El Ministerio de Cultura ha frenado este jueves la subasta de un cuadro en Madrid ante la sospecha de que se trate de un verdadero Caravaggio. El ministro, José Manuel Rodríguez-Uribes, ha pedido tiempo para verificar su autenticidad. La Comunidad de Madrid ha iniciado, además, la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) del cuadro.
La historia se repite: la subasta del Ecce Homo del siglo XVII cuyo precio de salida eran apenas 1.500€ se ha bloqueado para evitar su posible salida de España, tal y como sucedió en los 70 con otro Caravaggio encubierto, que ahora está en Cleveland (Estados Unidos).
Fue el diario italiano La Repubblica quien dio el aviso, al afirmar que el cuadro, que estaba inicialmente atribuido a un discípulo de José de Rivera, es realmente un Caravaggio. Según los expertos consultados por el diario, este Cristo «tiene toda la pinta de ser un Caravaggio descubierto, y puede abrir un nuevo capítulo sensacional en la historia del pintor maldito, fallecido a los 39 años, el 18 de julio de 1610 en la costa entre Lazio y Toscana, a la espera de ser indultado de la condena por asesinato».
La Repubblica recoge la declaración de María Cristina Terzaghi, una de las primeras estudiosas del maestro del siglo XVII, quien llegó a la capital española para ver la obra y no tiene dudas de que pertenece al pintor cuyo verdadero nombre era Michelangelo Merisi. «el manto púrpura con el que se viste Cristo tiene el mismo valor compositivo que el rojo de la Salomé del Prado de Madrid», y que «esta obra mantiene un vínculo profundo con las pinturas elaboradas al comienzo de la estancia napolitana».
La experta italiana afirma que se parte de un hecho seguro y es que el lienzo lleva casi cuatro siglos en España y retrata el mismo tema ya afrontado por Caravaggio. Como señalan los documentos, se sabe que en Roma, en 1605, Caravaggio pintó un Ecce Homo para el cardenal Massimo Massimi. El mismo tema está inventariado en 1631 en la colección de Juan de Lezcano, embajador de España ante la Santa Sede, y marcado por una altísima estimación de 800 escudos.
El virrey de España, conde de Castrillo, poseía otro Caravaggio original: el Salomé con la cabeza del Bautista que junto al Ecce Homo viajaron a España con su propietario en 1659, reconstruye el diario. El primer cuadro, incluido entre las posesiones reales ya en 1666, terminó en el Museo del Prado, donde aún se exhibe en la actualidad, y el segundo, con toda probabilidad, es el que afloró entre los objetos de la sede de la casa de arte Ansorena.
En el diario Corriere della Sera, el crítico de arte Vittorio Sgarbi reconoce que se había propuesto comprarlo por cientos de miles de euros ante la creencia de que se trataba de un Caravaggio para poder traerlo de nuevo a Italia.