Agustín de Foxá, espía en Rumanía y otras historias
La editorial Renacimiento reedita parte de la narrativa breve del conde, incluyendo Misión en Bucarest y otros seis relatos
Agustín de Foxá, conde de lo mismo, o sea, de Foxá y marqués de Armendáriz (1903-1959), fue uno de esos escritores de los que Andrés Trapiello dijo, en su monumental obra Las armas y las letras, que habían ganado la guerra para perder la posteridad literaria. Amigo de José Antonio, aportó varios versos al Cara al Sol, fue diplomático de carrera, un aristócrata conservador y bon vivant embargado por la nostalgia del mundo, ya desaparecido, de sus ancestros.
Autor de la que es, quizás, la mejor novela sobre la Guerra Civil, y una de las mejores del siglo XX en castellano, Madrid de Corte a Cheka, hoy se le recuerda por este libro y por alguna de sus ingeniosas sentencias: «Soy conde, soy gordo, fumo puros, ¿cómo no voy a ser de derechas?», que han acabado por facilitar al lector una caricatura del personaje que no se corresponde con una obra que, aunque no muy copiosa, es amplia en registros y en la calidad de estos.
Genial articulista, de enorme popularidad a inicios del franquismo, cultivó también la poesía y el teatro con igual éxito, quedando pendiente su proyecto de escribir una serie de Episodios nacionales de su tiempo: Madrid de Corte a Cheka era el primer de ellos, seguido de Misión en Bucarest y de Salamanca, cuartel general.
La editorial Renacimiento, responsable de varias reediciones de Madrid de Corte a Cheka y del recopilatorio A las orillas del Ladoga, donde se recogen los artículos, poemas y cartas escritas por Foxá desde Finlandia durante la II Guerra Mundial, se encarga ahora de reunir buena parte de la narrativa breve del conde en Misión en Bucarest y otros relatos.
A favor del bando franquista
Misión en Bucarest es una novela inconclusa, publicada por primera vez tras la muerte de su autor (de Salamanca, cuartel general sólo se llegó a saber el nombre). En ella se narra, a través de su protagonista, un alter ego del propio Foxá, las aventuras de este como representante diplomático de la República en Rumanía durante la guerra civil. Tras sobrevivir en el Madrid del «no pasarán», recordemos su relación con la Falange, consigue que el gobierno republicano lo mande al extranjero como su representante para, una vez allí, espiar para el bando franquista mientras guarda las apariencias con el bando al que supuestamente pertenece.
Por desgracia, no podremos nunca saber cómo termina la historia: ni la novela de espías, ni las aventuras amorosas que se entrelazan con la historia principal, ni la subtrama que tiene como protagonistas a los judíos rumanos y a sus perseguidores, tienen un final. Sin embargo, el texto, muy breve debido a su propia idiosincrasia, es una delicia: la prosa del conde convierte los primeros capítulos en un maravilloso libro de viajes, mientras se acompaña al protagonista en su tránsito a través de los Balcanes camino de su destino diplomático. Como en los artículos de Foxá, sus sentimientos y pensamientos se mezclan con la historia, el arte, la geografía, la política del momento, en un fresco vivo y apasionante.
Prosa poética
Misión en Bucarest era una obra difícil de encontrar en las librerías, agotadas ya las pocas ediciones hechas en su momento, pero aún más olvidados y perdidos se encontraban los cuentos que se reúnen en este nuevo volumen. Seis relatos de diferente temática unidos por la enorme calidad de prosa de Foxá, una prosa de otros tiempos que hace disfrutar al lector con sus hallazgos luminosos constantes que convierten la mayoría de los párrafos en pura prosa poética al servicio de una historia.
Olor a cera, el primero de los relatos, es un maravilloso cuento taurino que responde al interés que el escritor tenía por la fiesta nacional, mientras que Viaje a los efímeros tiene que ver con Swift, la utopía y la ciencia ficción.
En Hans y los insectos, un especialista en exterminar insectos acaba siendo víctima de una conjura urdida por hormigas, a las que Foxá detestaba. Satarán aborda el tema de los grandes mitos que surgirían en América con motivo de su descubrimiento. El príncipe Pablo es un cuento muy decadente, en la línea de autores como Valle-Inclán, Barbey d’Aurevilly o Villiers de l’Isle-Adam. El último relato, El lobizón, es una valiosa aportación de Foxá al mito terrorífico del hombre lobo. Según Luis Alberto de Cuenca, que firma el prólogo de esta edición, son, sencillamente, estupendos, y figuran «entre lo mejor que brotó de su pluma».