El año en el que los niños alemanes jugaban con billetes y la gente hacía la compra con carretillas cargadas de dinero
Para entender la situación económica de Alemania en el periodo de entreguerras, primero debemos aclarar en qué consiste la inflación y, sobre todo, cuáles pueden ser sus efectos.
La inflación es una subida generalizada de los precios durante un periodo considerable de tiempo. Durante este periodo el dinero va perdiendo su valor, o lo que es lo mismo, pueden adquirirse menos bienes y servicios por unidad monetaria.
Contexto
Tras la Primera Guerra Mundial, Alemania se encontraba en una situación muy crítica desde el punto de vista económico. Sus gastos durante el conflicto bélico provocaron que el país se endeudara como nunca antes lo había hecho.
El gobierno alemán de aquellos momentos decidió que la mejor solución sería imprimir billetes. Esta medida, lejos de terminar con los problemas del país, los agravó aún más.
Estos billetes nuevos (llamados Papiermark), no tenían respaldo en el patrón oro, lo que suponía un problema añadido, ya que, las economías de entonces requerían que el papel moneda tuviera aval de ese metal precioso.
Hasta mediados de 1921, el valor del Papiermark se mantuvo en 60 marcos por dólar estadounidense pero, tras el ultimátum de Gran Bretaña a Alemania para pagar los destrozos de la guerra, las cosas se complicaron. Los ingleses exigieron que el pago se realizara con dinero respaldado en oro, por lo que el país tuvo que cubrir sus necesidades económicas con billetes sin respaldo (Papiermark). En otras palabras, toda la riqueza que generaba Alemania, se iba directamente a cubrir las deudas extranjeras.
Y, debido a ello, el marco alemán comenzó a devaluarse.
Al haber tantos billetes en circulación se generó una inflación moderada y, llegado el año 1922, se disparó de manera vertiginosa. Los precios se duplicaban cada tres días, aumentaron los tipos de interés, hubo modificaciones del tipo de cambio (se multiplicó hasta llegar a más de un millón de marcos por dólar) y se abandonó la moneda como unidad de intercambio. El coste de vida se multiplicó por dos millones y todo esto condujo a Alemania hacia el colapso económico, llevando al país al límite de la bancarrota.
La moda de las carretillas
La inflación era tal que los billetes eran utilizados por los niños para jugar o se quemaban en lugar de la madera porque salía más barato, y era frecuente que la población transportase los billetes en carretillas simplemente para realizar la compra del día.
Las mujeres acudían a comprar rápidamente antes de que los billetes se devaluaran, ya que los precios de los productos aumentaban día a día. Las grandes perjudicadas fueron las familias que habían depositado el dinero en los bancos.
¿Y quiénes fueron los más beneficiados ante toda esta problemática? Nada más y nada menos que los deudores. Y es que, al igual que el marco, las deudas contraídas antes de la inflación también se devaluaron. Esto les vino de perlas a todos aquellos alemanes que debían dinero.
Fin de la hiperinflación
No fue hasta noviembre de 1923, cuando el economista Hjalmar Schaht propuso la eliminación del Papiermark para terminar con la hiperinflación. De este modo, sustituyeron estos billetes por los Retenmark (o marco seguro).
La solución propuesta por Schacht pasaba porque el Gobierno impusiera una hipoteca legal sobre las tierras y bienes industriales existentes en el país. Estas hipotecas actuarían como respaldo de la nueva moneda y gracias a esta decisión se consiguió terminar con la emisión de papel moneda sin que hiciera falta recurrir al oro.
Consecuencias
Si bien el Retenmark consiguió terminar con la hiperinflación, la terrible situación vivida en Alemania entre los años 1921 y 1923 representa una de las causas del ascenso de Adolf Hitler al poder.
En su libro ‘Mein Kampf’ (Mi lucha), el líder del Partido Nazi expuso su visión política y económica del páis y recogió los problemas a los que se enfrentó Alemania durante el periodo de inflación. Muchos alemanes encontraron entonces en Hitler la solución a la situación de miseria que se vivía en el país.
En conclusión, se trata de un periodo de tiempo que nos ha dejado anécdotas e imágenes para la historia y fundamental para entender el contexto que llevó a Alemania a comenzar la Segunda Guerra Mundial.
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