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Kim Ho-Yeon: «A veces es necesario dar importancia a lo que nos rodea»

El escritor coreano presenta ‘Las maravillas de la tienda de Cheongpa-dong’ en la que ensalza que «merece la pena vivir»

Kim Ho-Yeon: «A veces es necesario dar importancia a lo que nos rodea»

El escritor coreano Kim Ho-Yeon.

Kim Ho-Yeon, nacido en Seúl (Corea del Sur) en 1974, es un escritor cuya trayectoria abarca la novela, el cómic y el teatro. Recibió el 9º premio literario Segye con su novela Mangwondong Brothers, y en 2021 fue libro del año de Yes24 y audiolibro del año de Millie. Sus obras destacan por la humanidad que transmiten sus personajes, como en La asombrosa tienda de la señora Yeom, su novela más famosa, con la que ha vendido más de un millón de ejemplares en Corea, y ha sido traducida en 23 idiomas.

En una entrevista concedida a THE OBJECTIVE, presenta Las maravillas de la tienda de Cheongpa‑dong, una nueva historia ambientada en otra tienda con personajes interconectados y conflictos humanos que reflejan la vida cotidiana de Seúl. Con esta novela, espera que sus lectores entiendan que «merece la pena vivir y seguir adelante».

PREGUNTA- ¿Qué le motivó a escribir una novela ambientada durante el coronavirus?

RESPUESTA.- Una respuesta que podría explicarlo brevemente, es que cuando lo escribí estábamos en época de coronavirus. El primer libro salió en abril de 2021 y el segundo libro salió en agosto de 2022. Ambos libros se escribieron y se publicaron en medio de la pandemia. A mí me gusta mucho escribir sobre el presente para que las personas puedan empatizarlo mucho más y se puedan sumergir más en la historia, diciendo: «Así también lo viví yo». Me pareció lo más normal escribir una historia ambientada en el coronavirus, porque estábamos en la pandemia. Pero es verdad que ahora que la traducción al español ha salido mucho más tarde, yo creo que para los lectores españoles, al leer el libro, como al fin y al cabo es un fenómeno que lo pasamos todos mundialmente, también pueden recordar diciendo: «Es verdad, también hicimos así». Creo que también pueden empatizar sin problema esa época del coronavirus.

P.- ¿Cómo trabajó usted la precariedad laboral en diferentes edades y perfiles dentro de la novela, desde el joven y So Jin hasta Geun Bae o el propio dueño de la tienda?

R.- Uno de los trabajos principales que debe hacer un autor es la creación de los personajes. Es como si tuviéramos que montar varios bloques de Lego: tenemos que juntar lo que conocemos, lo que desconocemos, lo que nos resulta familiar y lo que es totalmente nuevo, para crear algo diferente. Por ejemplo, claramente yo no podía llegar a empatizar totalmente con mujeres de 20 años o de 60 años, porque sus edades y géneros eran distintos al mío, pero eso no significa que sea imposible. Simplemente, me costó más trabajo. Lo investigué más a fondo, pregunté mucho y me esforcé en ponerme en su lugar, en su propia piel, para entender cómo reaccionarían o cómo pensarían. Y eso tiene un nombre profesional entre los autores: la caracterización.

P.- En la obra se trata mucho la palabra resiliencia. ¿Qué significado tiene en Las maravillas de la tienda de Cheongpa‑dong?

R.- En parte fue porque yo también intento mantenerme bastante positivo, y así poder superarme a mí mismo. Estábamos en época de coronavirus y todo el mundo tenía dificultades. Pero no todas las dificultades están relacionadas con el coronavirus, sino que podemos ver en el libro que alguna gente tiene problemas con su familia, algunas personas tienen problemas en encontrar trabajo. Cada uno tiene sus problemas, pero sobre todo nosotros, cuando tenemos problemas, intentamos hacer algo para sobrevivir. Ese es el punto que yo he querido marcar. Y sobre todo, los coreanos nos esforzamos en esforzarnos. Para nosotros es algo necesario el hecho de que intentemos hacer algo para poder sobrevivir, porque eso es lo que nos mantiene con vida.

P.- También habla mucho de transformación y la dignidad. ¿Cómo se pueden relacionar esos conceptos?

R.- En realidad, que una persona cambie de un día para otro no es fácil, ¿verdad? Y más aún que cambiemos a causa de otra persona. En este libro tan cortito —la segunda parte de Cheongpa-dong—, el hijo de la señora Seon logra cambiar en un periodo breve, entre comillas, del comienzo al final del libro. Me esforcé en dejar claro a los lectores que sí es posible cambiar, aunque parezca difícil o imposible, siempre que haya esfuerzo tanto de los demás como de uno mismo. Para mostrar eso, quise ponerle más énfasis.
Sobre la dignidad, muchas personas piensan que no cambiar significa mantener su mentalidad, su opinión, su dignidad. Pero creo que a veces se confunde la dignidad con la autoestima. Me gustaría que las personas aprendieran a tomar conciencia de sí mismas y supieran cuándo es necesario transformarse para aumentar su autoestima y expresar mejor su dignidad. Eso me parece lo más sabio como persona.

«Los sentimientos no tienen tanto que ver con la cultura»

P.- ¿Qué cree que le ha llevado a tener tanto éxito en España en una cultura tan diferente a la coreana?

R.- Parece que no, pero socioculturalmente Corea y España se parecen bastante. De todos los países de Europa, yo personalmente pienso que España e Italia son los que más se asemejan a Corea en cuanto a tradiciones. De todas formas, no creo que el éxito se deba solo a estas similitudes. En mi agencia me dijeron que si un libro ha sido publicado en más de diez países, es porque ha logrado tocar un sentimiento básico común a todos los seres humanos. Y estuve de acuerdo. Al fin y al cabo, aunque las formas de vida cambien según el país, la cultura o la situación, los problemas que tenemos como seres humanos no son tan diferentes. Todos pasamos por crisis existenciales, problemas con otras personas, conflictos similares.

Yo solo intenté llegar a lo más simple para que las personas pudieran leer cómodamente mi libro. Eso me permitió conectar con lo más básico que compartimos todos como seres humanos. Creo que, explicando de manera sencilla, he conseguido llegar más profundamente a ciertos sentimientos, lo que ha facilitado que más personas empatizaran con mi historia. Al fin y al cabo, los sentimientos no tienen tanto que ver con la cultura. Creo que, especialmente en España, las personas han podido conectar con la forma en la que me he querido expresar y he podido llegar a ellas a través de mi historia.

P.- ¿Qué espera que el lector se lleve como aprendizaje de esta novela?

R.- Más que aprender, me gustaría que las personas pudieran entender y empatizar un poco más con las perspectivas de los demás, con las relaciones personales, con cómo alguien puede actuar para evitar ciertas cosas o beneficiarse de otras. Aunque es una historia que transcurre en una tienda de conveniencia muy pequeña, en un barrio de Corea, algo tan sencillo puede resonar en otros lugares del mundo. Quería que el lector pensara: «Ah, esto no solo me pasa a mí, nos puede pasar a todos. Todos merecemos una segunda oportunidad». Quise transmitir que merece la pena vivir y que vale la pena seguir adelante. Aunque yo no soy nadie para enseñar a los demás, deseaba que comprendieran que su vida tiene valor, y que a veces es necesario transformarse, reconocerse y dar importancia a lo que nos rodea.

P.- Para terminar, si usted volviera a la tienda en la que se desarrolla la novela como un visitante totalmente anónimo, ¿qué es lo primero que haría al entrar?

R.- Creo que entraría y, antes de que alguien me hablara, cogería mi cerveza favorita. Pagaría y saldría corriendo. Porque, desafortunadamente, soy una persona muy, muy tímida. Y no llego a ser alguien con un gran corazón como Geun-Bae. Así que cogería mi cerveza favorita y desearía con toda el alma que nadie me hablara.

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