Duterte anuncia que cambia la alianza de Filipinas con EEUU por China
Anteriormente, Duterte incluso había llegado a llamar “hijo de puta” al presidente norteamericano, Barack Obama. El miércoles, día que aterrizó en Pekín para su visita oficial de cuatro días, ya dijo que su país se ha beneficiado muy poco de su larga alianza con lEEUU, su antiguo colonizador. «Vuestra estancia en mi país ha sido para vuestro propio beneficio. Es tiempo de decir adiós, mi amigo», dijo dirigiéndose a las autoridades de Washington. Duterte ha dado un giro de 180 grados a su política exterior en comparación con la de su predecesor, Benigno Aquino, que en 2013 llevó a Pekín ante un tribunal internacional por sus disputas territoriales en el Mar de China Meridional. Las autoridades estadounidense no han respondido aún a las declaraciones de Duterte, por lo que se la nueva administración que surja de las elecciones norteamericanas la que tenga que lidiar con este inesperado frente abierto.
Rodrigo Duterte vuelve a hacer de las suyas. «Anuncio mi separación de Estados Unidos, tanto militar como económica», ha afirmado el polémico mandatario filipino en un foro de negocios delante del viceprimer ministro chino, Zhang Gaoli, y otros altos cargos. «Me he separado de ellos, así que dependeré de vosotros por mucho tiempo, pero no os preocupéis, también ayudaremos», ha dicho a los allí presentes. Este es el último de una serie de gestos que el presidente filipino tiene para tensar las relaciones con Estados Unidos.
Anteriormente, Duterte incluso había llegado a llamar “hijo de puta” al presidente norteamericano, Barack Obama. El miércoles, día que aterrizó en Pekín para su visita oficial de cuatro días, ya dijo que su país se ha beneficiado muy poco de su larga alianza con lEEUU, su antiguo colonizador. «Vuestra estancia en mi país ha sido para vuestro propio beneficio. Es tiempo de decir adiós, mi amigo», dijo dirigiéndose a las autoridades de Washington. Duterte ha dado un giro de 180 grados a su política exterior en comparación con la de su predecesor, Benigno Aquino, que en 2013 llevó a Pekín ante un tribunal internacional por sus disputas territoriales en el Mar de China Meridional. Las autoridades estadounidense no han respondido aún a las declaraciones de Duterte, por lo que se la nueva administración que surja de las elecciones norteamericanas la que tenga que lidiar con este inesperado frente abierto.