De Martin Scorsese a Clint Eastwood pasando por Pedro Almodóvar, Sofia Coppola o Christopher Nolan. El Sindicato de Directores de Hollywood (DGA) ha pedido en una carta al Senado y el Congreso de Estados Unidos que proporcionen fondos y salven a los cines del «devastador golpe financiero» que ha supuesto la pandemia: «Los cines necesitan una ayuda específica y destinada a sus circunstancias. Les urgimos a que se unan en una solución bipartidista que proporcione esta ayuda».
Por qué es importante: la lista de directores que secundaron esta petición valdría para establecer un canon del cine contemporáneo: además de los anteriormente mencionados, prestaron su firma otros prestigiosos cineastas como Wes Anderson, Greta Gerwig, James Cameron, Michael Bay, Patty Jenkins, Damien Chazelle, Rian Johnson, Ang Lee, Richard Linklater, Guy Ritchie, Steven Soderbergh, Lulu Wang o Denis Villeneuve.
El listado incluye de la misma forma a referentes hispanos con gran presencia internacional y peso en Hollywood como los mexicanos Alfonso Cuarón o Alejandro González Iñárritu. «Sin una solución designada para sus circunstancias, los cines quizá no sobrevivan al impacto de la pandemia«, aseguran. La carta subraya que ir al cine es «una experiencia central del modo de vida estadounidense» y asegura que 268 millones de personas en EEUU y Canadá fueron el año pasado a las salas «a reír, llorar, soñar y emocionarse juntos». «Junto a su crucial impacto cultural, los cines son multiplicadores de fuerzas económicas. Además de los 150.000 trabajadores de las salas de EE.UU., la industria respalda millones de trabajos en la producción y distribución de cine, e incontables más en los restaurantes y tiendas alrededor de las salas que se basan en ellas para atraer clientela».
El coronavirus cerró durante meses los cines del país y provocó que Hollywood retrasara sus superproducciones, en busca de una mejor situación por la pandemia, o llevara sus estrenos directamente al mercado digital. Esta fue una combinación terrible para las salas de EEUU, que ahora están enfrascadas en una tímida y compleja reapertura y que además no cuentan con nuevos y grandes títulos para seducir a los espectadores. «El 93% de las empresas de las salas tuvieron más de un 75% de pérdidas en el segundo trimestre de 2020. Si este statu quo continúa, el 69% de las empresas pequeñas y medianas de cines se verán obligadas a declararse en bancarrota o a cerrar permanentemente, y el 66% de los empleados se perderán», defiende la carta.
Una propuesta de los directores es que se destinen a los cines algunos fondos no usados de la Ley Cares, que es como se conoció al primer plan de estímulo aprobado en EEUU para combatir la crisis económica derivada del coronavirus.