China ha empleado ya al menos dos vacunas experimentales contra la COVID-19 en «cientos de miles de chinos» que ni han contraído el virus ni han presentado efectos secundarios adversos, según ha afirmado un directivo del Grupo Nacional de Biotecnología de China (CNBG), citado por la prensa local.
En contexto: esta compañía estatal es la desarrolladora de dos vacunas de las cuatro chinas que actualmente están pasando por la fase tres de pruebas clínicas, a las que se suman otras cuatro de otros países.
«Se ha vacunado a cientos de miles (de personas) y ninguno ha mostrado ningún efecto adverso evidente ni se ha contagiado», ha asegurado el secretario de la Comisión para la Inspección de la Disciplina -nombre que en China reciben los órganos anticorrupción del Partido Comunista- del CNBG, Zhou Song, en una entrevista con la emisora oficial Radio Nacional.
Zhou ha afirmado que es probable que las dos candidatas a vacuna que desarrolla CNBG -filial de Sinopharm- ofrezcan una inmunidad de hasta tres años. «Ahora mismo, basándonos en los resultados de los experimentos en animales, de las investigaciones por fases y en vacunas que utilizan tecnología similar, no hay dudas de que la inmunidad puede durar entre uno y tres años».
Esto, explica, haría innecesario organizar campañas anuales de vacunación contra el coronavirus[contexto id=»460724″] similares a las de la gripe, ya que el virus no está mutando tanto como para que la vacuna basada en el virus inactivado de CNBG tuviera problemas para enfrentarse a él.
Según explica el directivo, sus vacunas están siendo las más empleadas en un programa autorizado por Pekín a finales de julio para permitir el uso de vacunas todavía no aprobadas por los reguladores en grupos de alto riesgo, como trabajadores sanitarios, diplomáticos o empleados que desarrollen su labor en el extranjero. Además, CNBG ha firmado recientemente un acuerdo con la tecnológica Huawei para ofrecer vacunas y otros tratamientos a sus empleados.
El grupo de vacunados incluye a «decenas de miles» de personas que trabajan en el extranjero y entre las que tampoco se habría detectado ningún contagio, algo que, en opinión de Zhou, demostraría la efectividad de la vacuna.
Actualmente, las vacunas de CNBG están llevando a cabo pruebas de fase tres en diversos países como Argentina, Perú, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Marruecos y Jordania. Y la compañía está construyendo dos centros, en Pekín y en Wuhan, que permitirán ampliar la capacidad de producción anual de la vacuna de 220 millones de dosis a entre 800 y 1.000 millones.
La revelación de Zhou se suma a la de Sinovac, la desarrolladora de la tercera de las vacunas empleadas en el programa de vacunación de emergencia, que aseguró que decenas de miles de personas ya habían recibido sus dosis.
Una cuarta posible vacuna, creada por la compañía CanSino y por la Academia Militar de Medicina, ha recibido autorización para tomar parte de un plan similar pero solamente aplicado al Ejército.