Una vagina hecha a base de hormigón y resina de 33 metros de alto, 16 de ancho y seis de profundidad ha sido construida por la artista brasileña Juliana Notari en un parque de arte rural en los terrenos de un antiguo ingenio azucarero en Pernambuco, uno de los estados culturalmente más vibrantes de Brasil.
Por qué te lo contamos: la obra, titulada Diva, ha sufrido ataques machistas de grupos que aparentemente son partidarios del presidente Bolsonaro. Sin embargo, fueron bastantes las personas que elogiaron el trabajo de Notari que tardó 11 meses en construirse.
«En ‘Diva’ utilizo el arte para dialogar sobre cuestiones que remiten la problematización de género desde una perspectiva femenina aliada a una cosmovisión que cuestiona la relación entre la naturaleza y la cultura en nuestra sociedad occidental falocéntrica y antropocéntrica. Actualmente estas cuestiones se han vuelto cada vez más urgentes. Después de todo, será a través del cambio de perspectiva de nuestra relación entre humanos y entre humanos y inhumanos, lo que permitirá que vivamos más tiempo en este planeta y en una sociedad menos desigual y catastrófica», ha escrito la artista en su perfil de Facebook en un intento por explicar el sentido de la obra, una gran escultura hecha a mano: «no era posible usar excavadora porque ella no permitía tallar con precisión los relieves que necesitava», relata Juliana Notari.
La publicación en Facebook ha tenido más de 25 mil comentarios, muchos de críticos aparentemente simpatizantes de Bolsonaro a los que la obra les ha parecido un insulto: “¿A quién crees que estás engañando? Aparte de los idiotas útiles de la izquierda, por supuesto”, escribía uno de los detractores más comedidos.
Sin embargo, muchos respondieron de manera más positiva a la escultura cubierta de resina de Notari, que tardó 11 meses en construirse y en la que intervinieron más de 20 personas. «Hay mucho en qué pensar en este trabajo», tuiteó el célebre dibujante trans Laerte Coutinho.
