Dennis Lehane regresa a sus orígenes con una historia de violencia racial
El escritor de novela negra ambienta ‘Golpe de gracia’ en los disturbios entre blancos y negros del Boston de los 70
Dennis Lehane. | Wikimedia commons
Conocido particularmente por la adaptación de algunas de sus novelas al cine como Shutter Island o Mystic River, dirigidas por dos maestros de la gran pantalla como Martin Scorsese y Clint Eastwood, además de la menos popular, Adiós pequeña, adiós, de Ben Affleck, Dennis Lehane es una rara avis entre los escritores de novela negra. Al contrario que otros autores que publican casi un libro por año como Michael Connelly o James Patterson, dos de los hombres con los que comparte pantalla en las famosas partidas de póker de la serie Castle, a él su última novela, la número 14, le ha llevado más de un lustro. Pero rara vez sus títulos no son vistos como todo un acontecimiento dentro del género.
Con ecos de Mystic River o Cualquier otro día, en su esperado Golpe de gracia (Salamandra), Lehane regresa a lo que mejor se le da, los suburbios y tensiones de su Boston natal, la ciudad que casi siempre está presente en sus obras y por la que deambularon sus detectives Kenzie y Gennaro durante seis títulos. Y lo hace con un suceso que le marcó especialmente durante su propia infancia. Los disturbios que se originaron en la década de los 70 entre dos barrios, uno predominante blanco y otro negro, tras la decisión de un juez, en su intento por acabar con la segregación racial, de que varios institutos públicos compartieran el transporte escolar.
De ascendencia irlandesa, el escritor creció en el barrio de Dorchester, donde las escuelas también se vieron afectadas por aquella nueva ley que solo salpicó a los barrios de inmigrantes y de clase trabajadora, muy fraccionados de por sí. Como dice su protagonista: «Un caso más en que los putos ricos que viven en sus mansiones de las afueras (ellos sí en sus entornos donde todo el mundo es blanco) les dicen a los pobres, que no tienen otra opción que vivir donde viven, cómo van a ser las cosas».
Fue allí, ha recordado en más de una ocasión Lehane, en aquel camino que recorría a menudo de niño desde su casa hasta la biblioteca durante aquellos convulsos años, donde se bregó su interés literario por los temas que predominan hoy en sus obras: la inmigración, la marginación, la pobreza y, por supuesto, el crimen.
«Aquel verano, en Boston hizo mucho calor y casi no llovió», recuerda aún el autor que hoy vive en el sur de California, desde que se trasladó para trabajar en los guiones de la aclamada serie The Wire. También el sentimiento de ira y furia que lo canalizó todo durante aquella violenta época.
Tensión
«La desegregación federal de las escuelas públicas de Boston entra en vigor el jueves 12 de septiembre de 1974 por la mañana» –narra en su libro-. «Los autobuses que transportan a los alumnos negros al South Boston High School llevan escolta policial con equipo antidisturbios. Cuando los autobuses se acercan al instituto, varios cientos de manifestantes blancos (niños y adultos) llenan las calles. Los cantos de ‘negratas, marchaos a casas’ dan paso a ‘los negros son un asco’ y ‘no iremos, no’. Varios manifestantes sostienen en alto fotos de monos, uno blande una soga».
La mayoría de los estudiantes, de hecho, se quedan en casa, mientras los autobuses que transportan a los adolescentes y niños que deciden acudir a clase son apedreados con ladrillos. «En el South Boston High School, los alumnos negros se encuentran con algo que siempre han dado por hecho en sus propias escuelas, pero que no esperaban ver allí: no hay chicos blancos. El primer día de clase, ni un solo alumno blanco asiste al instituto de South Boston».
Tampoco acudirá Jules, la única hija viva de Mary Pat Fennesy, una madre soltera de 42 años que, como el resto de los padres del barrio, se opone con rabia a la desegregación. Hace días que salió de fiesta y desde entonces su progenitora la busca. ¿Qué ocurrió la noche que no volvió a casa? ¿Es casualidad que esa misma noche el hijo de una de sus pocas compañeras negras de trabajo, Calliope Williamson, muriera arrollado por un tranvía? ¿Qué conexión existe, si la hay, entre estos dos sucesos?
Perspectiva de mujer
Narrada desde la perspectiva de esta mujer que no tiene nada que perder, Mary Pat se nos revela aquí como una antiheroína maravillosa. Es fácil entender las costuras que la mantienen viva. Viuda primero, divorciada después, su hijo mayor murió por una sobredosis después de volver de Vietnam. Cerca de su casa, aún se ve el banco donde lo encontraron. Su rabia es contagiosa por momentos. Fuerte, valiente, visceral e ingeniosa, hay cierto alivio en verla prenderlo todo. Porque en su búsqueda de la verdad, Mary Pat no conocerá límites. Envuelta en esa espiral de violencia, tampoco teme enfrentarse a la mafia irlandesa, los suyos, su gente, que controla su propio barrio, donde, le juraron, unos protegerían a otros.
Golpe de gracia, traducida al español por Aurora Echevarría, tiene lo mejor de Lehane porque en ella son demasiadas las derrotas. Con esa voz bronca que a uno le queda después de tener la certeza de que del infierno nadie sale indemne, el escritor desafía los privilegios entre las capas más discriminadas: de hombre a mujer y de blanca a negra. Nos pone delante de un espejo y nos devuelve sin pudor la realidad. Ese racismo estructural y generacional que, como una herencia más, también se transmite de padres a hijos.
Y aunque es difícil no encariñarse con Mary Pat, que a ratos se muestra arisca y provoca cierto rechazo, en esto el escritor se mantiene firme y le despoja, en un último golpe, un tortazo de realidad, del único consuelo de saberse víctima. ¿Y si en realidad la víctima fuera también verdugo? ¿Y si hubiera alguien más víctima que la propia Mary Pat? Es en este último giro de tuerca cuando este fantástico Golpe de gracia nos incomoda sin remisión.
Este artículo contiene recomendaciones con enlaces de afiliados. Estas recomendaciones se basan en nuestra opinión editorial y en la calidad del producto o servicio. Por favor, para obtener más información, visita nuestra Política comercial.
