Sonia Sierra: «Quería transmitir el miedo que vivimos muchos catalanes durante el 'procés'»
La escritora cuenta la resistencia al independentismo en los tiempos del ‘procés’ y las consecuencias en la sociedad

Sonia Sierra en la sede de TO en julio de 2024. | Víctor Ubiña
La catalana nacida en Terrassa, aunque criada en Rubí y que muy pronto se fue a vivir a Barcelona, Sonia Sierra, acaba de publicar su segunda novela: Nunca seré tu madre (Platero), continuación, de alguna manera, de su anterior libro, Los pasos difíciles (Platero). Se trata de una historia de ficción en la que la también colaboradora de este periódico desarrolla una trama paralela entre lo social y lo íntimo, dejando en evidencia cómo los conflictos políticos que afectan a una sociedad tienen una incidencia terrible en la privacidad de los ciudadanos.
Sirviéndose de su experiencia como diputada en el Parlament de Catalunya por Ciudadanos entre los años 2015 y 2020, Sonia Sierra nos habla de ese momento en el que la sociedad catalana, durante el procés, comenzó a resquebrajarse, de las mentiras políticas, la instrumentalización de los aparatos del estado y de la dificultad de poder levantar la voz en público durante aquellos años y de la valentía de quienes quisieron oponerse a ello.
PREGUNTA.- En la novela vemos cómo el derrumbe de una pareja va en paralelo al derrumbe de una sociedad, ¿en qué medida crees que ambas cosas se interrelacionan?
RESPUESTA.- Sí, están claramente relacionadas porque quería que hubiera una relación metafórica entre ambas. De hecho, esa fue la parte más complicada en la composición de la novela, ya que tenían que acompasarse ambas tramas, la personal y la política, y como la cronología del proceso independentista es conocida y sucedieron tantísimas cosas en esos años, tenía que comprobar una y otra vez que las fechas eran las correctas y que todo encajaba. Y digo lo del sentido metafórico porque una de las peores cosas de esa etapa es como se destrozaron muchos vínculos personales.
P.- Mariela, la protagonista principal del libro, viene a decir en un momento que en Barcelona todo lo que se plantea como provisional acaban alargándose muchísimo, ¿por qué crees que sucede esto en la ciudad?
R.- Pues no sé por qué sucede, pero es así. Los nacionalistas catalanes siempre han presumido, con ese complejo de superioridad que los caracteriza, de buena gestión frente a los «atrasados españoles». De hecho, uno de los grandes argumentos para reivindicar la independencia es que al soltar el lastre de España, Cataluña se convertiría en una gran potencia mundial. Sin embargo, la realidad es muy distinta y aquí las obras se eternizan y, por supuesto, acaban multiplicando su precio. Pongo uno de los ejemplos más, conocidos, el de la Línea 9 del metro de Barcelona: lleva ya un retraso acumulado de 10 años y ya llevamos 5.000 millones de sobrecoste y todavía no está terminada. ¿Cuántas cosas podrían hacerse con 5.000 millones? Pues, por ejemplo, acabar con las listas de espera en sanidad y dependencia, que son de las peores del país, o con los barracones escolares, uno de los males endémicos de Cataluña: somos la comunidad con más barracones con una cifra de alrededor del millar que se ha mantenido estable durante décadas.
P.- Nunca seré tu madre habla de la perplejidad y la tristeza con la que mucha gente veía el espectáculo del procés, ¿así lo sentiste tú también?
R.- Sí, lo viví así. Mariela es un personaje de ficción y sus vivencias personales son ficción, pero lo que se narra a través de sus ojos, así como sus reflexiones y sentimientos sobre el proceso independentistas es lo que yo viví. Quería hablar de todo lo que pude conocer de primera mano como diputada, pero me decidí por la novela y no por el ensayo porque quería con mi libro transmitir la tristeza, la angustia, el miedo y la desolación que vivimos una gran parte de los catalanes durante el procés y no quedarme solo en la descripción y la reflexión. Y, con todo, yo era una privilegiada, porque podía expresar en voz alta lo que pensaba, pero la mayoría de la gente no podía hacerlo por miedo a las consecuencias que eso podía tener en su trabajo o por no crear conflicto con las personas de su entorno. De hecho, lo que más me dicen las personas que han leído la novela es lo identificadas que se han sentido con respeto a este tema y como ha revivido toda esa angustia y temor que sintieron.
P.- En tu libro se habla mucho de cómo los partidos independentistas fueron secuestrando el espacio público y de cómo se fueron instrumentalizando las instituciones e incluso utilizando eventos trágicos, como el atentado de las Ramblas de 2017 para hacer política. ¿Qué lectura harías desde el presente de estas actitudes?
R.- La lectura desde el presente es aterradora: no solo no han pagado las consecuencias de sus actos, sino que ahora forman parte de las decisiones del Gobierno de España y en la nauseabunda Ley de Amnistía se dice que no fueron ellos, con todas sus ilegalidades y con su intento de subvertir el orden constitucional los culpables de la quiebra de la convivencia, sino que fuimos todos aquellos que nos empeñamos en cumplir y hacer cumplir las leyes, es decir, los que defendimos la democracia y el Estado de derecho. Y las consecuencias las estamos sufriendo ahora: el proceso catalán se ha extendido por toda España. Vivimos en un país dividido y crispado en el que se lanzan desde el poder campañas de acoso y derribo contra la prensa libre, como es el caso de The Objective y contra periodistas como Ketty Garat y David Alandete, jueces como Peinado e, incluso, contra una abogada como Guadalupe Sánchez. Todo esto lo vivimos en Cataluña y, cuando pensábamos que habíamos vencido, Pedro Sánchez decidió que esto se propagara por todo el país.
P.- Mariela quiere quedarse embarazada, pero no puede, su amiga Gloria quiere tener una pareja, pero no puede. Háblanos de estas variadas frustraciones femeninas de las que hablas en el libro.
R.- Siempre he sido una persona con muchas y buenas amigas y veo que lo sentimental es una parte muy importante de nuestras vidas. Creo que en la actualidad, los temas de la maternidad y de las relaciones de pareja suelen ser bastante problemáticos. Cuando una mujer decide tener hijos, muchas veces es bastante tarde porque la biología es como es y cada vez es más frecuente tener que recurrir a procesos de reproducción asistida. Sin embargo, se habla muy poco de ello. No diré que es un tema tabú, pero casi y, aunque yo no he pasado por ello, me consta que suele ser muy duro, tanto a nivel físico como emocional. Y en cuanto a las relaciones de pareja, aplicaciones como Tinder han convertido las citas en una especie de fast food que creo que acaban propiciando mucha inseguridad y mucha insatisfacción. De hecho, es sorprendente la enorme cantidad de vídeos en YouTube y reels en las redes sociales dirigidos a mujeres que te quieren vender cursos y charlas motivacionales para que seas la escogida por el hombre, mientras crece el número de incels. Definitivamente, hay algo que no funciona bien en las relaciones sentimentales.
