La explicación histórica de todos los títulos nobiliarios que tiene Leonor de Borbón
Es princesa de Asturias, de Gerona y de Viana, duquesa de Montblanch, condesa de Cervera y señora de Balaguer

La princesa Leonor. | Gtres
La heredera al trono es princesa de Asturias, de Gerona y de Viana, duquesa de Montblanch, condesa de Cervera y señora de Balaguer. Todos estos títulos tienen su origen en los siglos XIV y XV, cuando España era un conglomerado de reinos independientes entre sí.
Leonor de Borbón está siendo la comidilla de las conversaciones patrias desde que la revista Diez Minutos publicase en portada una foto suya en biquini. Hemos escuchado de todo, que si es una vergüenza, que es de un machismo tremendo (a su padre también lo sacaron en traje de baño en su época de guardiamarina, pero, «pelillos a la mar»), que si no hay derecho porque es violar su intimidad o, por el contrario, mensajes más positivos como que no pasa nada por ver en biquini a la que será jefa del Estado algún día.
Leonor será reina por derecho propio el día que su padre muera o abdique. Aunque en España sigue vigente de manera inexplicable la ley agnaticia, esto es, que los varones tienen preferencia a la hora de reinar sobre las mujeres, aunque sean menores de edad, Leonor será la titular porque no tiene hermanos de sexo masculino.
¿Qué títulos tiene la hija del Rey de España?
Salvo contadas excepciones, a Leonor de Borbón se la denomina princesa de Asturias porque tal dignidad es la que lleva pareja la titularidad del heredero de la Corona española. Así reza el artículo 57.2 de la Constitución española: «Tendrá la dignidad de Príncipe de Asturias y los demás títulos vinculados tradicionalmente al sucesor de la Corona de España». ¿Y cuáles son esos títulos? Pues, además del mencionado, la hija de Felipe VI es también Princesa de Gerona, Princesa de Viana, Duquesa de Montblanc, Condesa de Cervera y Señora de Balaguer.
España es una nación con 17 comunidades autónomas que no son más que el reflejo actual de lo que fue en el pasado. La riqueza de la trayectoria de la historia peninsular está perfectamente representada en todos estos títulos, que no son más que la deriva histórica de lo que fuimos hace siglos. Los títulos tienen todos una relación con los antiguos reinos, de manera que el de Princesa de Asturias es el relacionado con la Corona de Castilla, creándose en 1388; y el de Viana, con el reino de Navarra en 1423. En la Corona de Aragón se habilitó primero el título de marqués para luego convertirlo en príncipe de Gerona (1351 y 1416); el de conde de Cervera en 1351 en calidad de heredero del reino de Valencia; el del duque de Montblanc en 1387 para la herencia del principado de Cataluña y el de señor de Balaguer para identificar la sucesión en el reino de Mallorca.
El origen del título de princesa de Asturias
Fue en 1388 cuando Juan I, rey de Castilla, creó el título para concedérselo a su hijo y heredero, Enrique III, «el Doliente», con motivo de su matrimonio con Catalina de Lancaster (cuya madre, por cierto, se llamaba Leonor). El motivo principal de la creación del título no fue otro que el de superar la lucha dinástica entre las dinastías de Borgoña y Trastámara. A imagen y semejanza de otras casas europeas, se recurrió a la creación de un principado, que constituía un señorío jurisdiccional de mayor rango. Se igualaba así la figura que existía en Inglaterra con el título de príncipe de Gales, en vigor actualmente, o delfín en Francia, extinto desde la llegada de la instauración de la república.
Título de princesa de Gerona
Su origen está en otro de los reinos de la península ibérica, el de la Corona de Aragón, y es anterior al del de Asturias. Fue creado el 21 de enero de 1351 cuando el rey Pedro IV se lo otorgó a su hijo y heredero Juan, aunque no como principado, sino como ducado. Hay que esperar al año 1414 cuando el rey Fernando I de Antequera inviste a su primogénito, el futuro Alfonso V de Aragón, ya como príncipe de Girona, aunque, a diferencia del de Asturias, no estuvo en un principio ligado al de heredero de la corona. Habría que esperar al nacimiento de Juan, el primer hijo varón de los Reyes Católicos, quien sí fue ya reconocido (el primero) como príncipe de Girona en calidad de heredero. Título que terminaría recayendo, por cierto, en Juana la Loca.
Una vez terminada la Guerra de Sucesión Española, en virtud de la cual dio comienzo la dinastía borbónica en España de la mano de Felipe V, dejó de usarse tal título y con una explicación claramente política. Aragón no estuvo de parte del Borbón en la contienda y este, una vez ganada la guerra y como represalia, creó los decretos de Nueva Planta que despojaban de muchos privilegios a aragoneses y catalanes. Quizás ahí podemos encontrar la animadversión del nacionalismo catalán hacia la dinastía de los Borbones, pero es lógico entender la postura del nuevo rey español hacia aquellos que habían apoyado a su rival. En cualquier caso y dada la importancia histórica de Castilla, este título nunca tuvo la misma trascendencia histórica que el de Asturias, aunque no por ello desmerece su estudio.
Título de princesa de Viana
Es el más desconocido de los tres con rango de princesa. Está asociado al reino de Navarra, reino anexionado a la Monarquía Hispánica por Fernando el Católico en 1512. No es de extrañar que sea el menos conocido por varias razones, la primera porque la historia del reino navarro, a pesar de su importancia histórica, es menor. Tiene unos premios asociados como el del Princesa de Asturias y Gerona, pero, por cuestiones lamentablemente políticas, apenas es nombrado. Es más, Leonor de Borbón todavía no ha pisado tierras navarras como princesa de Viana que es. Los partidos nacionalistas en el poder de la comunidad foral tienen la culpa de este desaguisado.
Lo creó Carlos III el Noble, casado con Leonor de Castilla, para su nieto Carlos, llamado desde ese momento Carlos de Viana. Este era hijo de Juan II y Blanca de Navarra. Recibió tal dignidad bajo juramento en las Cortes en la localidad de Olite el 11 de junio de 1422.
Los inicios del ducado de Montblanch
Lo creó Juan I de Aragón en enero de 1387 para su hermano Martín, para que tuviera mayor rango con respecto a los otros nobles de la corte. Era vitalicio, es decir, al morir Martín, el título debía volver a la corona de Aragón, pero Juan I falleció sin descendencia, heredando la corona su hermano Martín que, al convertirse en monarca, dejó de usar el ducado. Martín también murió sin hijos, quedándose la Corona sin heredero, siendo elegido rey Fernando I, que era Trastámara (Castilla), en el compromiso de Caspe, en 1412. El nuevo monarca decidió ofrecer entonces dicho ducado a Jaime II de Urgel en recompensa por haber defendido sus intereses en la pugna por el trono. Pero Jaime no solo no lo aceptó, sino que se levantó en armas contra su rey.
En 1461 Carlos de Viana, heredero al trono de Aragón, moría sin descendencia, siendo nombrado nuevo príncipe de Gerona el infante Fernando, responsable de unir el ducado de Montblanch al principado de Gerona, y así fue como se convirtió en un título asociado al heredero al trono de Aragón primero y a la monarquía hispánica después, hasta el fin de los Austrias y la llegada de los Borbones en 1700, fecha en la que desapareció el ducado, suprimiéndose con los mencionados Decretos de Nueva Planta en 1716 todos los títulos asociados a la corona de Aragón.
El 21 de enero de 1977, los títulos del heredero de la Corona de Aragón fueron recuperados por el príncipe Felipe. Tras la imputación de la infanta Cristina en 2013, el Ayuntamiento de Montblanch le pidió al príncipe Felipe que no utilizara dicho título.
Condado de Cervera
También ligado a la Corona de Aragón, lo creó Pedro el Ceremonioso para su hijo y heredero, Juan, el 27 de enero de 1353, quedando ligado al de príncipe de Gerona desde 1414.
Historia del Señorío de Balaguer
También es título ligado a la corona de Aragón y fue creado en 1418 por Alfonso V para su hermano Juan, quien, al heredar el reino en 1458, otorgó el título a su segundo hijo, el infante don Fernando, que lo ostentó cuando accedió a la corona a la muerte de su hermano en 1479. Desde entonces, es un título propio de los herederos de la corona de Aragón y siempre vinculado al de príncipe de Gerona.