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Millán-Astray, una bandera discutida y disfrazada por la leyenda

Denostado por unos y admirado por otros, Millán-Astray ha pasado a la historia por fundar la Legión y por su encontronazo con Unamuno

Millán-Astray, una bandera discutida y disfrazada por la leyenda

Denostado por unos y admirado por otros, Millán-Astray ha pasado a la historia por fundar la Legión y por su encontronazo con Unamuno

El nombre de José Millán-Astray ha vuelto a ponerse en la picota de la actualidad al hilo de que se haya restaurado la calle que tenía dedicada en Madrid. La citada avenida fue cambiada de nombre por el de la maestra Justa Freire durante la alcaldía de Manuela Carmena, pero una sentencia del TSJM ha obligado a que se le reponga al fundador de la Legión al considerar el tribunal que no se ha acreditado su participación en el golpe de Estado de 1936, en la Guerra Civil o en la dictadura franquista.

Pero ¿quién fue este polémico personaje? Denostado por unos y admirado por otros, Millán-Astray ha pasado a la historia ante todo por ser el fundador y primer teniente coronel jefe de la Legión. Este cuerpo de élite del Ejército español celebró recientemente su primer centenario y desde entonces se ha destacado en misiones como Bosnia, Kosovo, Irak o Afganistán.

Millán-Astray creó la Legión inspirándose en la Legión Extranjera francesa y como una necesidad de adiestrar a tropas profesionales ante la estancada Guerra del Rif, en la que morían miles de reemplazos no profesionales. En la contienda en Marruecos, la Legión tuvo un papel de particular relevancia durante el desembarco de Alhucemas (1925).

También en Marruecos se ganó Millán-Astray otros de sus distintivos más característicos, los de sus cicatrices. El militar fue herido en el pecho durante un asedio en 1921, en una pierna en 1922, en un brazo (posteriormente amputado) en 1924 y en la cara en 1926, a raíz de la cual perdió un ojo y quedó parcialmente desfigurado.

Asimismo, durante la campaña en el norte de África colaboró estrechamente y se hizo gran amigo de Francisco Franco, una circunstancia que retrospectivamente se ha usado para ensombrecer la figura de Millán-Astray.

Guerra Civil y franquismo

Lo cierto es que Millán-Astray, si bien guardaba una postura de apoyo total a los militares golpistas de julio de 1936, jugó un papel más bien discreto en la Guerra Civil y en la posterior dictadura franquista.

Franco y Millán-Astray.

El fundador de la Legión no mandó tropas durante el conflicto, aunque sí fue designado responsable de la Oficina de Prensa y Propaganda del banco sublevado. No obstante, solo ocupó ese puesto en los primeros meses de la guerra, hasta enero de 1937. Con todo, le dio tiempo a fundar otra importante institución que ha pervivido hasta nuestros días: Radio Nacional de España, hoy integrada en RTVE.

Después de aquello fue designado para un cargo simbólico el del Cuerpo de Caballeros Mutilados de Guerra por la Patria. Murió en 1954 en Madrid.

El choque con Unamuno

Pero sin duda el episodio más conocido (y discutido) de aquella etapa fue su encontronazo con el escritor Miguel de Unamuno, ocurrido en el paraninfo de la Universidad de Salamanca el 12 de octubre de 1936.

La versión más extendida, aunque probablemente errónea, de este suceso cuenta que, después del discurso de Unamuno en el que este increpó a Millán-Astray con la frase «vencer no es convencer», el general respondió gritando «¡Viva la muerte! ¡Muera la inteligencia!».

Unamuno, a la salida del paraninfo de la Universidad de Salamanca.

Sin embargo, este relato de los hechos ha despertado siempre muchas dudas entre los historiadores, ya que fue escrito por Luis Gabriel Portillo, político de Izquierda Republicana que no estuvo presente en el acto.

Parece que Unamuno sí pronunció las palabras «vencer no es convencer» u otras similares y también es cierto que las actas originales del incidente, recientemente descubiertas, hablan asimismo de que Millán-Astray gritó «¡Muera la intelectualidad traidora! ¡Viva la muerte! ¡Viva Franco! ¡Viva España!». Sin embargo, reflejan también que el fundador de la Legión se ocupó al final del acto de la seguridad de Unamuno, ordenándole que se cogiera del brazo de Carmen Polo, esposa de Franco, ante la actitud violenta de varios falangistas presentes en el paraninfo.

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