La gran batalla del mercado del arte
Un Magritte por 33 millones de euros y un Murillo por 12 millones, entre las piezas más destacadas en la 36 edición de la feria Tefaf de Maastricht
La salida de Londres del mercado internacional con el Brexit sigue provocando la gran batalla del mercado del arte. Una batalla soterrada en la que no se capturan prisioneros. Desde hace un par de años París y toda la grandeur francesa se han postulado como sede de las dos grandes casas de subastas internacionales Christie’s y Sotheby’s. De hecho y, hasta la fecha, se han sucedido importantes subastas en la capital francesa, aunque ninguna haya sido tan importante como para confirmar el relevo a Londres.
Pero el resto del mundo no es un convidado de piedra. Y las subastas en Nueva York y Hong Kong han elevado sus ingresos en los dos últimos años y han atraído a las grandes ventas de colecciones y piezas. Esto en lo que hace referencia a las subastas. Pero el mercado no son solo subastas, y la última feria Tefaf en Maastricht (Holanda) demuestra que la batalla sigue en pie.
Tefaf lleva 36 ediciones siendo la gran feria de arte antiguo. Si algún coleccionista quería comprar acudía hasta la localidad del sur de Holanda para pasar un poco de frío -la feria está teniendo lugar estos días de marzo- y poder adquirir las mejores piezas que aparecían en el mercado. Ver solo la entrada de los compradores VIP era todo un espectáculo. Entre ellos nunca faltaban los españoles: los March, Amancio Ortega, Alicia Koplowitz, José Luis Colomer, Juan Abelló, entre otros.
Pero la pandemia hizo de las suyas y este año es el primero en que la feria recobra la normalidad. Ayer, que fue el día VIP, una blanca Carmen Thyssen -acompañada de Aurora Algar- recorría las deslumbrantes joyerías de la Feria -ya con medidas de seguridad adicionales tras el robo del año pasado- y comparaba precios con sus últimas adquisiciones y ventas. Juan March, su hijo y su nuera tampoco faltaron, así Andrés Úbeda de los Cobos, director adjunto del Prado.
«El mercado no son solo subastas, y la última feria Tefaf en Maastricht demuestra que la batalla sigue en pie»
Los coleccionistas americanos no desembarcaron como otros años. Tampoco lo hicieron en ARCO. Piensan que toda Europa está en guerra y prefieren aguardar a la versión de Tefaf en Nueva York que tendrá lugar del 12 al 16 de mayo. Sí estuvieron los directores de los museos de Estados Unidos: Guillaume Kientz, director de la Hispanic Society de Nueva York; Salvador Salort-Pons, director del Art Institute de Detroit, Eric Lee del Kimbell… Y compraron. Como siempre. ¿Y qué compraron? Pues la oferta nunca defrauda.
Un coleccionista vendía en la galería Colnaghi La Virgen de la faja de Murillo por unos 12 millones de euros. La misma galería vendió a las pocas horas un retrato femenino anónimo de Alonso Sánchez Coello en una cantidad que ni siquiera se atrevió a decir. Era tan bonito que fue portada de casi todas las revistas de la Feria. Y siguiendo con el arte y las galerías españolas, la galería Caylus exponía un Retrato del arzobispo Ambrosio de Spinola de Murillo que, aparecido recientemente de Irlanda, mira desafiante desde una ventana pétrea. Débora Elvira y Artur Ramon -con dos sorollas espectaculares- completaban la representación española, aunque no la de arte español. La galería argentina Jaime Eguiguren sorprendía con un Sacrifio a Príapo de Goya y con una Visitación de la Virgen a santa Isabel de Juan Bautista Maíno. Espectacular.
¿Y los anticuarios ingleses? Pues pagando el pato. Ya nadie exporta a Londres porque la comisión de ventas por no ser Europa se puede incrementar casi un 30%, que es mucho encarecer una pieza. Y los holandeses, que además de atraer empresas de todo el mundo, siempre han sido los mejores comerciantes de Europa, han puesto toda la carne en el asador para tomar el relevo. El cierre de la edición de verano de Olympia y Masterpiece en Londres demuestra hasta que punto en el arte antiguo solo hace negocios en Holanda.
¿Y el contemporáneo? Pues otro tanto. Tefaf cada vez tiene más expositores de arte contemporáneo y diseño. El incremento ha sido de un tercio. Y van lógicamente a más. Incluso los mejores precios de la feria ya no corresponden al arte antiguo sino a los maestros contemporáneos. Un buen Magritte marca el récord con 33 millones de euros.
Países Bajos no quiere ser Inglaterra. Simplemente quiere quedarse con el mercado del arte inglés. Y, por lo que se ve, lo está consiguiendo.