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«Hierbabuena» o «yerbabuena»: cómo se escribe realmente según la RAE

La Real Academia Española sirve para disipar dudas sobre el significado, el uso y la escritura de algunas palabras

«Hierbabuena» o «yerbabuena»: cómo se escribe realmente según la RAE

Hojas de hierbabuena. | Canva

Existe una duda ortográfica, muy común al escribir determinada palabra: ¿se escribe con «h» al principio, es decir, hierbabuena, o con «y», yerbabuena? Esta pregunta, que parece sencilla, refleja la riqueza y la evolución del español. La Real Academia Española (RAE) reconoce que ambas formas son correctas, pero aporta matices decisivos sobre en qué contextos conviene usar cada variante.

Gracias a la (RAE), podemos saber el significado de ambas formas y cuándo conviene optar por una u otra en el lenguaje hablado y escrito. A continuación, encontrarás ejemplos de los diferentes usos de esta palabra:

«Hierbabuena» o «yerbabuena». Canva
«Hierbabuena» o «yerbabuena». Canva

«Hierbabuena» (con «h»)

La forma hierbabuena es la grafía preferida y más frecuente para referirse a esta planta aromática del género Mentha, muy utilizada en infusiones, cocina y perfumería. Según el Diccionario panhispánico de dudas, esta variante es «preferible hoy» frente a su forma con «y».

También considera incorrecto, escribir hierba buena de forma separada, ya se trataría de un nombre compuesto. La RAE subraya que la forma «hierbabuena» es la habitual en contextos formales y escritos, por lo que es la recomendada en textos literarios, académicos, periodísticos y de registro culto.

Ejemplos de su uso

  • «He preparado una infusión de hierbabuena para el resfriado».
  • «La ensalada lleva pepino, tomate y hierbabuena fresca».
  • «En el mojito clásico se emplea hierbabuena, no menta piperita».

«Yerbabuena» (con «y»)

La variante «yerbabuena» también está aceptada por la RAE, aunque es menos común. Se documenta especialmente en algunos países de Hispanoamérica, en contextos coloquiales o literarios. La preferencia por «y» responde a un fenómeno fonético: muchas personas pronuncian «hierba» como «yerba», lo que ha dado lugar a esta variante gráfica.

El Diccionario del estudiante también remite «yerbabuena» a «hierbabuena», lo que subraya que aunque es menos frecuente, es reconocida oficialmente.

Ejemplos de uso

  • «El huerto olía intensamente a yerbabuena recién cortada».
  • «¿Quieres té con yerbabuena o prefieres menta?».
  • «En algunas recetas tradicionales se prefiere el aroma de yerbabuena sobre otras hierbas».

¿Son válidas ambas formas?

Sí, ambas son válidas. La RAE reconoce tanto hierbabuena como yerbabuena como formas correctas de referirse a esta planta aromática. Lo importante, sin embargo, es reconocer que hierbabuena es la forma preferida y generalizada, mientras que yerbabuena es una variante regional o dialectal que conviene reservar a contextos más informales o específicos.

Cuándo utilizar una y cuándo la otra

Cuándo usar hierbabuena: en contextos formales: artículos, ensayos, trabajos académicos, notas profesionales. También, en medios escritos, periódicos, libros y comunicaciones institucionales. Así reflejamos el uso mayoritario que documenta la RAE.

Cuándo puede usarse yerbabuena: en textos literarios con tono coloquial o regional, que busquen reflejar pronunciación o habla popular. En ámbitos familiares o cotidianos, especialmente si es común en esa región. Para dar color local o autenticidad idiomática en narraciones o relatos que requieran este matiz.

La dicotomía entre hierbabuena y yerbabuena es un buen ejemplo de cómo el español puede admitir variaciones legítimas sin sacrificar la claridad ni la calidad lingüística. Aunque ambas formas están aceptadas por la RAE, brillan con más fuerza hierbabuena, la variante preferida en el uso formal y escrito, mientras que yerbabuena aporta un valor expresivo cuando se la elige con conciencia, especialmente en registros coloquiales o regionales.

Este caso nos recuerda que el idioma no es un ente rígido, sino vivo, dinámico, moldeado por pronunciaciones, tradiciones y preferencias. Escoger entre «h» o «y» no solo es una cuestión ortográfica, sino simbólica: decidir entre norma y costumbre, entre formalidad y familiaridad.

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