La subasta celebrada anoche de la mayor colección privada del poeta chileno Pablo Neruda, compuesta por 603 piezas atesoradas por el empresario riojano Santiago Vivanco, se saldó con un 25% de ventas, según ha explicado este viernes la directora de La Suite Subastas, Beatriz du Breuil.
Lo más importante: Du Breuil ha reconocido que «no se cumplieron las expectativas previstas cuando se inició la andadura para esta subasta, antes del confinamiento por la pandemia de coronavirus, pero hay una parte muy positiva y es que los compradores de ayer, algunos muy jóvenes, han mostrado su satisfacción por las obras adquiridas». Asimismo, ha querido resaltar que Santiago Vivanco «continúa siendo el mayor coleccionista del mundo en Neruda, puesto que, como nos ha dicho en estas últimas horas, parece que Neruda no se quiere separar de él».
A la vez, no ha obviado que en la subasta pudo haber tenido un cierto impacto el hecho de que ayer mismo, según publicó el diario El País, la Fundación Pablo Neruda considerara falsos o dudosos 32 de los 238 lotes a subasta, mientras que el presidente de la Fundación Miguel Hernández, Aitor Larrabide, sostuvo que una de las piezas, una dedicatoria del poeta alicantino al chileno, podría no ser auténtica.
Beatriz du Breuil, sin embargo, cree que el principal problema «es el momento que vivimos, muy diferente del mes de febrero, cuando teníamos previsto sacar a subasta la colección en un lote global por 650.000 euros, por el que se había interesado el Estado chileno, pero al tenerlo que suspender por la COVID-19, ayer dividimos la colección en 238 lotes, con precios entre los 50 y los 80.000 euros». Con una situación «económica mala, en un momento de mucha incertidumbre, y con el Estado chileno que decidió no participar en la subasta, todo ha sido muy diferente de lo que habíamos previsto para la subasta del mes de marzo, que finalmente suspendimos», ha relatado Du Breuil.
A pesar de ello, ha destacado que el lote 119, formado por correspondencia del poeta, se vendió «muy bien a un comprador chino, puesto que salía por 5.000 euros y fue adquirido, tras una puja, por 12.000». Otro de los destacados fue la venta del libro de artista Toros, en el que Pablo Picasso dejó su impronta.
En declaraciones a Efe, Santiago Vivanco, que ha ido adquiriendo las piezas de su colección a lo largo de 25 años, se lamentó ayer de que se pusiera en duda la «autenticidad» de algunos de los objetos, de entre los que retiró una carta de Miguel Hernández por las dudas surgidas, aunque sigue manteniendo que es «auténtica». Sobre la Fundación Pablo Neruda precisó que mantuvo contactos con el vicepresidente Enrique Inda Goycolea, que también es coleccionista, y no le dio ningún argumento: «Es mi palabra contra la suya y la de otro bibliófilo, Luis Felipe Cordero, quien, sin embargo, quería pujar en la subasta». Vivanco aseveró que no quiere «difamar» ni «poner en duda la honorabilidad de nadie», pero «¿qué intereses tienen Inda y Cordero? Igual quieren que nadie puje para, más adelante, ser ellos los que pongan en subasta algunos de sus objetos y venderlos».