Los cuerpos humanos alteran la química del suelo desde la tumba
Los seres humanos dejamos huella en la naturaleza incluso después de muertos. Los cuerpos en descomposición alteran la química del suelo, han advertido este miércoles un grupo de científicos.
Los seres humanos dejamos huella en la naturaleza incluso después de muertos. Los cuerpos en descomposición alteran la química del suelo, ha advertido este miércoles un grupo de científicos.
Nuestros cadáveres, ya sean enterrados o incinerados, filtran al suelo una serie de nutrientes esenciales, como el hierro, el azufre o el fósforo, pero las prácticas funerarias hacen que estos elementos se concentren solamente en los cementerios. Al no repartirse en la naturaleza de forma uniforme, hay lugares donde no hay suficientes nutrientes para los animales y las plantas, mientras que en otros hay demasiados, explica el estudio.
Además de estos nutrientes, los cuerpos humanos contienen elementos perjudiciales para la naturaleza, como el mercurio, presente en los empastes dentales.
“Lo que hacemos hoy con nuestros fallecidos afectará al medio ambiente durante mucho, mucho tiempo”, ha dicho Ladislav Smejda, de la Universidad checa de Ciencias de la Vida y participante en la investigación. “Quizá no sea un problema desde nuestra perspectiva actual, pero con la creciente población mundial podría convertirse en un problema apremiante en el futuro”.
Los científicos analizaron los elementos químicos del suelo en cementerios y lugares donde se dispersaron cenizas mediante una espectroscopia de rayos X. Además, estudiaron esqueletos de animales para medir el impacto de una antigua práctica que consistía en dejar a los cadáveres descomponerse al aire libre, llamada ‘excarnación’.
En todos los casos analizados, el suelo contenía concentraciones de químicos significativamente más altas que en los alrededores, según Smejda. Si no hubiera cementerios, los restos humanos se distribuirían de forma aleatoria y los nutrientes podrían ser utilizados en todas partes, ha explicado el investigador.
Aunque el tema del enterramiento es tabú por estar arraigado en las culturas y religiones, el científico cree que “hay posibilidades de inventar, desarrollar y poner en práctica (…) nuevas formas de entierros humanos o nuevos tratamientos menos perjudiciales para el medio ambiente, más ecológicos”, de acuerdo con la agencia AFP.