Los 12 mejores discos de 2022
Repasamos las mejores novedades que se han lanzado a lo largo del año en una lista que incluye álbumes de todo tipo sin ningún orden particular
Después de un 2021 algo irregular, en el que la resaca del coronavirus y las diferentes restricciones que aún coleaban en gran parte del planeta provocaron que la industria musical funcionara todavía a medio a gas, podemos decir que 2022 fue sin ningún tipo de dudas el año del renacimiento de la música de masas. Los directos y los festivales se han multiplicado como setas al mismo tiempo que casi todos los artistas, grandes o pequeños, aprovechaban la vuelta de los escenarios y el público para lanzar nuevas canciones y discos, algunos de ellos esperados desde hace muchos meses
La cosecha musical de 2022 ha sido, por tanto, muy generosa, con una cantidad tal de títulos publicados en doce meses que ni siquiera el audiófilo más entregado hubiera podido escuchar hasta el último de ellos. Aunque en THE OBJECTIVE tampoco hemos tenido la oportunidad de oírlo absolutamente todo, sí queremos aprovechar estas fechas para hacer un pequeño repaso de lo más destacado e incluso rescatar alguna pequeña gema que haya podido pasar desapercibida entre la avalancha de novedades.
Desde la fusión de Rosalía hasta el rock intrincado y teatral de los británicos Black Country, New Road, pasando por la delicadeza de Big Thief y la fiesta perpetua de Bad Bunny, los últimos doce meses han dejado todo tipo de bandas sonoras para acompañar cualquier momento. A continuación, una serie de discos nacionales e internacionales especialmente relevantes de este año que ahora finaliza, sin seguir ningún orden particular y abarcando diferentes géneros, aunque con el foco puesto especialmente en los que gozan de mayor popularidad entre el público.
Jorge Drexler – Tinta y tiempo
Jorge Drexler lo ha vuelto a hacer. Cinco años después de su último álbum, este cantautor uruguayo afincado en Madrid ha vuelto a la palestra con un disco íntimo y grandioso a la vez. Un auténtico ejercicio de funambulismo musical en el que Drexler se pasea entre diferentes géneros y registros, pasando de los vientos y el aire jazz de «Plan maestro» a la música urbana de «Tocarte» sin que su visión musical y sobre todo su exquisita capacidad para escribir letras sencillamente poéticas se resientan lo más mínimo. Aunque hay bastantes invitados que amagan con llevar el disco a su terreno, por encima de todos ellos sobresale siempre la voz de un Drexler en estado de gracia que, por este álbum, se llevó a casa 7 galardones en la última edición de los Grammy Latinos, incluidos los de Grabación del Año y Canción del Año.
Big Thief – Dragon New Warm Mountain I Believe in You
Los estadounidenses Big Thief han hecho una apuesta muy arriesgada y la han ganado. Más de 80 minutos de música repartidos en 20 canciones parecen una duración excesiva para un grupo intimista y folk que estaba acostumbrado a trabajos cortos e intensos que permiten mejor transmitir emociones. Pero el grupo liderado por Adrianne Lenker se confirma como una de las mejores bandas de la actualidad con un disco que es capaz de transportarte a donde él quiere, creando a menudo un sentimiento de bienestar y sosiego que no te deja ni siquiera varias horas después de haber terminado de escucharlo. Y es que, mientras los instrumentos danzan entre el pop, el country y la electrónica, la voz de Lenker te va acunando en su regazo, hasta hacerte pensar que estás sentado junto a una hoguera en una noche de otoño, viendo como pasan las estrellas fugaces.
Rosalía – Motomami
El gran éxito del año para la música española ha tenido que venir, como no podía ser de otra manera, de la artista barcelonesa más global. Rosalía ha demostrado a la industria musical internacional que ha venido para quedarse con un disco que se aleja de El Mal Querer, al sustituir el flamenco por el reggaeton como base, pero que mantiene su misma esencia por su capacidad de sonar vanguardista y clásico a la vez. Motomami no tiene complejos en hacer gala de sus contradicciones, alternando entre lo superfluo y lo refinado sin solución de continuidad, como demuestran canciones como «Saoko» o «Hentai». Lo que sí se suceden, uno tras otro, son los hits, las pequeñas deflagraciones de ritmo y la necesidad de mover todo el cuerpo al son de unos temas que ganan con cada reescucha.
The Weeknd – Dawn FM
Aunque está producido por alguno de los mayores nombres de la electrónica global, el noveno disco del canadiense Abel Tesfaye es puro The Weeknd. Su prodigiosa voz está en su salsa entre sintetizadores ochenteros y arreglos orquestales, mientras que su presencia impregna todo el disco de una coherencia tal que los más de 50 minutos de duración se enlazan unos con otros como si de una sola canción se tratase. Un viaje en descapotable entre luces de neón que suena futurista y nostálgico a la vez del que es cierto que no han salido los singles absolutos a los que nos tiene acostumbrados The Weeknd, pero que supone también su obra más satisfactoria de escuchar.
Fred again.. – Actual Life 3 (January 1 – September 9 2022)
El británico Fred Again.. ha sido una de las mayores sorpresas de la música electrónica en años. Un beatmaker desconocido -aunque productor en la sombra de rostros conocidos como Ed Sheeran- que, gracias a la pandemia, fue adquiriendo relevancia con canciones que mezclaban notas de voz que le mandaban sus amigos con ritmos de club, logrando un sonido que parecía resumir cómo se había sentido mucha gente en el confinamiento. Ahora, Fred Again.. entrega otro disco basado en la «vida real» con temas que repiten ese concepto que le hizo famoso, pero liberado ya de toda resaca pandémica. De esta manera, logra crear un fresco vital que pasa de la euforia a la depresión, en un collage sentimental que desprende autenticidad con canciones que enganchan y hacen bailar, pero también reflexionar.
Bad Bunny – Un verano sin ti
Si Rosalía ha sido el gran fenómeno de la música española, Bad Bunny lo ha sido de la música en español. El puertorriqueño ha logrado lo que hace años parecía imposible: colocar un disco semana tras semana entre los más vendidos de Estados Unidos y hacer una gira reventando estadios que solo parecía al alcance de míticas bandas de rock y divas del pop. Y lo ha hecho gracias a Un verano sin ti, un álbum que aunque irregular y en ocasiones excesivo, contiene suficientes hits como para levantar él solo cualquier verbena de verano. Reggaeton, trap, cumbia, merengue, salsa… Todos los géneros de la música latinoamericana se dan la mano y alternan en un auténtico festival del «bellaqueo» al que se han rendido casi todos los países del planeta. Y si crees que no te gusta, pregúntale a tu yo del sábado por la noche después de haberse tomado unas copas, porque seguro que él tiene otra opinión.
Alex G – God Save The Animals
A sus 29 años, Alex G puede estar orgulloso de ser ya un artista de culto. El estadounidense lleva ya nueve discos en los que ha creado un auténtico mundo propio, en el que tienen cabida desde el rock y el grunge más lo-fi hasta las baladas folk pastorales pasando por temas cargados de referencias electrónicas. Y con God Save The Animals ha refinado su fórmula a la perfección, ya que es un disco indudablemente bello en el que cada pequeño detalle o imperfección parece pensado y dibujado con esmero. De los coros celestiales de «After All» al auto-tune de «Inmunity», el álbum crea un fresco de mundos totalmente distintos y contrapuestos que solo pueden funcionar juntos en el particular universo del estadounidense, conformando una obra única que puede catapultarle a auténtica estrella del indie.
Weyes Blood – And in the Darkness, Hearts Aglow
Cuando Natalie Mering alza la voz, el mundo se calla para poder escucharla mejor. Esa es la principal sensación que deja este álbum pausado y barroco, en el que canciones de larga duración se dan la mano unas con otras para crear una atmósfera perfecta para una tarde de invierno. Pero Weyes Blood es mucho más que una voz bonita: las canciones funcionan como microcapítulos de un relato de post-apocalipsis global y emocional que acaban recompensando al que presta su atención. Cuerdas, vientos y coros se van superponiendo sobre una base de pop californiano que a veces recuerda a los mejores Carpenters y otras a Kate Bush, en una ambiciosa obra que logra combinar concienciación e introspección sin hacerse cargante. Una pequeña joya.
Rocío Márquez y Bronquio – Tercer Cielo
Si la llegada de El Mal Querer de Rosalía fue una auténtica revolución para el flamenco, lo que han hecho este año la cantaora Rocío Márquez y el productor de música electrónica Bronquio se sale del mapa. En un álbum que supone un auténtico ataque a la línea de flotación de los cada vez más escasos fanáticos de la ortodoxia, estos dos músicos andaluces logran una peculiar fusión de géneros que, conservando el purismo de los palos, transita influencias tan dispares como los cantaores Manolo Caracol y Manuel Vallejo, dos de nuestros máximos exponentes dentro del flamenco, y los productores Arca y Flume, de corte más electrónico y experimental. Un álbum multisensorial en el que la voz se va diluyendo, poco a poco, con el resto de los instrumentos, con sus distintas capas y facetas, hasta acabar formando parte de un todo unificado que sabe a gloria.
Black Country, New Road – Ants From Up There
Un año después de su descubrimiento, ha llegado su confirmación. En un espacio cortísimo de tiempo, este grupo británico con una decena de integrantes se ha confirmado como una de las bandas más impredecibles e imprescindibles del rock actual. Aunque lo suyo va más allá de un solo género: sus canciones juegan con géneros tan destinos como el jazz, el rock progresivo y la ópera, destrozando por el medio todos los cánones de la música moderna y embarcándose en montañas rusas de sonido que nunca sabes cuando van a terminar. Manejan miles de influencias pero, al mismo tiempo, suenan solo a ellos mismos, sobre todo en temas que van in crescendo como «Basketball Shoes» o «Snow Globles». Uno de esos discos que siempre puedes recomendar, porque siempre te va a hacer quedar bien.
Kendrick Lamar – Mr. Morale & The Big Steppers
La dosis de hip-hop de esta lista la aporta, como no podía ser de otra manera, el gran Kendrick Lamar. El rapero de Compton ha vuelto en 2022 con otro álbum conceptual y callejero a la vez, en la que se mezclan reflexiones sobre la masculinidad o la familia con apelaciones a la comunidad y denuncias sociales. Todo ello, sin olvidar que las buenas melodías y pegajosos ritmos siguen haciendo acto de presencia, aunque Lamar no tenga problemas en utilizar bases más experimentales y arriesgarse con otras voces. El resultado es un disco a veces irregular pero siempre dispuesto a sorprender y asestar un derechazo al oyente con explosiones de sentimiento y confesiones a flor de piel. Un álbum que le confirma, un año más, como el mejor rapero de la última década, sin discusión.
Beyoncé – Renaissance
El séptimo álbum de estudio de la cantante estadounidense es un verdadero giro a su carrera por varios motivos, pero el más evidente es los géneros por los que transita. Y es que Beyoncé se deleita en la magia emancipadora del house de Chicago y el techno de Detroit, en un disco que transita entre el R&B más melódico y el four on the floor más puro, hilvanándolo todo a la perfección con una cosmología propia y resplandeciente en la que la sobresale la alegría de ser uno mismo. Lleno de temas rompepistas que homenajean a clásicos como Giorgio Moroder o Frankie Knuckles, la obra de la reina de América sirve igual para una noche desenfrenada que para un karaoke motivador en el baño.