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Por qué el himno de España es uno de los más singulares del mundo

Su origen, su antigüedad y su ausencia de letra convierten a nuestro himno en uno de los más peculiares del planeta

Por qué el himno de España es uno de los más singulares del mundo

Su origen, su antigüedad y su ausencia de letra convierten a nuestro himno en uno de los más peculiares del planeta

El himno de España es excepcional por varios motivos. En primer lugar, es uno de los más antiguos del mundo, apenas superado por el de Países Bajos (1568-1572) y el ‘God save the Queen’ británico (1745). Además, es una de las cuatro marchas patrióticas en todo el planeta que no cuenta con letra.

Pero nuestro himno también cuenta con la particularidad de que no fue compuesto ad hoc para ser símbolo de España y de que ha sufrido varios arreglos a lo largo de los siglos. Por no mencionar el hecho de que la ‘Marcha Real’ —el nombre oficial de la melodía patria— no ha sido siempre el himno de España.

El origen del himno se remonta a 1761 y está reseñado en el Libro de la Ordenanza de los Toques de Pífanos y Tambores. Aunque algunas teorías apuntan a que la hoy llamada ‘Marcha Real’ dataría del siglo XII, no es hasta el XVIII donde se encuentra por primera vez su partitura y su título, la ‘Marcha de granaderos’.

Es por eso que, sin disponer de pruebas fehacientes de su posible origen en la corte de Alfonso X el Sabio, la autoría del himno se le atribuye a Manuel de Espinosa de los Monteros.

La composición de la pieza fue, por tanto, pensada para el cuerpo de granaderos del ejército. No obstante, en 1770, Carlos III la elevó a la categoría de «marcha de honor» para que fuera tocada en actos oficiales. Dado que estos actos contaban casi siempre con la presencia del Rey o de algún miembro de su familia, la tonadilla comenzó a llamarse popularmente como la conocemos hoy, la ‘Marcha Real’. Eso sí, no fue hasta época de Isabel II cuando se oficializó como himno de España.

La batalla por la letra

Desde su origen, la ‘Marcha de granaderos’ no ha contado nunca con letra, haciendo del español uno de los cuatro himnos del mundo exclusivamente instrumentales (junto a los de San Marino, Bosnia y Herzegovina y Kosovo).

Esto no quita, sin embargo, que en varias ocasiones se haya tratado de poner palabras a los acordes del himno. Incluso, en ciertas ocasiones, algunas letras no oficiales han gozado de gran popularidad. La más antigua de estas letras oficiosas data de 1843 y fue compuesta por el dramaturgo argentino Ventura de la Vega. A pesar de que son solo cuatro versos, es razonable pensar que hoy sería imposible que los españoles de distintas sensibilidades se pusieran de acuerdo para aceptarlos como himno: «Venid españoles / Al grito acudid / Dios salve a la Reina / Dios salve al país».

A lo largo de la historia contemporánea de España se han sucedido varias letras en honor a cada tiempo o a cada gobernante. Eduardo Marquina compuso una versión en 1927 con motivo de los 25 años en el trono de Alfonso XIII. Solo un año después, en 1928, llegaría la conocida versión de José María Pemán, encargada por Miguel Primo de Rivera y que se mantuvo durante el franquismo con ligeras modificaciones. Es esa que empieza diciendo: «Viva España, alzad los brazos, hijos del pueblo español».

Después de la Transición, también se han registrado intentos de darles a los futbolistas algo que cantar cuando juega la Selección, todos ellos sin fruto. Uno de los más mediáticos fue el que escribieron al alimón los literatos Luis Alberto de Cuenca, Jon Juaristi, Abelardo Linares y Ramiro Fonte. La iniciativa partió del expresidente Aznar, que seleccionó a estos escritores por su diversidad ideológica y geográfica. Pero ni por esas.

Otros artistas, como Víctor Lago, Joaquín Sabina o Marta Sánchez, también han escrito letras para el himno.

El Himno de Riego

Pero a veces no es suficiente con cambiar la letra. Ese fue el caso del famoso Himno de Riego, compuesto en 1820 tras el pronunciamiento del teniente coronel Rafael del Riego en Cabezas de San Juan, que dio paso al Trienio Liberal.

Aquel fue el himno oficial de España durante aquellos tres años donde los liberales le hicieron tragar la Constitución de 1812 a Fernando VII. No lo fue, en cambio, pese a lo extendido de esta creencia, ni durante la Primera (1873-1874) ni la Segunda República (1931-1939). Durante estos periodos republicanos, el de Riego solo fue himno oficioso, conviviendo con mayor o menor protagonismo con la ‘Marcha Real’.

Sin embargo, si atendemos con cuidado a las fechas, observamos que el de Riego fue el primer himno oficial de la historia de España, ya que, aunque la ‘Marcha Real’ se compuso varias décadas antes, no fue declarado oficial hasta el reinado de Isabel II.

El Himno de Riego era completamente distinto de la ‘Marcha Real’, es decir, tenía otra melodía y otra letra. Los versos los escribió el militar y político Evaristo Fernández San Miguel en 1820 y llamaba a los españoles los «hijos del Cid». Su estribillo rezaba: «Soldados, la patria / Nos llama a la lid / Juremos por ella / Prefiero vencer o morir».

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