Rusia pierde el contacto con el satélite angoleño Angosat-1
Rusia ha anunciado que ha perdido el contacto con el primer satélite angoleño de telecomunicaciones, lanzado este martes desde el cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán, informa una fuente espacial rusa. «El contacto cesó temporalmente, perdimos la telemedición», ha afirmado esta fuente, que confía en poder restablecer la comunicación con este satélite, cuyo coste se estima en 280 millones de dólares.
Rusia ha anunciado que ha perdido el contacto con el primer satélite angoleño de telecomunicaciones, lanzado este martes desde el cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán. «El contacto cesó temporalmente, perdimos la telemedición«, ha afirmado una fuente rusa, que confía en poder restablecer la comunicación con este satélite, cuyo coste se estima en 280 millones de dólares.
El satélite fue lanzado este martes a las 19:00 horas desde Baikonur, por medio de un cohete ucraniano que entró en órbita poco después de su lanzamiento. El cohete Zenit-2SB, que transportaba el satélite Angosat-1 hacia su órbita, fue construido por la compañía ucraniana Yuzhmash. Este es uno de los pocos lanzamientos conjuntos desde 2014, momento en el que Rusia anexionó Crimea.
Angola y Rusia acordaron en 2009 lanzar Angosat-1 para una misión de 15 años destinada a mejorar las telecomunicaciones por satélite, el acceso a internet y los servicios de radio y televisión en África.
Angola 1st satellite AngoSat-1 launches Tuesday (Dec 26) from Russia but with the control and mission centre in northern Luanda Province. The US$300 million communications satellite has uses like facilitating instant medical data transmission to doctors in remote areas. pic.twitter.com/0UnkWM0NBP
— James Hall (@hallaboutafrica) 21 de diciembre de 2017
La pérdida de contacto con el satélite angoleño hace temer un nuevo fracaso para la política espacial rusa, un mes después de la pérdida de un satélite meteorológico lanzado desde el nuevo cosmódromo de Vostochny. Esta base simboliza, supuestamente, el renacimiento de la industria espacial rusa, motivo de orgullo en la época soviética y que ha visto reducir su financiación desde el desmoronamiento de la URSS.
Rusia ha sufrido varios reveses en 2015 y 2016, como la pérdida del carguero Progress, que debía aprovisionar a la Estación Espacial Internacional (ISS); una avería provocada en el lanzador Protón o el hallazgo de fallos en la mayoría de los motores fabricados para los cohetes rusos.
