Así son las increíbles tumbas de lujo de los narcos mexicanos

Muchos de los capos de los carteles de Sinaloa, en el noroeste de México, consiguen llevarse su gusto por el lujo y la ostentación hasta la tumba, literalmente. El cementerio de los Jardines del Humaya, en Culiacán, la capital del estado que fue bastión del encarcelado capo Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, es buena prueba de ello. Los restos de grandes jefes del narcotráfico descansan allí en suntuosas tumbas de dos pisos, con aire condicionado y vidrios a prueba de balas.

Una de las criptas, que según dicen alberga los restos de un sicario del cartel de Sinaloa, tiene una puerta de vidrio a prueba de balas, una cruz que brilla en la oscuridad y cámaras de vigilancia en la entrada. En otros de los edificios que albergan las tumbas hay luces que se encienden automáticamente al caer la noche, sensores de presencia, salones con sofás y hasta árboles de Navidad. En la mayoría de los casos, las tumbas muestran fotografías o pinturas de los fallecidos en el exterior, pero no aparecen reflejados los nombres de sus propietarios. Según declaraciones de Juan Carlos Ayala, profesor de filosofía de la Universidad Autónoma de Sinaloa y especialista en ‘narco-cultura’, recogidas por la agencia AFP: «Es una expresión del poder del cual han sido ellos ostentosos y creo que también es una manifestación de su ánimo de eternidad, que eso es muy natural en cualquier ser humano (…) También una muestra para los que sobreviven que este hombre fue grande y queda a la posteridad».