Madrid se consolida como referente mundial del flamenco: así empezó todo
La capital fue pionera en la consolidación del tablao flamenco y su papel ha sido clave para proyectarlo en el extranjero
Este sábado es el Día Internacional del Flamenco. La fecha fue escogida para rendir homenaje al nombramiento de este arte como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Madrid ha sido un refugio y un faro para el flamenco. A pesar de que es indiscutible que su cuna esté en las entrañas de Andalucía, encontró en la capital un espacio donde crecer, demostrar, transformarse y sobre todo, tener el reconocimiento y fama que merece.
El primer tablao flamenco, tal y como lo conocemos hoy en día, surgió precisamente en Madrid. A mediados del siglo XX, en un local llamado El Café de Chinitas (actual Tablao de la Villa), situado en La Latina, se creó un espacio en el que artistas demostraban su talento en un formato profesional y más organizado. Se podría decir, por tanto, que el tablao flamenco fue una invención madrileña que dio comienzo a una nueva era musical en la que el espectáculo, por su alta demanda, era cada vez más accesible al público general. Desde entonces, son aproximadamente 23 las salas que han dedicado su espacio a ofrecer espectáculos de gran calidad en la ciudad, convirtiéndola en la más grande en torno a tablaos.
La Asociación de Tablaos Flamencos de Madrid, en los últimos datos facilitados, asegura que el número de visitantes y de gasto realizado por los mismos ha aumentado un 15%.
«El papel de Madrid es muy importante en la historia del flamenco. Aunque su origen esté en Andalucía, a principios del siglo XX empezaron a llegar muchos flamencos, lo que hizo que se crearan colmaos y posteriormente tablaos que generaron una vida en torno al flamenco que fue muy relevante para todos esos artistas. Madrid hizo que el flamenco adquiriese una gran visibilidad e incluso proyección internacional», explica Gonzalo Mendoza, director del Tablao de la Villa. El empresario adquirió el famoso local después de pandemia, lo ha reformado, y la calidad del flamenco (y de la comida) han hecho que las páginas web que recomiendan tablaos lo califiquen como uno de los más importantes de Madrid.
Los tablaos son una atracción turística clave de la capital. Sin embargo, hay algunos que conservan su carácter popular cuyo objetivo es atraer a la sociedad española. A pesar de que muchos de los españoles descubren este mundo cuando llevan a familiares o amigos extranjeros a ver uno, hay quienes acuden a estas salas como un plan propio. «A nuestro tablao evidentemente viene público internacional, pero lo que ha ocurrido con el paso de los años es que acuden cada vez más madrileños. Es decir, forma parte de sus planes venir a disfrutar de una actuación», asegura el empresario. «Intentamos huir de los tópicos y mantener una estética sobria, elegante y limpia», detalla.
Existe un mito de que los españoles no quieren compartir el flamenco con extranjeros porque en ocasiones, algunos de ellos, no se comportan de la manera indicada o lo observan con ojos de atracción turística y no lo valoran como el arte que realmente es. Sin embargo, explica Mendoza, cada vez más se rompe más con este mito. «En mi tablao los españoles comparten perfectamente espacio con extranjeros. Lo que se espera de estos es que sean educados y tengan un interés real por la cultura».
A pesar de que sus raíces estén en Andalucía, el flamenco es un arte «de todos lados». Si realizan una búsqueda sobre las grandes eminencias del flamenco nuestro país, descubrirán que muchas de ellas no son de Andalucía, es más, hay figuras conocidas internacionalmente como el Cigala, que nació y creció en Madrid. Como sucede con muchos temas culturales, el flamenco también ha sido objeto de debate en la política nacional. «Es evidente que en Andalucía hay muy buen flamenco, pero también lo hay en Madrid y Barcelona, por ejemplo», recalca Mendoza.
«La inmigración de artistas andaluces a Madrid enriquece el panorama artístico. La capital, más que haberse apropiado del arte, se convierte en un lugar de encuentro de flamencos de toda España, lo que resulta enriquecedor para los artistas», explica.
«Todo artista tiene que pasar una temporada en Madrid»
María Moreno, bailaora gaditana y ganadora de múltiples premios de gran prestigio internacional, ha vivido de primera mano lo que implica mudarse a Madrid, y confirma que la capital es una ciudad por la que todo artista tiene que pasar para conocer mundo y sobre todo otros tipos de estilos musicales. Su carrera artística comenzó a los cuatro años de edad. La artista llenaba escenarios y con 16 años entró en una compañía de gran prestigio. «Empecé muy pronto en la industria. Siempre he ido muy adelantada, siempre he sido muy inquieta y entré en la compañía, pero con la intención de poder formarme. Al empezar tan joven fui agotando todas las posibilidades dentro de mi ciudad e incluso dentro de Andalucía. El hecho de venirme a Madrid fue también por eso. Y claro, Madrid es Madrid, ¿sabes? No solo me fui por el flamenco, sino por lo que podía aportarme culturalmente. Con 25 años necesitaba nutrirme de otros estilos, disciplinas y artes», explica la bailaora.
La artista asegura que Madrid es un lugar clave para los flamencos. «Tienes que hacerlo, tienes que vivirlo y tienes que estar ahí. Luego, quizá con la madurez uno empieza a buscar otra, otras alternativas, pero tienes que venir aquí y conocer mundo y eso solamente pasa aquí.
Preguntada sobre la opinión generalizada de que los madrileños quieren apropiarse del origen de este arte, asegura que el flamenco «nace donde sea». «Obviamente en Andalucía lo tenemos mucho más arraigado, pero también son ciudades más pequeñas, pero yo creo que Madrid siempre ha sido flamenca y aquí han crecido artistas increíbles que han revolucionado el flamenco», defiende.
La profesional del baile forma parte del elenco de artistas del Corral de la Morería, considerado el «Mejor Tablao Flamenco del Mundo» del Festival Internacional de Cante de las Minas de la Unión. «Tengo la suerte de poder estar en la programación del Corral de la Morería y cuando vengo a Madrid estoy ahí y creo que realmente que todo artista tiene que pasar por un tablao y si puede ser aquí en Madrid, mejor, que es mucho más intenso». «A pesar de que no haga mucho tablao porque los espectáculos me ocupan mucho tiempo, es algo que me encanta y nunca lo voy a dejar», señala.
Moreno ha adaptado su espectáculo llamado Yo bailo al escenario del Corral de La Morería para brindar un homenaje al día internacional del arte que le apasiona y al que ha dedicado toda su vida.
Madrid, el lugar de encuentro de referentes del flamenco
Irene Domínguez, periodista cultural especializada en música, literatura y cultura popular, opina que «Madrid fue la unión entre artistas como Enrique Morente y Camarón de la Isla, sin ir más lejos. Fue un lugar de experimentación musical para ellos, además. A Camarón se le acusó de haber «perdido su pureza» por estar en Madrid grabando La leyenda del tiempo. La verdad es que muchos artistas flamencos de otros lugares en algún momento pasaron por la gran ciudad cuando se instauró el nuevo modelo de espectáculo de tablao durante los años 50 y 60. Tras el trabajo de tablao, venía la juerga y el conocerse y el intercambiar ideas. De hecho, Enrique Morente no sería nada sin su paso por Madrid, puesto que fue la oportunidad para profesionalizar su arte, él comenzó combinando aquí el ser zapatero con el cante por los tablaos», explica.
Preguntada por el significado del flamenco para los madrileños, la periodista asegura que la capital es un gran escaparate para los artistas que quieren darse a conocer. «El flamenco de tablaos en Madrid es frecuentado principalmente por los propios artistas y por la gente extranjera que viene de paso. De todos modos, es una suerte que haya una nueva generación de creadores jóvenes que siguen saliendo a pasarlo bien y desarrollarse creativamente. Sitios como el Tablao de la Villa, el Café Berlín, Sala Villanos, La Quimera y un largo etcétera ofrecen buenas noches de flamenco desde distintas perspectivas», afirma.