Confinados en jaulas y castigados al sol por saltarse la cuarentena en Filipinas
Human Rights Watch ha pedido que se respeten los derechos de las personas arrestadas por violar el toque de queda
Personas confinadas en jaulas de perros o castigadas a permanecer a pleno sol durante horas. Estos son algunos de los castigos que las autoridades de Filipinas han impuesto a los que violan la cuarentena durante la pandemia del coronavirus[contexto id=»460724″], según ha denunciado este jueves Human Rights Watch (HRW).
«La policía y los funcionarios locales deben respetar los derechos de las personas arrestadas por violar el toque de queda y otras regulaciones de salud pública», ha advertido en un comunicado el subdirector de HRW para Asia, Phil Robertson, que afirma que cualquier tipo de maltrato debe investigarse de inmediato y que las autoridades responsables deben rendir cuentas y ser sancionadas o procesadas.
El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, impuso el cierre y cuarentena estricta en la isla de Luzón -la mayor del país donde se encuentra Manila- el pasado 16 de marzo y desde entonces la policía ha arrestado a cientos de personas.
Las autoridades locales de la ciudad de Santa Cruz, provincia de Laguna, al sur de Manila, han admitido haber encerrado toda una noche a cinco jóvenes en una jaula el 20 de marzo, acorralados por perros callejeros, por «haber violado el toque de queda y agredirles verbalmente».
Además, en Parañaque, dentro del área metropolitana de Manila, las autoridades obligaron a los infractores del toque de queda a sentarse bajo el intenso sol del mediodía después de su arresto, aunque luego justificaron que no tenían otro lugar donde retenerlos.
Por otra parte, en la provincia de Bulacan, al norte de Manila, un agente mató a un hombre que supuestamente se saltó un puesto de control, aunque la policía esgrime que el hombre disparó primero al escapar.
HRW también ha advertido de que la detención indiscriminada durante la cuarentena abarrotará aún más los centros de detención del país -los más densamente poblados del mundo- propiciando la rápida expansión del coronavirus.
Filipinas se encuentra desde el miércoles en estado de emergencia, lo que implica que las personas que violen la cuarentena y el confinamiento pueden ser detenidas «incluso si no resisten la acción policial», lo que puede llevar a abusos de derechos humanos, según han alertado varias organizaciones.
Filipinas ha confirmado 636 casos positivos y 38 muertes por COVID-19, aunque solo el 0’0018 % de la población ha sido sometida a la prueba de diagnóstico, por lo que se sospecha que haya muchos más casos sin detectar.