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Arte

Benni Allan: «Disfruto lo mismo diseñando una cuchara que un edificio, me entusiasma crear»

«Siempre he querido un estudio que pueda hacer de todo, aunque el público demande que seamos especialistas»

Benni Allan: «Disfruto lo mismo diseñando una cuchara que un edificio, me entusiasma crear»

Benni Allan. | Salva López

THE OBJECTIVE se reúne con Benni Allan, director del estudio EBBA. El joven y reconocido arquitecto basado en Londres, tiene entre sus últimos proyectos, el diseño de la exposición Fragile Beauty, muestra que presenta la colección fotográfica de Elton John y David Furnish, o la remodelación de la casa de la emblemática arquitecta modernista Georgie Wolton. Además, visita España muy a menudo: «Mis padres son británicos, pero yo nací y me crié en Alicante, ahora mismo estamos trabajando en un proyecto en Altea y otro en Andalucía», nos cuenta.

P.- Está remodelando la casa de Georgie Wolton, ¿cómo llega a un encargo tan especial? 

R.- Conocía a los clientes previamente y me invitaron a conocer la casa, pese a que ya habían elegido arquitectos para la remodelación. Cuando llegué sentí la personalidad de Georgie en cada rincón y me impactó mucho el espacio. Ese mismo día empecé a investigar sobre su obra y vida y luego me concentré en ver qué posibilidades se podían plantear para la remodelación. Encontré varias historias que no conocía, así como dibujos de casas que había diseñado. Todo el material se los mandé, porque quería que la reforma se hiciera de la mejor menara posible. A las tres semanas me llamaron y me dijeron que querían trabajar conmigo. Desde el primer momento intenté hacer el proyecto como si Wolton estuviera presente, preguntándome si lo que estaba haciendo le gustaría o no. Hemos demorado un año en plantear el diseño y los trámites para sacar las licencias también han tomado tiempo. Al ser la casa de un personaje como ella, está registrada en un «segundo rango» o como «casa importante», lo cual demanda varios trámites para obtener los permisos. Acabamos de empezar la obra.

P.- Wolton fue una de las fundadoras de Team 4, uno de los estudios más emblemáticos de Inglaterra, otros integrantes fueron Norma Foster o Richard Rogers…

R.- Sí, del estudio salieron dos de los mejores arquitectos de Inglaterra. También estuvo Su Brumwell y Wendy Cheesman. Cuando se formó, Georgie era la única arquitecta de los cuatro y luego de unos años, decidió seguir su camino en solitario. Con el tiempo Foster y Cheesman se casaron y formaron Foster Associates. Georgie era una persona bastante independiente y pese a la fuerte competencia, logró forjar su propia clientela.

P.- El estudio es de arquitectura, pero se manejan en muchas escalas de diseño. Acaban de hacer uno de los más visitados «listening bars» de Londres, ¿qué criterios hay que tomar en cuenta para crear este tipo de espacio?

R.- La música es un aspecto muy importante en mi vida. El concepto del «listening bar», es el de un espacio diseñado especialmente para ir a escuchar música. Lo primero que hay que tomar en cuenta es el sonido y ver cómo suena el espacio. Para eso trabajamos con un ingeniero de sonido, porque hay que entender todas las necesidades que esto demanda. Más del cincuenta o setenta por ciento de las paredes tiene que ser de un material acústico y queríamos que sea imperceptible a la vista y aunque no ha sido fácil, creo que lo hemos logrado. Los altavoces también han sido diseñados para el lugar, al igual que las lámparas. La iluminación es fundamental, así como crear una atmosfera íntima. Para el bar empecé a plantear el proyecto dibujando unos agujeros desde donde se filtraba una luz que parecía venir del cielo. Eso se volvió el símbolo principal o el motivo central del lugar. Hay tres agujeros que cambian de tonalidad como el sol y la atmosfera te hace sentir como si estuvieras en casa.

Bar Space Talk © Ollie Tomlinson

P.- Empezó trabajando para firmas de moda…

R.- Creo que la música y la moda siempre han estado presentes en mi vida y proyectos, me siento muy cercano a ambos mundos. Yo empecé el estudio trabajando en moda, haciendo desfiles, en tres años hice como veinte pasarelas y luego pasé a los proyectos de exhibición de arte. Uno de los primeros desfiles que hice fue para Ports 1961 en la Tate Gallery en el marco de la Semana de la Moda de Londres en 2018. La propuesta la hicimos en torno a The Tanks, las galerías del museo destinadas a los performances y al video arte. Trabajamos como concepto el monte Fuji y sus luminosidades, tratando de enfatizar la imagen limpia y brutalista del espacio.

P.- ¿Cómo pasa al diseño mobiliario? Low Collection la realizó con la importante galería de muebles Béton Brut…

R.- Soy una persona que me gusta crear y nunca paro de investigar, disfruto mucho aprendiendo. Desde la pandemia me hice más consciente de que la arquitectura tarda mucho en realizarse y además disfruto lo mismo diseñando una cuchara o un edificio. Lo que me entusiasma es poder crear.  Para Low Collection las ideas ya las tenía y se las presenté a Bréton, pese a que sabía que trabajaban sobre todo con muebles vintage diseñados por arquitectos. Enseñe los prototipos y los aprobaron, son una serie de seis muebles de madera de roble y cada uno tiene detalles del otro, son como una familia. 

P.- Silo es otra de las colecciones que está por presentar…

R.- Hasta el momento había trabajado con materiales duros como el roble o el mármol travertino. Con Silo quería que el peso visual sea el mismo, pero con un material liviano, así que elegí el vidrio, son también muebles y espero presentarlos durante el London Design Festival de este año. Mucho de lo que diseño viene de los lugares en los que he vivido como China, Japón o España, también de mis viajes. Esta colección viene de la imagen tan marcada que tengo de las grandes fábricas españolas, con sus grandes silos contenedores, son algo que aparece en mi imaginario desde muy pequeño. Creo que los muebles y el diseño de estos objetos, vienen de un lado más personal, pero siempre conversamos mucho en el estudio sobre la utilidad que tendrán o los volúmenes que demandan. Siempre he querido un estudio que tenga la habilidad de hacer de todo, aunque muchas veces el público demande que seamos especialistas en algo concreto.

Silo Chair. © James Ratief

P.- Uno de las primeras muestras que diseñó fue Beyond Fashion en ArtisTree en Hong Kong…

R.- Sí, creo que llegaron a mí por la trayectoria que tenía en los desfiles. El diseño de la exposición partió de la idea de que la moda está en continuo cambio y de que la fotografía de moda consiste en establecer una narrativa que pueda considerarse un reflejo del mundo. Se mostraba la fotografía de los más grandes en el género, como Paolo Roversi, Peter Lindbergh, Ellen von Unwerth o Juergen Teller, bajo la curaduría de Nathalie Herschdorfer. Para esta muestra diseñamos un edificio dentro de la academia, fue un proyecto muy ambicioso, del que salieron muchas ideas, parte de sus formas fueron el germen del diseño de la Low Collection. Me interesa el mundo de la cultura en general, porque es un ámbito donde me encuentro con gente que le apasiona mucho lo que hace y eso me ayuda a seguir creando.

P.- Actualmente el Victoria& Albert Museum presenta Fragile Beauty, una exhibición de la colección fotográfica de Elton John y David Furnish ¿Cómo fue ganar el concurso para diseñar el espacio, qué elementos había que tomar en cuenta? 

R.- Había muchas temáticas dentro de la misma colección y en un espacio que abarcaría nueve galerías. Creo que ganamos el concurso en parte porque propusimos un espacio que supiera captar la importancia de cada temática, sin que el diseño arquitectónico distrajera al espectador. Había que lograr espacios donde la gente pudiera parar, respirar y continuar la muestra, porque el recorrido abarca más de trescientas fotografías. Lo fácil hubiera sido optar por colores pop, nosotros, por el contrario, quisimos sosegar las tonalidades. Antes de esta muestra, estaba la exposición Gabrielle Chanel y reutilizamos mucho material, las paredes de las tres primeras salas fueron recicladas. Creo que incluir proyectos de reciclaje siempre puede sumar al resultado final. John y Furnish fueron parte del jurado en el concurso, aunque prefirieron esperar a la inauguración para ver el resultado final.

P.- En 2021 el estudio fue galardonado con el Young Architect of the Year

R.- Fue una grata sorpresa, nunca pensé que lo ganaríamos tan pronto, porque había creado el estudio apenas cuatro años antes. Los proyectos con los que aplicamos, fueron bastante variados. Nos presentamos con La Falda, una construcción bastante experimental en el que hicimos la fachada del colegio en el que estudié en Alicante, que iba a ser demolido. El presupuesto era de mil euros, así que utilizamos paneles de goma reciclados y los construimos nosotros mismos. También vieron las intervenciones que hicimos en Saints Church, una iglesia en Hackney que fue restaurada, en la que trabajamos con los diseñadores gráficos OMSE&Family y con John Pawson& EsDevlin. Además del proyecto Pre-School, una guardería en Manchester que requería una extensión, sobre un edifico de 1870.

P.- Ahora que tiene treintaicuatro años, ha construido más de lo que muchos arquitectos logran en toda su carrera…

R.- Lo importante para mí es no perder la energía, siempre quiero que el estudio sea fluido para que pueda adaptarse a los proyectos que vengan. Me gusta elegir en lo que trabajamos, aunque no siempre sea lo más fácil. Actualmente estamos trabajando en residencias en Londres, pero también construyendo un edificio muy grande en Alemania. Es una residencial social que incluye una clínica, un comedor para niños de la zona, una residencia de ancianos y un área para gente con problemas con demencia. Los proyectos pueden ser muy variados, actualmente llevamos más de diez en paralelo, pero siempre intentamos abordarlos con el mismo interés y entusiasmo. 

P.- Como director de EBBA ¿qué ambiente de trabajo intenta promover?

R.- A pesar de ser un estudio de arquitectura, no creo que necesariamente tenemos que construir más, pero si crear más y eso intento transmitir. La arquitectura es un vehículo para abordar los proyectos que nos interesan y eso lo tenemos que tener claro. Por eso la cultura del estudio se basa en la confianza que tenemos entre nosotros y en tratar de tener una visión compartida. Pasamos tanto tiempo juntos, que es importante estar rodeado de gente de la que te fías, con la que te gusta estar. Nosotros también disfrutamos mucho de estos momentos, de cocinar juntos, una vez por semana nos reunirnos para almorzar, tenemos turnos para organizarnos, es algo que no dejamos pasar.  Creo que esto también me vienen de haber vivido en España, donde hay mucho sentido de comunidad y espero que nunca lo perdamos.

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