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La historia de los títulos de la princesa Leonor: Asturias, Gerona y Viana

La Casa Real ha confirmado que Leonor de Borbón visitará por primera vez en septiembre Navarra

La historia de los títulos de la princesa Leonor: Asturias, Gerona y Viana

La princesa de Asturias, Leonor de Borbón. | Gtres

Desde que en el año 2014 Felipe VI se convirtió en rey de España, su hija Leonor pasó a ser la heredera al trono y con ello la princesa de Asturias, título que llevan los herederos a la corona de España. Pero ese título implica, además, el de princesa de Gerona y de Viana, además de duquesa de Montblanch, condesa de Cervera y señora de Balaguer.

Los que implican un principado llevan aparejados unos premios con la salvedad que solo uno, el de Viana, no ha modificado sus estatutos y siguen denominándose Premios Príncipe de Viana, una anomalía teniendo en cuenta que la princesa es mujer y que estamos en el año 2025. ¿La razón? El Gobierno de Navarra, presidido por el PSOE, no desea modificarlo y cambiarlo a femenino porque, entre otras cosas, Bildu, su socio de gobierno en dicha comunidad, no desea vincular los galardones a la Familia Real. 

Según ha confirmado Casa Real, los próximos días jueves 25, viernes 26 y sábado 27 de septiembre, la princesa de Viana, es decir, Leonor, pisará por primera vez Navarra y lo hará para visitar Pamplona, Viana, Tudela y Leyre. Pero no para presidir los premios, sino para remarcar su vinculación con el que fue uno de los reinos más importantes en la historia de España. Políticas aparte, la historia se abre paso. ¿Qué significado histórico tienen estos títulos en la formación de España como nación? Pues algo enorme que alberga siglos de historia. 

Principado de Viana: el más desconocido

Además de ser Princesa de Asturias, el título más reconocido de la heredera al trono español, Leonor de Borbón también ostenta los de Princesa de Gerona, Princesa de Viana, duquesa de Montblanc, condesa de Cervera y señora de Balaguer. Entre ellos, el de Viana es quizás el más desconocido, aunque posee una relevancia histórica fundamental.

Este principado fue creado en el Reino de Navarra y está ligado a una tradición que también existía en otras monarquías europeas, como Inglaterra o Francia, donde se otorgaban títulos y rentas al heredero para fortalecer su posición y garantizar estabilidad política. En la actualidad, ese beneficio económico ya no se da en España, aunque sí continúa, por ejemplo, en el Reino Unido con el príncipe de Gales y los ducados de Lancaster y Cornualles.

Su origen se remonta a Carlos III el Noble de Navarra, que en 1422 lo instituyó para su nieto Carlos, quien pasó a ser conocido como Carlos de Viana. Tras jurar su dignidad en las Cortes reunidas en Olite, recibió también rentas específicas al año siguiente. Sin embargo, su destino estuvo marcado por el conflicto con su padre, Juan II de Aragón, lo que derivó en una larga guerra civil (1451-1464) entre las facciones navarras: los beaumonteses, partidarios del príncipe, y los agramonteses, seguidores del rey. Finalmente, la disputa concluyó con la unión dinástica de Navarra y Aragón en la persona de Juan II.

En 1512, Navarra fue conquistada por Fernando el Católico, medio hermano de Carlos de Viana, y desde entonces el principado quedó vinculado primero a la Corona de Aragón, luego a Castilla y, finalmente, a España. Hoy, Leonor porta este título cargado de seis siglos de historia. Como dato curioso, Navarra también tuvo una reina titular llamada Leonor, hermana del propio Carlos de Viana, aunque su reinado fue efímero: apenas del 28 de enero al 12 de febrero de 1479.

Principado de Asturias: el título más reconocido

El más conocido de los títulos de la heredera española es el de Princesa de Asturias, ya que se utiliza como referencia habitual al sucesor de la Corona. Además, está asociado a los prestigiosos Premios Princesa de Asturias, de reconocimiento internacional.

Su origen se remonta a 1388, durante el reinado de Juan I de Castilla, en un contexto de gran inestabilidad por los enfrentamientos entre las casas de Borgoña y Trastámara. Para reforzar la legitimidad de su linaje, Juan I creó el principado y lo concedió a su heredero, Enrique (futuro Enrique III el Doliente). El título no solo daba prestigio, sino que constituía el mayor señorío jurisdiccional que un monarca podía otorgar.

La creación del Principado de Asturias también sirvió para legitimar la controvertida dinastía Trastámara, considerada bastarda frente al linaje de Pedro I de Castilla, medio hermano y rival de Enrique II. Conceder al heredero un título de tal relevancia fortalecía la nueva rama real y consolidaba su derecho al trono.

Cabe destacar que el título de Princesa de Gerona, instituido en 1351, es anterior en 37 años al de Asturias. Además, varias mujeres de la familia real castellana vinculadas a este periodo llevaron el nombre de Leonor, como la esposa del propio Juan I y una de sus hijas.

Principado de Gerona: el heredero del Reino de Aragón

El Principado de Gerona tiene una historia que suele ser objeto de debate. A menudo se omite que este título nació en el seno del Reino de Aragón y no de Cataluña, ya que este último nunca existió como reino independiente.

Su origen se remonta a 1351, cuando el rey Pedro IV de Aragón lo creó inicialmente como ducado. Posteriormente, en 1416, Fernando I de Antequera, primer Trastámara aragonés, lo elevó a principado con la intención de reservarlo al heredero de Aragón. El primero en recibirlo fue Alfonso V de Aragón, en una ceremonia celebrada en Zaragoza.

Tras la muerte de este monarca, el título no se transmitió a su heredero inmediato, Carlos de Viana, y quedó en suspenso hasta que el infante Juan, hijo de los Reyes Católicos, lo recuperó como heredero tanto de Castilla como de Aragón. Durante siglos se utilizó conjuntamente con el de Asturias, hasta que en 1646 cayó en desuso, sustituido por la denominación de «príncipe de las Españas».

Fue con los Decretos de Nueva Planta de Felipe V (1707-1716), tras la Guerra de Sucesión, cuando se restableció oficialmente. Sin embargo, el título volvería a caer en el olvido hasta el siglo XX.

Del exilio a la monarquía parlamentaria

Desde el siglo XVIII y hasta mediados del XX, los títulos vinculados al heredero al trono español no tuvieron continuidad. Fue don Juan de Borbón, conde de Barcelona y bisabuelo de la princesa Leonor, quien en 1961, como jefe de la Casa Real en el exilio, decidió restaurarlos en favor de su hijo, don Juan Carlos de Borbón, quien recibió las dignidades de príncipe de Asturias, Gerona y Viana. Pese a ello, los medios de comunicación de la época preferían referirse a él y a doña Sofía como «los príncipes de España».

Con la reinstauración de la monarquía parlamentaria en 1977, mediante el Real Decreto 54/1977 y posteriormente el artículo 57.2 de la Constitución de 1978, estos títulos recuperaron su carácter oficial.

Felipe VI y Leonor

Los dos últimos príncipes en ostentar las dignidades de Asturias, Gerona y Viana han sido Felipe VI y su hija, la princesa Leonor. El actual monarca las mantuvo hasta su proclamación en 2014, momento en que pasaron a su heredera.

Junto a estos títulos se asocian también los de duque de Montblanc, conde de Cervera y señor de Balaguer. Leonor se convierte así en la decimonovena persona en recibir el título de Princesa de Asturias y en la segunda mujer en ostentarlo tras Juana I de Castilla, la Loca, quien pese a conservar legalmente su dignidad, nunca llegó a gobernar. Isabel II podría haber formado parte de esta lista, pero el título se encontraba entonces en desuso.

Dentro de esta tradición histórica, Leonor representa a la tercera generación de la Casa de Borbón en recibir estas distinciones, precedida por miembros de las casas de Aragón, Trastámara y Austria.

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