Bach, una experiencia de música inmersiva
Ensemble Diderot presenta por primera vez en España un espectáculo audiovisual con la interpretación de la ‘Ofrenda musical’ del músico alemán
«Tenemos alrededor de 2.000 sonatas en trío. Es un caos y hemos decidido ordenar esta música. Se trata de ver todo lo que hay y definir las piezas importantes. Mucha música de esta época viene en colecciones de seis o doce sonatas y a veces hay solo una que valga la pena de estas doce. A veces, las doce son increíbles. Nuestro trabajo también es identificar este repertorio. Veo que hay otros grupos que están empezando a usar nuestro análisis y las tocan. Esto me gusta mucho porque estamos creando un repertorio estándar», cuenta a THE OBJECTIVE Johannes Pramsohler, violín principal y fundador de Ensemble Diderot, uno de los conjuntos europeos más destacados y solicitados de la actualidad especializado en la interpretación de música de cámara con instrumentos de época.
El conjunto está compuesto por cuatro músicos, que junto a Pramsohler, se dedican a la exploración e interpretación del repertorio de cámara barroca. Tras su paso por Francia e Italia, el próximo 21 de marzo se podrá ver por primera vez en España «Bach Immersive» en la Sala Roja de los Teatros del Canal. El prestigioso ensemble francés interpretará la enigmática Ofrenda musical de Bach, en un innovador espectáculo inmersivo y multisensorial creado por el vídeo-artista Pierre Nouvel y el escenógrafo Damien Caille-Perret, en el que tres pantallas de vídeo acompañan al conjunto en tiempo real y actúan como sexto «músico», reaccionando a la música y los movimientos de los cinco intérpretes en el escenario.
La Ofrenda musical de Bach es una colección de piezas musicales ampliamente conocida y estudiada, compuesta en 1747 poco después de su visita a la corte de Federico el Grande en Potsdam. La composición, sin embargo, sobrevivió en hojas separadas de diferentes formatos, y encontrar la lógica de su organización en un ciclo se convirtió en un gran reto para los siglos posteriores.
Además, el hecho de que Bach sólo especifique la instrumentación en algunos de los movimientos ha dado lugar a una profusión de realizaciones de la obra, la mayoría de las cuales tienen poco que ver con la práctica real de la música de cámara en la década de 1740, que se limitaba a un número bastante reducido de instrumentos. Por lo general, violines en los agudos (o instrumentos que podían imitar al violín, como la flauta) y clave y gamba o violonchelo en el continuo.
Ensemble Diderot
Con sede en París, el conjunto toma su nombre del filósofo francés Denis Diderot, y está especializado en la interpretación del repertorio de sonatas a trío, cuartetos, y sonatas para ensembles más amplios de los siglos XVII y XVIII. El Ensemble Diderot es invitado habitual de destacadas salas de concierto y festivales, con la Philharmonie de Colonia o el Konzerthaus de Viena, y ha sido «ensemble en residencia» en Royaumont (Francia), y Aldeburgh (Gran Bretaña). El conjunto surgió cuando Johannes Pramsohler se dio cuenta de que –tras tocar con muchas orquestas barrocas– era necesario crear su propio grupo porque «en el barroco hay muchas maneras de tocar las melodías. No está nada definido y cada uno tiene sus propias ideas». Quiso explotar su manera de hacer música y fundó el conjunto. «Somos los mismos miembros desde hace 10 años. Roldan Bernabe y Mario Konaka (violín), Gulrim Choï (violonchelo) y Philippe Grisvard (clave, fortepiano y órgano). La idea era hacer un grupo de música de cámara: un cuarteto de cuerdas, que siempre trabaja conjuntamente. En la música barroca esto no existe mucho. Hay grupos que cambian a menudo sus integrantes y nosotros queríamos construir un grupo estable y finalmente lo conseguimos», explica el músico.
Como director de orquesta, Johannes Pramsohler ha dirigido más de treinta representaciones de Dido y Eneas de Purcell en Francia. También ha dirigido la ópera Croesus de Reinhard Keiser en el Théâtre de l’Athénée de París, con gran éxito de crítica, además de Theodora de Handel, en una producción escenificada, en el Teatro Colón de Buenos Aires. En la época del barroco el primer violinista, es decir, el solista del grupo, hacía también el papel del director de orquesta porque esta figura no existía todavía. Pramsohler es el fundador de su ensemble, toca el violín barroco y es también el director artístico. «Se necesita siempre una cabeza que piense y que decida un poco por dónde van a ir las cosas. Soy el primer violín y por eso es natural y lógico que sea yo quien lleve las riendas de todo el conjunto. Sin embargo, tomamos juntos casi todas las decisiones sobre la programación o nuestro futuro. A veces alguien del grupo tiene otra idea y quiere hacer un concierto para clave o algo similar; soy el que intenta que estas ideas salgan adelante».
‘Bach Immersive’
La idea de representar de manera sensorial la Ofrenda musical de Bach surge por la necesidad de comprensión inmediata de la construcción compleja de este tipo de melodías. «Es una música extremadamente bonita, pero no se entiende del todo. A veces hay conferencias de dos horas antes del concierto para explicar el proceso y la música». Por ello, el conjunto de Pramsohler quería explicar esta dificultad sin la explicación tradicional, de forma más artística. Desde este punto de partida trabajar con el formato de vídeo era una buena idea. «Es difícil. Nunca me atreví a usar la técnica audiovisual hasta ahora porque me preocupaba que la atención del público no iba a estar en el solista, sino en las imágenes».
Pero la Ofrenda musical es la única obra que pudo imaginar con los efectos visuales de fondo porque «las imágenes pueden aportar algo más sin distraer de la música». Entonces compartió sus ideas con el escenógrafo Damien Caille-Perret y los dos decidieron trabajar con el vídeo-artista Pierre Nouvel. «Él hizo una labor increíble. Le dejamos total libertad en sus decisiones. Le expliqué cómo componía Bach y mis ideas. Luego él decidió hacer vídeos, que reflejen la música. Es decir, cada píxel, que ve el espectador en la pantalla, es una nota que Bach compuso. Ayuda al oyente a entender la creación de este gran músico. Además, es una gran novedad, que no se ha hecho hasta ahora».
‘La Ofrenda musical’ de Bach
Esta es la pieza que marca el cierre de una etapa barroca porque después de las sonatas a trío (a tres voces, dos que llevan la melodía y una que hace el bajo continuo) vienen los cuartetos de cuerda y en la Ofrenda musical está compuesta, según explica Pramsohler, «la última gran sonata en trío, la pieza principal de la obra. La última importante y además diría, la más relevante de todas».
La estructura de la composición está formada por diez partes denominadas «cánones», de carácter contrapuntístico basados en la imitación entre dos o más voces separadas por un intervalo temporal. «Se podría explicar de manera sencilla. Un canon consiste en que la primera persona empieza a cantar y la segunda, después de unos compases más tarde, empieza la misma canción. La segunda voz repite esa misma melodía de manera exacta o bien modificando su tonalidad». El compositor marca en la partitura dónde tiene que empezar a tocar el segundo instrumento. En el barroco este tipo de «juego de números» era muy habitual. «También tienes que componer una melodía que encaja luego cuando la cantan tres personas que no cantan al mismo tiempo. Tienen que encajar y no funciona con todas las melodías. Son formas contrapuntísticas. Era el ideal de aquel momento, sobre todo en la música alemana: trabajar con elementos muy pequeños y hacer formas grandes a partir de estos. Es lo que hizo luego Beethoven: hacer toda una sinfonía con cuatro notas de base».
Tras el éxito de «Bach Immersive» entre el público italiano y francés, Pramsohler espera que a los españoles también les parezca «mágico» este espectáculo. «La gente sale muy sorprendida del concierto. Lo que Pierre Nouvel hizo es maravilloso: acompañar la música con los vídeos. Tocamos como si los vídeos reaccionaran».