El calentamiento global podría provocar la extinción de los osos polares a finales de siglo
SVEN HOPPE | AP Photo/dpa,
Los osos polares de Alaska y Rusia están gravemente amenazados por la subida de temperaturas a nivel global. Según un estudio publicado en la revista Nature, si las emisiones de gases de efecto invernadero continúan a los niveles esperados, la especie podría prácticamente desaparecer en 2100.
Por qué te lo contamos: debido a las condiciones de su hábitat, los osos polares forman parte del grupo de especies amenazadas por el cambio climático. Estos osos dependen del hielo para poder desplazarse y encontrar alimento. A medida que los bloques se funden, la población de osos polares también podría decrecer. Además, el estudio de Nature augura que en pocas décadas los osos tendrán problemas para reproducirse y desaparecerán de algunos territorios.
El estudio científico asegura que, si los niveles de contaminación se mantienen, para 2080 los osos polares sólo podrían habitar en el Ártico canadiense.
Esta reducción del ecosistema ya ha comenzado: en el mar de Beaufort de Alaska, la población de osos polares ha descendido entre un 25 y un 50%. En la bahía de Hudson la población también ha caído significativamente. En febrero de 2019 se produjo un episodio dramático que evidenciaba los efectos del deshielo: un grupo de osos polares llegó hasta Nueva Zembla, en el noreste de Rusia, buscando alimento.
En la actualidad existen unos 26.000 ejemplares de osos polares. Este número podría reducirse drásticamente en pocas décadas. El estudio ha analizado el número de días que los osos polares pueden ayunar (una práctica habitual en estos animales) para estimar cuánto tiempo podrían sobrevivir y reproducirse. Algunos estudios anteriores ya habían identificado los cambios de hábitos alimenticios en focas y ballenas árticas, precisamente por culpa del calentamiento climático.
El estudio señala que reducir la cantidad de emisiones de efecto invernadero mitigaría el problema y prolongaría la persistencia de los osos, pero aún así, las previsiones son negativas: «es poco probable que evite la eliminación de algunas poblaciones en este siglo».
