Por qué deberías estar viendo 'The Boys'
Superhéroes psicópatas, humor gamberro e inteligente, violencia realista y mucha crítica política y social… esta sátira de Primevideo se ha convertido en un clásico de culto
Hace años luz los estudios tenían miedo de hacer películas de superhéroes. Tras el fracaso estrepitoso de Batman y Robin en 1997, Hollywood dejó de apostar por estos personajes heróicos con poderes. Luego vino un éxito momentáneo con las Spiderman de Sam Raimi (aunque la tercera fuese un fracaso) y otros intentos poco inspirados (como Los 4 fantásticos). Todo hasta que en 2008 todo cambió. El mismo año Iron Man y Batman Begins llegaron a los cines y todo cambió.
Ahora los superhéroes son los dueños del cine y también de la televisión. No es entonces extraño que versiones más extrañas de ellos lleguen a las pantallas y tampoco lo es que lleguen con la calidad que tiene The Boys. Para quien no lo sepa, The Boys (que acaba de finalizar su tercera temporada) es una serie sobre superhéroes como nunca los has visto. Y sí, Watchmen ya había indagado en el lado oscuro de un mundo en que existe gente con súperpoderes, pero The Boys lo hace en un mundo que es, sin mucho disimular, un espejo del nuestro.
Sangrienta, llena de sarcasmo y humor negro, súper actual y, básicamente, desquiciada, esta serie se ha ido convirtiendo en un clásico de culto que crece exponencialmente. Nada de Marvel o de los wannabe oscuros de DC. Esta serie es cruenta, salvaje y muy buena. Y estamos aquí para decirte que, si no la has visto, es hora de que consideres ponerte al día con un maratón.
¿Qué hace de The Boys una serie que hay que ver?
Primero lo primero: la escena inicial de esta serie te dice claramente dónde te estás metiendo. Por lo que si la ves y no lo aguantas… huye, porque solo va a más a partir de ahí.
The Boys retrata un mundo en que los superhéroes no solo existen sino que, como los Vengadores, tienen un grupo de líderes llamado Los Siete, encabezado por Patriota. Este grupo (hay muchas más personas con poderes sueltas por el mundo) tiene detrás a una enorme compañía multinacional que los maneja (hay muchas conversaciones sobre subidas y bajadas de likes, estudios de diversidad, patrocinios…) y hace dinero con ellos, incluidas películas que se burlan abiertamente del MCU.
La compañía, Vaught, también se encarga de tapar sus errores (una manera muy leve de describirlo)… porque el punto principal de esta serie es: si hubiese gente invencible, serían personas horrorosas. Y esto incluye, entre otros, a seres malcriados e irresponsables (que pueden matar a alguien en un descuido y salirse con la suya), supremacistas blancos, violadores o psicópatas inseguros que ni una bomba atómica puede matar, por poner varios ejemplos.
Y en este mundo la gente normal sufre las consecuencias y son horribles. Y por ello, un grupo de personas sin poderes, y que ha sufrido en carne propia el salvajismo y la impunidad (los titulares The Boys), está decidido a acabar con los superhéroes de una vez por todas.
Esta es una visión bastante general de la trama para evitar spoilers. La historia se desenvuelve con complejidad pero de manera muy directa, toma caminos muy inesperados y siempre te deja con ganas de ver más (incluso cuando muchas veces tengas que taparte los ojos).
Porque otra cosa que tiene esta serie es la atención al detalle. Y eso se ve no solo en la hiperrealista violencia (y hay mucha, muchísima) y en el hecho de que sus guionistas no temen cruzar de lleno a lo más oscuro, sino en la construcción de un mundo muy específico, lleno de detalles tangibles y mucho, pero que mucho parecido con el mundo en que vivimos.
En The Boys el capitalismo salvaje se ha hecho con el mundo de los superhéroes y los ha convertido en productos e inversiones, porque ¿no sería eso lo que pasaría realmente? Aquí, en este mundo, las consecuencias son reales, la gente de a pie sufre y los superhéroes campan a sus anchas haciendo lo que quieren, cuando quieren… sin consecuencia alguna.
Es, además, una serie llena de un humor muy negro, muy gamberro y muy inteligente… y que sabe dar en el clavo todas las veces. Y tiene un reparto maravilloso de gente que, en la mayoría de los casos, no conoces… y que vas a adorar (o temer, incluso cuando sonríe, como es el caso de Patriota).
Esta serie es una sátira, es una advertencia, un espejo y un retrato. Es una visión nihilista, terrenal y fantástica del mundo que -locamente, considerando que cuenta con superhéroes- no se aleja del presente en que vivimos. De hecho, y de manera preocupante, se parece demasiado.