Las cineastas iberoamericanas piden más visibilidad
Con el firme objetivo de favorecer la situación actual de las cineastas, FIACINE se ha unido a diversos productores y directores para elaborar una serie de propuestas que marquen una dirección de trabajo.
Con el firme objetivo de favorecer la situación actual de las cineastas –directoras, guionistas y productoras- la Federación Iberoamericana de Artes y Ciencias Cinematográficas (Fiacine) ha elaborado unas propuestas encaminadas a darles más visibilidad y un trato similar al de los hombres en la industria cinematográfica. Las Academias Iberoamericanas cuentan con 3.708 miembros, de los cuales solo el 31% son mujeres. En 2016 se estrenaron 798 películas: en ficción solo el 10% fueron dirigidas por una mujer y en documental, el 21%.
Comienzan pidiendo a los organismos responsables y a las Academias de Cine de cada país que ofrezcan datos sobre producción y subvenciones recibidas por cada película, desagregados por sexos para conocer cuántas mujeres hay al frente de los proyectos. En segundo lugar, la Federación quiere desarrollar políticas públicas con objetivos de igualdad, siendo conscientes de la variedad de legislaciones que imperan en cada país miembro.
Por último, propone que se pongan en marcha programas formativos, educativos, de empoderamiento y visibilización de las mujeres profesionales en la industria del cine. En concreto, Fiacine plantea que se cree en cada país una web que dé visibilidad a las mujeres trabajadoras del cine en todas sus categorías. Pide un plan integral que implique a toda la industria, porque, argumenta, no es solo un problema de las mujeres, sino un reto para toda la sociedad.
Hace años que esta situación se viene denunciando a través de las Asociaciones de las Mujeres profesionales del sector y el discurso de igualdad ha sido aceptado. Sin embargo, aunque la situación se reconozca, lo cierto es que no se pasa de la teoría a los hechos. Faltan las acciones políticas implicadas en este cambio, así como los planes y medidas que cambien la situación.
Es un hecho contrastado que en el ámbito iberoamericano hay pocas mujeres directoras, guionistas y productoras en la industria, especialmente en los proyectos de mayor relevancia. También son muy escasas las mujeres en cinco profesiones técnicas: fotografía, sonido, montaje, composición de música y efectos especiales y animación.
La radiografía de la profesión que ofrecen los datos ofrecen significa que el hecho de ser mujer afecta negativamente a la carrera profesional en el mundo del cine, ya que no solo hay menos mujeres que hombres en las tareas directivas y técnicas, sino que, además, tienen menos continuidad laboral y manejan presupuestos más bajos.
Sin embargo, las mujeres no son menos eficaces ni tienen menos talentos y la calidad de su trabajo lo demuestra, según las conclusiones de Fiacine. Tampoco es que se autoexcluyan porque les parezca una profesión que no les interese: hace ya muchos años que las mujeres son muchas, cuando no mayoría, en las universidades, en las carreras en las que se forman los profesionales del audiovisual y en las escuelas de cine. Además, el hecho de que haya pocas mujeres escribiendo, dirigiendo y produciendo, o sea, en los puestos donde se decide qué y cómo se va a contar, afecta a los contenidos. Una de las consecuencias de esta masculinización de la pantalla es el tratamiento de las relaciones amorosas y familiares y de la violencia contra las mujeres.