Cómo se dice: «contribuir con» o «contribuir a», claves para no cometer esta falta de ortografía
La RAE trabaja para establecer la claridad del idioma, adaptándolo a los cambios de la sociedad sin perder su esencia

¿Cómo se dice: «contribuir con» o «contribuir a»? | Canva
En la actualidad, donde la rapidez prima en casi todos los ámbitos de la vida, podría parecer que la ortografía ha dejado de ser un aspecto relevante. Sin embargo, nada más lejos de la realidad: escribir de forma clara, coherente y sin errores sigue siendo una habilidad altamente valorada, que a veces genera dudas, como en el caso de: «contribuir con» o «contribuir a».
Una de las dudas más comunes entre los hablantes de español gira en torno al uso del verbo «contribuir». Muchas personas no saben si deben decir «contribuir con» o «contribuir a», y lo cierto es que ambas formas se emplean, pero no en los mismos casos. Comprender esta diferencia es fundamental para evitar errores frecuentes en la escritura.

¿«Contribuir con» o «contribuir a»?
De acuerdo con el Diccionario panhispánico de dudas (DPD), cuando se trata de indicar el fin, propósito o destino de la ayuda, la construcción adecuada es «contribuir a». Por ejemplo: «Todos los ciudadanos deben contribuir al cuidado del medioambiente» o «Los cambios tecnológicos contribuyen a mejorar la calidad de vida».
No obstante, es habitual encontrar frases incorrectas como: «Cientos de voluntarios contribuyeron con esta campaña que busca ayudar a los más necesitados» o «La unión de esfuerzos contribuyó con el fortalecimiento del sector turístico». Aunque estas construcciones resultan comprensibles, no son correctas desde el punto de vista normativo.
Ahora bien, eso no significa que «contribuir con» esté siempre mal empleado. Esta forma es válida cuando se hace referencia a lo que se aporta. Así, resulta totalmente correcto decir «Los estudiantes contribuyeron con sus ideas para mejorar el proyecto» o «Ella contribuyó con dinero a la causa benéfica».
De este modo, se comprende que ambas formas son correctas, pero deben usarse en el contexto apropiado.
La función de la RAE
La claridad en estas distinciones no sería posible sin la labor de la Real Academia Española, institución fundada en 1713 en Madrid con el propósito de preservar la unidad y corrección del idioma. Desde entonces, su objetivo principal ha sido adaptar la lengua a los cambios que se producen en la sociedad.
Y es que, dominar el español no significa únicamente conocer palabras y reglas gramaticales, sino también aprender a aplicarlas en el momento correcto.