Control en las mezquitas y a los imanes: Macron presenta una ley contra el «separatismo islamista»
El presidente francés, Emmanuel Macron, ha presentado este viernes en Les Mureaux, una ciudad popular del extrarradio de París, un proyecto de ley para combatir el integrismo islámico que, a su juicio, pretende «crear un orden paralelo». El objetivo es cerrar el paso al «separatismo islamista» a la en la escuela, los servicios públicos, las mezquitas o los barrios desfavorecidos.
Por qué es importante: Macron ha avanzado que su Gobierno adoptará el 9 de diciembre un proyecto de ley que pretende defender el laicismo sin estigmatizar a los millones de musulmanes que viven en Francia. El mandatario ha justificado esta iniciativa para combatir a un integrismo islámico que «conduce a negar las leyes de la República». También ha señalado que el integrismo islámico conduce a a «banalizar la violencia», incluso al terrorismo, ha añadido tras recordar los ataques yihadistas que ha sufrido su país.
Una de las medidas más impactantes es la obligatoriedad de la escolarización de todos los niños a partir de los tres años y la limitación de las clases a domicilio solo para los alumnos que tengan una justificación médica. Con estas medidas, el Gobierno galo pretende impedir que los padres saquen o no lleven a sus hijos a las escuelas que garantizan una instrucción basada en los principios republicanos y que los lleven a estructuras religiosas fuera de todo control del Estado.
El jefe del Estado también ha propuesto «estructurar» la representación del islam en Francia y liberarlo de las «influencias extranjeras». Para eso, dejarán de llegar imanes de Marruecos, Túnez y Argelia, como era habitual, y habrá un control mucho más estricto del dinero que las mezquitas reciban del exterior. En cuanto a la representación de la religión islámica, el Consejo Francés del Culto Musulmán (CFCM) se ocupará de la certificación de los imanes y de su formación.
Con la futura ley, los prefectos (delegados del Gobierno) podrán anular decisiones municipales en cuyo trasfondo haya razones confesionales contrarias a los valores del Estado, como proponer menús en los comedores escolares basados en restricciones religiosas o crear horarios en las piscinas diferentes para hombres y mujeres.
Además, la neutralidad confesional en el trabajo, que ahora ya se aplica a los empleados públicos (que, por ejemplo, no pueden llevar signos religiosos ostentosos), se ampliará a los asalariados de empresas con concesiones en cualquier servicio público, como el transporte. También se facilitará la disolución administrativa de asociaciones que se dediquen al adoctrinamiento religioso y todas las que reciban dinero público deberán asumir explícitamente los principios republicanos.
Macron ha reconocido que los poderes públicos en Francia habían «construido su propio separatismo» al permitir la creación de guetos donde se han concentrado «la miseria y las dificultades», y que esa situación ha sido aprovechada por organizaciones integristas islámicas. Por eso, el último eje de acción es poner más medios en los barrios desfavorecidos. El objetivo, ha expresado, es «garantizar una presencia republicana al pie de cada torre y de cada edificio».