¿Por qué los fotógrafos se enamoran del otoño?
Desnudos. Con su manto de hojas cubren el suelo de parques, la tierra del monte, las laderas de las montañas. El equinocio instala su filtro de ocres en nuestra retina. También en los objetivos de las cámaras más reputadas. Los fotógfos petrifican los paisajes de la mal llamada naturaleza muerta que seducen las retinas de quienes no reparan en lo cotidiano: ha llegado el otoño.

























