistencia a los afectados. «Vamos a evaluar las necesidades de las víctimas y a impulsar una pronta reconstrucción de la zona», ha dicho Abe tras una reunión de emergencia de su gabinete, en declaraciones recogidas por la agencia japonesa Kyodo. Al rededor de 8.400 personas fueron evacuadas en refugios dispuestos por las autoridades, mientras otros fueron recibidos en casas de allegados, en los últimos días.

«Los 75.000 policías, bomberos, soldados de las Fuerzas de Autodefensa y guardacostas hacen lo mejor que pueden para ayudar a los afectados por las inundaciones», ha destacado Suga. Las búsquedas y trabajos de limpieza continúan bajo un intenso sol, con temperaturas previstas de 35ºC a la sombra, «y este tiempo soleado durará al menos una semana», ha añadido Suga, quien ha alertado del riesgo de insolaciones y golpes de calor, así como de nuevos corrimientos de tierra.

Los aguaceros caídos en varias provincias del oeste del archipiélago japonés la semana pasada provocaron la peor catástrofe por lluvias en el país en más de 30 años, informa EFE. Los desbordamientos de los ríos provocaron inundaciones de poblaciones enteras, donde el agua alcanzó los tres metros de altura en algunas zonas. También se han producido grandes corrimientos de tierra que han arrasado a su paso miles de viviendas y dejado varias poblaciones completamente aisladas.