Natalia Merino
Donostiarra del 93 y residente en Madrid. Joven y nativa de los telefonillos de casa, que timbrábamos para jugar en el barrio. Detractora de los rostros girados y fan de la reverencia a la duda. Me formé en Comunicación y sus especialidades. Ahora soy consultora en temas de Asuntos Públicos.