'Madrid Chic': el libro que captura la ciudad que atrae como un imán
La obra de Cristina Carrillo de Albornoz es un viaje visual y narrativo por la luz, la cultura, el espíritu y los personajes de la capital
Madrid está teniendo su momento. No hablamos solo de tapas, de museos o de los paseos por el Retiro, sino de una explosión cultural, un renacer urbano y un glamour contagioso que convierten a la capital española en el epicentro de algo mucho más vibrante. Todo esto lo ha capturado Cristina Carrillo de Albornoz en Madrid Chic, el nuevo libro de la editorial Assouline, donde la ciudad se despliega en un banquete visual, un homenaje a la vida y al madrileño.
«Madrid atraviesa un momento excepcional», afirma Cristina Carrillo de Albornoz, quien nos explica que era el instante perfecto para rendir homenaje a la ciudad con un libro que mostrara por qué se ha convertido en un imán irresistible para quienes desean vivir en ella. Tras obtener la aprobación de Assouline para crear Madrid Chic, Cristina y el fotógrafo Oliver Pilcher, quien viajó desde Nueva York, dispusieron de un mes para capturar la esencia visual y narrativa de la capital.
El gran atractivo de esta obra radica en la maestría de Oliver Pilcher para inmortalizar la singular y cálida luz de Madrid. En la entrevista, Cristina relata su enfoque: «Fuimos siguiendo la luz: en un momento mágico en la Fundación Norman Foster, para capturar cómo se filtra por la escalera; o explorando el Madrid de los Austrias y las calles de Jorge Juan a distintas horas, en busca de un café o un aperitivo antes de cenar». Esa misma luz, comenta Cristina, tiene un impacto único: «La luz de Madrid es como si te tomaras un triple espresso: una energía fabulosa». No es solo la iluminación, sino también el espíritu que esta inspira. Cristina subraya lo que los madrileños ya saben, que esa luz inigualable «despierta vitalidad, invita a salir a la calle y fomenta el deseo de compartir con los demás».
El viaje de Madrid Chic se construye alrededor de los personajes, lugares y esencias que definen la ciudad. Desde el Duque de Alba, quien abre las puertas del Palacio de Liria para que lo visite el público, hasta figuras de la cultura contemporánea como el cineasta Pedro Almodóvar o los chefs de vanguardia que están redefiniendo la gastronomía madrileña. Ante la pregunta de cómo elige quiénes deberían salir en el libro, Cristina es clara. La selección, aunque difícil, se resume en que las personas que vemos en Madrid Chic «luchan por su ciudad, la quieren mejor, más bonita y se preocupan por Madrid diariamente». Entre los perfiles que encontramos en Madrid Chic podemos destacar a Sheila Loewe, José Luis Martínez-Almeida, la baronesa Carmen Thyssen-Bornemisza o Elena Foster.
Este libro es un tributo a la capital española, a su grandiosa historia, al madrileño de nacimiento, al residente y al visitante. Cristina nos dice que «el madrileño es un personaje que entiende su historia y en el vivir diario se traduce en fuerza y espontaneidad» y continúa añadiendo que «cuando paseas por Madrid, que tiene un gran pasado, sientes la fuerza de su historia, unido a este espíritu tan vibrante hace del madrileño una persona especial con una forma diferente al resto de ‘saber estar’»
La gastronomía tiene un papel estelar en este recorrido. Madrid Chic nos lleva desde los tradicionales cocidos de Landó, hasta las innovadoras creaciones de Quique Dacosta en el Ritz. Y, por supuesto, no falta la mítica Chocolatería San Ginés, un lugar que, en palabras de Cristina, «es tan único de Madrid». Aquí, la gastronomía no es solo comida, es una expresión cultural fundamental de la ciudad que ha sabido mezclar «las raíces locales con toques vanguardistas» para crear una escena culinaria que refleja perfectamente su identidad.
Para Cristina, Madrid Chic es una invitación a vivir la ciudad en toda su intensidad. Madrid es esa ciudad que inspira libertad, que contagia vida, y que, como escribe Mario Vargas Llosa en el prólogo, se puede resumir en una sola palabra: libertad. Este libro es un homenaje a ese Madrid libre y vibrante que, como afirma Cristina, «da tanto».