Alejandro Sanz vuelve a su barrio madrileño para presentar nuevo disco

A dos semanas de Navidad, Alejandro Sanz llega con el mejor regalo: su último trabajo musical. Un disco fruto del confinamiento que lleva por título Sanz, y con el que ha regresado a sus orígenes. De ahí la puesta en escena para la presentación del mismo. Algo estudiado al milímetro, empezando porque la convocatoria reunió a los medios de comunicación en el barrio madrileño que le vio crecer, el de Moratalaz. 

Se trata del decimonoveno trabajo del artista, con el que además celebra tres décadas de éxitos en el mundo de la música. Sanz contiene diez canciones, entre los que destacan Bio y Mares de Miel – que ya adelantó al publicarlos en octubre-, además de La Rosa, su particular homenaje a Paco de Lucía.  

Diez temas en los que, como dice su discográfica, «conviven lo acústico con lo electrónico, su característico elemento flamenco con arreglos orquestales». «Este disco es el resultado de los anteriores», ha dicho el cantante en rueda de prensa. «He recuperado la ilusión de cuando hacía mis primeras producciones», ha reconocido afirmando que su necesidad era hacer canciones y vivir de lo que le gustaba.  

Y vaya si lo ha conseguido. Es uno de nuestros artistas más internacionales, sus canciones se escuchan en todo el mundo, y los premios nacionales e internacionales copan las vitrinas de su casa. «La música es el amor de mi vida», ha reconocido recalcando la importancia de crear canciones que cuenten historias. 

«Este es un disco autobiográfico, que lleva mi apellido de título. Era una forma de subrayar el tema del autorretrato. Muestra el hecho de que me estoy mirando en un espejo». Así es la portada del mismo: el cantante con una cámara en la mano, observando su reflejo. Y lo que Alejandro Sanz ve en ese espejo es «al chico que era cuando era joven, devolviéndome una sonrisa». 

Una infancia complicada 

En esta vuelta a sus orígenes, Sanz echó la vista atrás y habló de sus primeros pasos en la música. Aunque repitió en varias ocasiones que guarda grandes recuerdos de su infancia, también desveló que su etapa escolar fue complicada. «Hay cosas que yo no recuerdo del cole y no sé si era un maltrato físico evidente», ha dicho. 

A corazón abierto ha contado que «sí me sentía muy mal en muchas circunstancias. Aun así, tenía una habilidad para proyectar seguridad y luego tenía la guitarra, que es un arma invencible. Ella me hacía músico, y a los músicos no se les parten las manos». La música también le servía al intérprete de Corazón Partío para evadirse.  

Las confesiones del cantante han continuado antes de dar por zanjado estas vivencias: «Debo reconocer que lo pasé especialmente mal en algunas etapas. En ese momento no había consciencia sobre determinados problemas que entonces no parecían importantes, y es ahora cuando te das cuenta de que hay cosas que te afectaban más de la cuenta». 

El talento de sus hijos 

Vivencias de las que aprendió y es precisamente ese aprendizaje el que ahora inculca a sus cuatro hijos. Como no podía ser de otra manera, Alejandro presumió de retoños. «Siempre forman parte de lo que yo hago. Son mi inspiración», ha comenzado diciendo antes de centrarse en resaltar las cualidades de cada uno. 

«Alexander está escribiendo canciones. Es un tío muy talentoso y el año que viene entrará en la escuela de música. En Berkeley, probablemente», ha explicado de su segundo hijo, fruto de su affaire con la diseñadora Valeria Rivera.  

Contó con él durante su última gira, aunque empezó haciendo canciones de rap: «Ha evolucionado de una forma increíble el último año y estoy intentando acompañarle sin estorbarle, que eso es muy importante. Sobre todo, ayudarle a conseguir el sueño que él quiere». 

De igual modo ha hablado de la mayor de los cuatro: «Manuela está con su marca de ropa. Es talentosísima y trabajadora. De hecho, cuando la llamo para que hagamos un Facetime los sábados, siempre está en el estudio».  

Por último, y a pesar de su corta edad, Alejandro también ha hecho referencia a Dylan y Alma, nacidos de su matrimonio con Raquel Perera. «Son muy pequeños todavía, pero sí puedo contar que Dylan tiene talento para el fútbol. Tiene una zurda increíble… En fin, que hagan lo que ellos quieran pero que sean felices».