AC/DC, por dentro y por fuera
‘Dirty Deeds –Actas Profanas-‘, la autobiografía del exbajista del grupo, Mark Evans, descubre la trastienda de la banda
Quien ha necesitado un cartón de ácido -o un retiro mindfulness– para alcanzar la elevación espiritual, es porque no ha sabido rendirse a obras maestras de la energía primitiva, como la canción Dirty Deeds Done Dirt Cheap (1976) de AC/DC. Un tema que no escojo al azar. Se trata de la fuente de inspiración del título de la autobiografía del bajista de AC/DC, Mark Evans, Dirty Deeds –Actas Profanas– (Libros del Kultrum), que aterriza por fin en España para poner los puntos sobre las íes del inmortal grupo con calle en Leganés. Un libro que, seguro, sería venerado por los míticos personajes ideados Joaquín Górriz, Isi y Disi, que podrían haber llevado a cabo muchas de las historias que en él se cuentan.
Como muy atinadamente ha comentado el crítico musical J. F. León, la prematura muerte del primer cantante, Bon Scott, le robó al mundo una de las almas con mayor espíritu desafiante del rock, y un almanaque de gamberrismo desbocado al impedirle dejar por escrito su relato de los primeros seis años de la banda. Y de los que le hubiesen seguido… unos pocos más, al menos, visto lo que sabemos del fronterizo Bon Scott way of life. Habrá quien se pregunte, bueno: ¿y qué hay de los hermanos Young? ¿O de Phil Rudd? Ellos también estuvieron desde los inicios. Para quien haya bicheado a fondo la banda, sabrá que ninguno ha sido muy partícipe de brindar profusas entrevistas, ni de cantar anécdotas con la mitad de electricidad con que han rugido sus instrumentos.
Para solventar tamañas lagunas, tenemos ahora el privilegio de asomarnos a la trastienda de una de las formaciones más icónicas del hard rock de la mano de su breve bajista (apenas estuvo dos años), tantas décadas más tarde. Y si hay quien dude del valor del relato de Evans, dada la precocidad de su actuación en AC/DC, es menester destacar que participó en tres discos (High Voltage, Dirty Deeds Done Dirt Cheap y Let There Be Rock), galvanizó una relación muy cercana con Bon Scott, se chupó decenas de conciertos, vivió el boom de la banda en su salto a Europa y un boom igual de fuerte, aunque esta vez malo, en su relación con los hermanos Young. Al menos, hasta tiempo después de su partida. Razones, más que sobradas, para dar testimonio.
En general, el relato de Evans está escrito con más maña de lo que cabría imaginar. Lo digo porque las biografías musicales, o bien corren a cargo de terceros, o están salpimentadas de un batiburrillo de anécdotas contadas con una mezcla entre párroco de taberna y bloguero aspiracional. Logra, el exbajista de AC/DC, hacer partícipe al lector de los tejemanejes de la banda, logrando que el libro no sea únicamente un tentempié de los fanáticos del grupo, sino de cualquiera a quien le guste leer, la música y sienta cierta nostalgia de historias un tanto salidas de madre.
Hay mucho de confesión personal en este Dirty Deeds -Actas Profanas-. Tanto, que lo que viene siendo la banda en sí no aparece, como Dios manda, hasta casi las 70 páginas. Antes de eso, el lector se topa con el relato vital de un joven, jovencísimo vaya, chaval de Melbourne de clase baja al que le da por el bajo. Un postadolescente que vive solo a muy temprana edad -por circunstancias vitales particulares-, consigue un trabajo en la administración pública (hay algo del Cartero, de Bukowski, en este apartado) y se dedica a descolgarse por bares a pimplar birras sin mucha presión existencial. Una actitud, la de las birras y la baja presión, que de hecho será clave en la patada de AC/DC que acabará recibiendo -muchas páginas después-, especialmente del pie de Angus Young. Un chaval, el guitarra solista, al que se representa como un abstemio obseso de su instrumento, con poca chicha para la leyenda diabólica (bastante prejuiciosa) que lo acompaña hoy.
Retrato de una época
La biografía de Marc Evans, también es un capricho goloso para los curiosos que desean saber los motivos del despido del bajista de aquellos primeros discos, tanto como para los fans de Bon Scott. Quienes intuían que el carismático cantante con ojos de rana asustada gustaba de viajar en su propio mundo de derroche rocanrolero, encontrarán aquí unas cuantas historias dignas de su mito. Como cuando Bon aseguró, estando en París junto a Evans frente a la Torre Eiffel, ebrio como Baco en fiestas, que él juraría que había una torre muy parecida a la que tenían enfrente… ¡en París! Ay, bendito seas Bon…
Dirty Deeds -Actas Profanas- es, por encima de todo, un relato muy rico de cómo alguien vive el salto al estrellato de una banda, con todos las tensiones implícitas. Sin olvidar, desde luego, que se trata -pues se nota que Evans invirtió sudor y un gran ejercicio de memoria en ella-, de un retrato afortunadamente fidedigno de una época irrepetible de la música. Así, en términos absolutos.
Básicamente, hablamos de un libro recomendable para los amantes de AC/DC, los freaks del rock y, ¿por qué no? Para quien tenga en mente montar una banda, o esté ya en una. Tipos como Angus Young, Bon Scott y Mark Evans -lo sabrán aquellos que lean esta biografía- hay en cualquier grupo. De todo se puede aprender una lección. En especial de la adulterada esencia de AC/DC.