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Cultura

El viaje truncado del 'Westmorland': el barco de los tesoros

Una exposición recupera en Málaga el caso de este navío inglés, capturado en el Mediterráneo cargado de obras de arte

El viaje truncado del ‘Westmorland’: el barco de los tesoros

El Westmorland en Málaga.

Año 1779, España vuelve a estar en guerra con Inglaterra. La contienda se desarrolla sobre todo en el continente americano, donde españoles y franceses, aliados desde la llegada de los borbones a nuestro país, ayudan a los colonos norteamericanos en su lucha por la independencia contra la metrópoli.

El Westmorland, un navío inglés de 26 cañones, parte del puerto italiano de Livorno en diciembre de 1778. Vuelve a casa cargado con un tesoro tan rico como variado: sus ocupantes eran jóvenes aristócratas que acababan de realizar el Gran Tour, una especie de Erasmus de la época a través del cual intentaban conocer los prodigios arquitectónicos y artísticos del viejo continente.

La festiva travesía, con el que ponían fin a sus estudios, fue interrumpida por los navíos de línea franceses Caton y Destin, que capturaron el Westmorland en el Mediterráneo el 8 de enero de 1779, llevándolo posteriormente al puerto de Málaga. En el barco había infinidad de esculturas, acuarelas, libros, planos, partituras… todo tipo de objetos preciosos que los jóvenes nobles británicos pretendían llevar a su país como botín que diese valor a aquel viaje.

Carlos III ordenó la compra de buena parte de esos casi mil objetos, que acabaron en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. La intención del rey era que sirviesen para la enseñanza de las artes y la arquitectura, aunque varias de las obras acabaron decorando algunos de los palacios reales.

Más de dos siglos después, la Fundación Unicaja se ha asociado con la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando para recuperar la apasionante historia de este navío a través de la exposición El Westmorland en Málaga.

El Westmorland en Málaga.

70 piezas

La muestra, que estará abierta al público en el Centro Cultural Fundación Unicaja de Málaga hasta el próximo 12 de enero, reúne unas 70 piezas originales entre las que destacan pinturas, esculturas, grabados, documentos históricos y obras musicales inéditas.

Comisariada por José María Luzón y María del Carmen Alonso, ofrece un recorrido a través de salas temáticas que explican las características e intereses de sus pasajeros, la historia del navío, su captura y el destino de las obras de arte que transportaba, conectando a la ciudad de Málaga con el Grand Tour y con la realidad sociopolítica del momento histórico.

Los comisarios han investigado el origen de las obras, muchas de las cuales se encontraban en fardos y cajones marcados con las iniciales de sus propietarios. Una de las cajas llevaba las siglas R.H.D.G., que en inglés correspondían a Su Alteza Real el duque de Gloucester, hermano del rey Jorge III. Tras este descubrimiento se han identificado otros 32 viajeros ingleses del navío.

El Westmorland en Málaga.

Floridablanca fue el encargado de marcar con una cruz las piezas que debían engrosar los fondos de la Academia. Entre los objetos destacaba un cuadro, que el capitán del barco había valorado en 10.000 pesos de moneda británica. Se trataba de Perseo y Andrómeda, que se envió al ministro de Marina francés, quien a su vez lo vendió a un agente de Catalina II de Rusia, por lo que acabó expuesto en el Museo del Hermitage.

Acuarelas, grabados, esculturas

Otra caja, propiedad de un exsacerdote jesuita, llevaba una carga que no podía venderse: tras un bloque de mármol y guardadas en una caja forrada de seda roja se encontraban las reliquias de San Clemente, tercer papa de la cristiandad.

Otro viajero transportaba flores de plumas para su novia, varias cajas de licor para su suegro y dulces de piñón para su suegra. Ni los dulces ni las botellas llegaron a la Academia, que sí recibió las flores, según ha descubierto Luzón en su investigación.

Destacan entre las obras expuestas acuarelas de John Robert Cozens, uno de los acuarelistas más importantes de su época, retratos de Pompeo Batoni (cedidos por el Museo del Prado) y una copia anónima del cuadro Venus Calipigia, originalmente realizado por Giuseppe Cesari. También se incluyen esculturas como la Cabeza de la Venus de Medici, Baco y Ariadna y Eros y Psique, procedentes del taller del escultor Bartolomeo Cavaceppi.

Se exponen también grabados de Piranesi, así como publicaciones y documentos originales, entre los que destaca la Real Orden del 9 de julio de 1783, mediante la cual Carlos III ordena el traslado de dos personas a Málaga para examinar la carga, almacenada en la ciudad desde la captura del barco.

Partituras musicales

La música tiene mucha importancia en este viaje: los jóvenes del Grand Tour compraban partituras creadas especialmente para ellos que, no solo se exponen, sino que han sido interpretadas por la Westmorland Ensemble, un grupo formado expresamente para recuperar este legado musical.

La exposición cuenta también con obras que no iban a bordo del barco pero que ayudan a contextualizar la historia, como es el caso del lienzo Vista de Málaga desde el midi (1785) de Mariano Ramón Sánchez, cedido por Patrimonio Nacional, que ilustra el puerto de Málaga en la época y es la imagen de la muestra, o el Mapa de Málaga [Puerta del Mar] (1785), procedente de los fondos del Museo Fundación Unicaja de Artes y Costumbres Populares de Málaga.

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