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Cultura

Extraen ADN a 9 soldados tras la denuncia de una violación grupal en el cuartel de Bobadilla

Los investigadores han tomado muestras de ADN a nueve soldados del cuartel aéreo de Antequera, en Málaga, para cotejarlo con el semen encontrado en las medias y el pijama de la militar que denunció una violación grupal en el acuartelamiento aéreo de Bobadilla que ocurrió presuntamente el 11 de diciembre.

Extraen ADN a 9 soldados tras la denuncia de una violación grupal en el cuartel de Bobadilla

Los investigadores han tomado muestras de ADN a nueve soldados del cuartel aéreo de Antequera, en Málaga, para cotejarlo con el semen encontrado en las medias y el pijama de la militar que denunció una violación grupal en el acuartelamiento aéreo de Bobadilla que ocurrió presuntamente el 11 de diciembre.

Las muestras de semen se han enviado al Instituto de Toxicología para identificar los perfiles genéticos de los implicados, ha explicado a Efe el abogado de la denunciante, Javier Rincón.

La soldado se encuentra de baja y sometida a tratamiento psicológico y psiquiátrico “porque está muy gravemente afectada”, explica Rincón. “Uno de los lemas esenciales de nuestras Fuerzas Armadas es el compañerismo y aquí ha primado de todo menos el compañerismo”, ha denunciado.

La soldado también había denunciado otra agresión anterior a la violación grupal. Sobre si puede existir una relación entre ambas agresiones, Rincón ha dicho que son “dos hechos gravísimos y muy lamentables, demasiado cercanos en el tiempo”, pero desconoce si el mismo agresor está implicado en los dos casos porque no pondrán “nombres y apellidos a los responsables de esta brutal agresión” hasta que se conozca el perfil de los implicados.

La violación grupal ocurrió supuestamente en la celebración del día de la patrona de la Aviación, cuando la militar fue a un bar con sus compañeros. Tras ir al aseo, notó el sabor de la cerveza más amargo, explica su abogado. “No le da más importancia, pero en un momento dado se empieza a encontrar mal. Entonces un compañero la lleva al cuartel, le ayuda ponerse el pijama y se acuesta”, añade. Fue a la mañana siguiente cuando descubrió que llevaba las medias puestas y que en ellas había restos de semen.

Rincón asegura además que la militar tuvo que “aguantar una serie de comentarios de compañeros del estilo ‘ayer cómo ibas’ o ‘tenías que haber tenido cuidado con la copa’, como si todo el mundo supiera algo que ella no sabía”.

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