Prisión condicional para un bloguero ruso por jugar a Pokémon Go en una iglesia
El bloguero ruso Ruslán Sokolovski, detenido el año pasado por cazar pokémon en una iglesia en los Urales, ha sido condenado a 3,5 años de prisión condicional, tras ser declarado culpable de «incitación al odio y de insultar los sentimientos religiosos de los creyentes», informan varias agencias. La jueza Yekaterina Shoponiak, que ha leído a la sentencia, ha señalado que la pena contempla un periodo de prueba de tres años en el curso de lo cuales Sokolovski podría ingresar en prisión para el cumplimiento efectivo de la pena en caso de que incurra en un nuevo delito.
El bloguero ruso Ruslán Sokolovski, de 22 años y detenido el año pasado por cazar pokémon en una iglesia en los Urales, ha sido condenado a 3,5 años de prisión condicional, tras ser declarado culpable de «incitación al odio y de insultar los sentimientos religiosos de los creyentes», informan varias agencias. La jueza Yekaterina Shoponiak, que ha leído a la sentencia, ha señalado que la pena contempla un periodo de prueba de tres años en el curso de lo cuales Sokolovski podría ingresar en prisión para el cumplimiento efectivo de la pena en caso de que incurra en un nuevo delito.
Sokolovski, cuya liberación ha exigido la oposición y la organización Amnistía Internacional (AI), se ha declarado no culpable, ha negado que sea un extremista como mantiene la acusación, y ha recordado que su delito no es «en absoluto violento». Además, en el juicio señaló que tiene a su madre a su cargo y que si tiene que cumplir una pena de cárcel durante varios años ya no podrá encargarse de ella. El bloguero se había filmado atrapando varias criaturas virtuales, incluso durante un oficio, y con una banda sonora que repite una oración falsa llena de maldiciones.
Publicado el 11 de agosto en Youtube, el video de Ruslan Sokolovski cuenta con más de 1,6 millones de reproducciones, mientras que la Iglesia Ortodoxa rusa le acusa de blasfemia. En el vídeo, titulado «Cazando pokémon en la iglesia», calificaba a Jesucristo como el «pokémon más raro» y se lamentaba de que no había conseguido capturarlo.