The Objective
Cultura

La inteligencia artificial permite desentrañar parte del misterio de los famosos Manuscritos del Mar Muerto

Científicos de la Universidad de Groningen han analizado los códices y han concluido que fueron copiados por dos escribas con “una formación u origen común”

La inteligencia artificial permite desentrañar parte del misterio de los famosos Manuscritos del Mar Muerto

Científicos de la Universidad de Groningen han analizado los códices y han concluido que fueron copiados por dos escribas con “una formación u origen común”

Arqueólogos israelíes descubrieron el mes pasado en el desierto de Judea nuevos fragmentos de los conocidos como Manuscritos del Mar Muerto, una recopilación de textos judíos y bíblicos hallada en su mayor parte en excavaciones durante los años cuarenta y cincuenta.

Después del hallazgo, científicos de la Universidad de Groningen, en Países Bajos, han analizado los códices utilizando la inteligencia artificial y han llegado a interesantes conclusiones sobre los escribas que copiaron los textos.

Lo que ya se sabía es que las copias corresponden al periodo entre los siglos III a.C. al I d.C. y se cree que los pergaminos encontrados fueron escondidos en una cueva durante la revuelta del caudillo judío Simón bar Kojba contra el emperador Adriano (132-136 d.C.).

También se sabe que los textos, escritos en griego antiguo, corresponden a los pasajes bíblicos de los profetas Zacarías y Nahum. Han sido datados en el siglo II por la prueba del Carbono-14 y suponen los primeros manuscritos hallados en el desierto al sur de Jerusalén en 60 años.

Lo que los científicos de la Universidad de Groningen han aportado gracias a la inteligencia artificial es que la copia fue realizada por dos escribas que compartían un estilo de escritura similar, lo que sugiere que ambos tenían “una formación o un origen común”.

La técnica utilizada consiste en aislar cada uno de los miles de caracteres que figuran en los pergaminos y compararlos en una suerte de gran base de datos. La inteligencia artificial permite reconocer pequeñas ‘firmas’ a la hora de escribir, como las curvaturas características de cada letra, y de esta forma ha llegado a la conclusión de que los escribas responsables de copiar los textos fueron dos.

Publicidad