BBVA premia al inmunólogo de EEUU James Allison por su terapia contra el cáncer
El inmunólogo estadonunidense James P. Allison ha obtenido el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Biomedicina, por haber sido el primero en demostrar que la inmunoterapia puede tratar el cáncer de forma efectiva
El inmunólogo estadonunidense James P. Allison ha obtenido el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Biomedicina, por haber sido el primero en demostrar que la inmunoterapia puede tratar el cáncer de forma efectiva, abriendo así una vía que “ha proporcionado beneficios clínicos a muchos pacientes” y ha “estimulado el desarrollo de toda una nueva clase de fármacos”, ha explicado el jurado en un comunicado hecho público este martes.
La investigación de Allison, que en la actualidad trabaja en MD Anderson con su colega y esposa Padmanee Sharma en un proyecto llamado la ‘Plataforma de Inmunoterapia‘, “ha llevado a activar el sistema inmune para lograr que combata el cáncer en pacientes, así como al desarrollo de nuevas terapias”. En 2011 la agencia del medicamento estadounidense (FDA, por sus siglas en inglés) dio luz verde al primer fármaco oncológico basado en la activación del sistema inmune, indicado contra el melanoma metastásico, mostrando una alta efectividad, con tasas de supervivencia de hasta diez años, en alrededor del 20% de pacientes.
El tratamiento a partir de los trabajos de Allison ha supuesto un «cambio total de paradigma” respecto cómo se aborda en la actualidad el el cáncer, ha explicado Lélia Delamarre, jefa de grupo en el Departamento de Inmunología del Cáncer de Genentech y vocal del jurado.
En la actualidad se han aprobado ya varios fármacos basados en el mismo principio
ideado por Allison, «que buscan aumentar el porcentaje de pacientes que se benefician
de la inmunoterapia en melanoma y que, además son efectivos contra cáncer de pulmón,
riñón, vejiga y tumores de cabeza y cuello», explica los responsables de la Fundación BBVA.
La inmunoterapia se basa en potenciar la capacidad del sistema de defensa del
organismo para combatir y eliminar las células cancerosas de manera específica. Es
una estrategia que se intenta desde hace décadas, pero que no había dado resultado
hasta que se produjo el hallazgo de Allison y su equipo a mediados de los años 90 en relación con las células T del sistema inmune, responsables de combatir las células tumorales.
A partir de las investigaciones, Allison «caracterizó una molécula llamada CTLA-4 presente en la superficie de las células T, y demostró que normalmente actúan como freno de estas células”, explica el jurado en el acta. El paso siguiente fue «levantar el pie del freno» del sistema inmune, en palabras de Robin Lovell-Badge, del Instituto Francis Crick (Reino Unido) y vocal del jurado. De esa forma, las células T actúan sin obstáculos contra su objetivo: las células tumorales.
Ante los primeros ensayos, la comunidad científica reaccionó con escepticismo, recordba Allison en conversación telefónica con la Fundación tras conocer el fallo: «El escepticismo inicial se basaba en que al principio se generó demasiado optimismo con la inmunoterapia. A principios de los años sesenta, muchos empezaron a tratar de usar el sistema inmune para destruir el cáncer, pero la realidad es que solo funcionaba en ratones. Lo que ocurrió es que muchos se lanzaron a probar tratamientos sin comprender realmente qué intentaban modificar, es decir, sin haber realizado antes la ciencia básica necesaria; aún no sabían que existían frenos en el sistema inmune, y por eso hubo muchos fracasos. Muchos se dieron por vencidos, decían que la inmunoterapia había generado expectativas exageradas y que jamás funcionaría».
«Los buenos resultados de los ensayos con humanos, iniciados en 2001, no solo dieron la razón a Allison, sino que inspiraron a muchos otros investigadores a buscar nuevas señales-freno del sistema inmune. La inmunoterapia es hoy una de las áreas de investigación más activas en oncología», explica la Fundación BBVA.
«No combatimos el cáncer directamente, sino que hacemos que el sistema inmunitario lo ataque», explica Allison y eso hace que la inmunoterapia sea efectiva contra muchos tipos de tumores. Una tercera ventaja es que por lo general tiene menos efectos secundarios. El propio Allison admite, en todo caso, que la inmunoterapia no será, por sí misma, la solución definitiva: «No vamos a curar todos los tipos de cáncer», reconoce. «Pero sí creo que en el futuro la inmunoterapia formará parte del arsenal terapéutico contra muchos tipos de cáncer, en combinación con quimioterapia y/o radioterapia. Sí creo que pronto lograremos curar a la mayoría de los pacientes, espero que incluso alcanzando hasta el 60 o el 90% de los casos en algunos tipos de cáncer».
Allison se define como un investigador básico, o al menos lo era cuando empezó su carrera. «Yo sí tenía un interés personal en el cáncer, porque perdí a mi madre cuando era niño por esta enfermedad, y después a mi hermano y a dos de mis tíos; pero quería comprender primero el funcionamiento de las células T, para luego intentar aplicar las lecciones de esta investigación básica al desarrollo de terapias contra el cáncer. Creo que primero necesitas la ciencia básica. Sin ese fundamento no es posible desarrollar tratamientos eficaces. Yo siempre tuve el cáncer en mente, pero la prioridad tiene que ser siempre hacer ciencia básica, incluso sin una aplicación concreta en mente. Es lo que siempre les digo a mis estudiantes«, comenta.
Allison, además, cuenta que ha tenido la satisfacción de ver cómo sus investigaciones han tenido efectos beneficiosos para personas. «Conocer a una mujer a la que le habían dicho que le quedaban unos pocos meses de vida, y que hoy, más de 15 años después, sigue viva con dos niños, ha sido uno de los mejores momentos de mi vida. Esto me motiva a hacer todo lo posible para que estas terapias funcionen. Es bastante insólito que un investigador en ciencia básica logre ver las aplicaciones de su trabajo e incluso conocer a personas a las que han ayudado sus descubrimientos».