Un original de Gómez de la Serna, afectado por las últimas goteras de la Biblioteca Nacional
Algunos de los 30 libros dañados por las inundaciones son más antiguos de lo que se indicó inicialmente
Los desperfectos de la inundación que dañó este año parte de la colección de la Biblioteca Nacional de España son algo mayores de lo que se estimó inicialmente. En un primer momento, la dirección señaló que cerca de cien ejemplares habían sufrido daños, pero al tener lugar el incidente en el piso superior, se trataba de obras modernas, de los años 80 del siglo pasado. Una lista elaborada posteriormente por esta institución dependiente del Ministerio de Cultura y a la que ha tenido acceso THE OBJECTIVE revela que si bien la cantidad de libros afectados por el agua es inferior (30 unidades) a la anunciada, la mayoría de ellos fueron publicados anteriormente, remontándose en algunos casos a 1919.
Afortunadamente, ninguna de las reliquias literarias más valiosas que se custodian en la sede del madrileño paseo de Recoletos se ha visto afectada. Entre las joyas del archivo se encuentran piezas de gran relevancia histórica como incunables del siglo XVI, una primera edición de El Quijote, un manuscrito del Cantar de Mio Cid y unos códices de Leonardo da Vinci. También enriquecen la biblioteca pública, una de las más extensas del mundo, una hoja de la Biblia de Gutenberg y manuscritos de autores como Jorge Luis Borges, Alejandra Pizarnik y Julio Cortázar.
Sí ha sufrido daños un ejemplar de Greguerías selectas de Ramón Gómez de la Serna editado por Saturnino Calleja en 1919, una de las primeras series que salieron de las imprentas de Madrid. El tomo está reencuadernado en tela gris y cartón decorado con lomo de piel. Se ha tenido que secar tras la última inundación, y ha sido trasladado al Laboratorio de Encuadernación para retirar la actual cubierta y «recuperar e incorporar las encuadernaciones en rústica originales».
Han sufrido el mismo destino otros 13 libros del siglo XX, reencuadernados en los colores mencionados pero que conservan su cubierta rústica original. Estos textos «sin especial relevancia histórica», incluyen otro De la Serna, en este caso reeditado (Flor de greguerías, 1935), poemas de Giacomo Leopardi editados en París en 1930, versos de Juan Valera (Madrid, 1930), Confesión de un hijo de siglo de Alfred de Musset (Madrid, 1923), un Poema del Cid de 1919, sonetos de Francisco Rodríguez Marín (1924), Lyra hispana de Vicent Gómez-Bravo (1040), Novelas y cuentos de Serafín Estébanez Calderón; y traducciones al español de Fiodor Dostoievski (1930), Nikolá Gógol (1930), Leonid Zurov (1931), Alphons Daudet (1931) y John Milton (1933).
También se han tenido que secar y trasladar al laboratorio una serie de obras donadas procedentes de Alemania. Entre ellas, Freiligraths Werke in einem Band, de Ferdinand Freiligrath (1980), Herweghs Werke, de Georg Herwegh (1977), Mit meinen Augen, de Gisela May (1976), y Freiherr von Eichendorffs, de Joseph Eichendorff (1980), todos ellos editados en Berlín en las referidas fechas.
Asimismo, ha habido que secar y prensar textos científicos encuadernados en tapa rústica, como las actas de una reunión de ginecólogos españoles de 1962, la Anatomía funcional del aparato locomotor y de la inervación periférica de Antonio Pérez Casas, la Metodología de la investigación sanitaria y social de Adolfo Serigó Segarra (1972), un manual de la OCDE contra la inflación que data de 1971 y la Teoría y práctica de los circuitos con semiconductores de Cassignol, publicada en 1973. Además, se ha deshumedecido un tomo de la Historia de la ilustración médica desde la antigüedad hasta 1600 de Herrlinger Robert, editado en 1970 con ilustraciones en papel couché.
Por otro lado, se ha visto deteriorado el Catálogo de la exposición bibliográfica, iconográfica y medallística de Camoes, publicado en Lisboa en 1972. En este caso, la humedad ha manchado este libro de encuadernación rústica, que también presenta suciedad superficial. Por ello, se ha procedido a secarlo, limpiarlo y reencuadernarlo manteniendo la cubierta original en el interior.
Otros tres libros presentaban rastros de humedad y suciedad superficial en la cubierta, además de deformaciones, por lo que han sido secados, limpiados y prensados. Se trata de Historias que ninguén cre, de Ánxel Fole, Soria canta, de Aurelio Rioja, y Amores en Fátima, de Xavier Adro, editados en los años 80. Finalmente, la obra literaria completa de Fermín Bouza-Brey Trillo, publicada en Vigo en 1981, también se mojó y se desprendió de su cubierta, de modo que ha sido trasladada al laboratorio.
Sobre la restauración de los libros afectados, la Biblioteca Nacional aclara que «se ha hecho sin inversión económica específica y con materiales y personal propio de la BNE». Se detalla que los costes asociados a la reencuadernación con criterios de conservación, para formatos de papel tamaño DIN A4, oscilan desde los 80 euros de una rotulación hasta los 300 euros de una cubierta de piel entera, pasando por los 85 que cuesta una de tela o los 150 de la holandesa.
Las lluvias causaron una filtración de agua, que entró en la parte superior de la biblioteca por una vía oculta por maquinaria que no se había detectado ni tapado durante las obras de dos millones de euros aprobadas a consecuencia de la dana que inundó Madrid en 2023. En la última década, el Ministerio de Cultura ha invertido 16 millones de euros en el mantenimiento del inmueble. El actual titular, Ernest Urtasun, ha anunciado una nueva partida de ocho millones para evitar futuros incidentes.